Al llegar a mi trabajo noté que la puerta de mi oficina se encontraba abierta. De inmediato me percaté que una sombra se veía inmersa en mi pequeño espacio laboral así que decidí acercarme a la puerta. Al asomar un poco mi cabeza, noté que aquella sombra se trataba nada más y nada menos que el cuerpo de Normani. Tosí un poco y me adentré en mi despacho -Buen día Normani, ¿Puedo colaborarte con algo?- ella soltó unos papeles que tenía en sus manos y de inmediato se alejó de mi escritorio -Hola Camila, me disculpo por haber irrumpido en tu oficina de esta forma, pero necesitamos hablar- observé como nuevamente tomaba los papeles y los ubicaba en una carpeta que llevaba consigo. Yo solo asentí.
Me di la vuelta y cerré la puerta con seguro. Tomé el teléfono y marqué la extensión de Samantha -¿Qué ocurre Dra. Cabello?- preguntó la señorita Smith -Por favor cancele todas las citas que tengo durante las próximas dos horas. Muchas gracias- sin más que decir, colgué. Me acerqué a Normani y la invité a sentarse en un de los sillones que se encontraban en la parte posterior de mi oficina. -y bueno... ¿Qué es eso tan importante de lo que tenemos que hablar?- le sonreí a la chica que se encontraba junto a mi, buscando el comienzo del tema sobre el cual ella había acudido a mi. -Camila, sé que solo hemos hablado en una ocasión, pero necesito que creas todo lo que te diré... por favor- vi en su expresión la necesidad de que lo hiciera, algo en ella hacia que me sintiera cómoda y tranquila, no sería nada difícil el creerle -De acuerdo, puedes contar con que confiaré en ti- Luego de pronunciar esas palabras, observé como Normani abría la carpeta que había traído. Cuando esta estuvo completamente a mi disposición, lo primero que pude ver fue una foto en la cual se veía la silueta de dos personas. -Tómela y dígame a quién reconoce usted- Sin dejar pasar más de tres segundos, tomé la fotografía en mis manos y quedé bastante sorprendida con lo que vi. La foto había sido tomada en California, eran alrededor de las 9:00 pm y la silueta femenina que allí se podía apreciar, pertenecía a Dinah. En ese momento lo único que me podía preguntar, era el porqué ella se encontraba a esa hora vestida de una forma tan extraña. Se apreciaba un gran abrigo negro, un pantalón y gorro del mismo color, era algo extraño. -Es Dinah, ¿No?- Normani solo asintió con la cabeza -¿Y quién cree usted que es la otra persona?- La verdad no podía apreciar bien a la segunda mujer que se encontraba en la fotografía. La señorita Kordei tomó una foto de su cartera y me la entregó -¿Encuentra usted alguna similitud?- al tomar la fotografía que recién me había dado y al ubicarla junto a la anterior, pude darme cuenta de que se trataba de una joven chica, quizá provenía de una familia latina -Definitivamente es la misma persona, ¿de quién es este rostro?-pregunté posicionando ambas fotos sobre la mesa -Ella Dra Cabello, es Lucía vives- tome un poco de aire y lo retuvo durante unos segundos en mi cuerpo, luego exhalé. Debería de preocuparme o estar calmada, no sabía como sentirme -¿Hay algo por lo cual deba de preocuparme?- pregunté tomando algunos papeles adjuntos en la carpeta -Sí, desde esa noche a Lauren le comenzaron a llegar algunas amenazas a su correo electrónico y a los mensajes en el móvil- Mensajes, amenazas... ahora tenía menos sentido. ¿Qué pudo haber ocurrido esa noche, tiene algo Dinah que ver en la muerte de la señorita vives? Mi cabeza era un completo ocho y por más que quisiera pensar lo contrario, Dinah encajaba en muchas de las situaciones encontradas en las evidencias del caso de Lucía.
Encendí mi computadora y abrí el expediente de la señorita Jauregui. Seguidamente hice click en el explorador de internet y escribí el nombre de Lucía Vives, esperando que alguna información relevante apareciera. -¿Confía usted en Dinah?- le pregunté a Normani sin dejar de mirar la computadora -Es algo que lastimosamente no le puedo responder con certeza, doctora. Me encantaría poder decirle que sí, pero hay algo en mi cabeza que no me lo permite; es como si muy en el fondo supiera que ella tuvo algo que ver con lo que le pasó a Lucía- yo solo suspiré y asentí ante su respuesta. Algo en mi me decía exactamente lo mismo, pero en cierta parte me preguntaba que hacia Normani aquí; quizá ella era culpable y quería hacerme creer que otra persona había interferido en el fin de la vida de la señorita Vives. -¿Está todo bien?- me preguntó la señorita Kordei a medida que se acercaba junto a mi. Yo solo la miré por un par de segundos y ella suspiró de nuevo -se está preguntando qué intento hacer con esto, ¿no?- como si me hubiese leído la mente, ella sabía que tenía ciertas dudas sobre su presencia y su repentino interés en colaborar, yo asentí y ella se acercó aún más -Camila...- ubicó sus manos sobre mis hombros y masajeó lentamente allí -solo quiero ayudar a que Lauren esté bien, quiero que pueda superar aquello que ocurrió y que pueda seguir con su vida. Enamorarse de nuevo, ser una mujer independiente y exitosa- aunque no estaba completamente segura, quise hacerle creer a Normani que no dudaba de ella -La entiendo perfectamente. Créame, yo quiero exactamente lo mismo para ella- esta vez el turno para suspirar fue mío. Normani se quedó unos minutos más en mi oficina y luego se fue.
Todo el día me dispuse a indagar sobre las cuatro chicas, Normani, Dinah, Lucía y por supuesto Lauren. En internet no aparecía absolutamente nada que pudiera ayudar en algo; la verdad es que no entendía el porque estaba tan involucrada con este caso, con esta paciente. Admito que tengo una capacidad de aferrarme al dolor y a la vida de las personas que me son encargadas, pero estaba vez estaba yendo al límite. Estaba tan sumergida en su mundo, en su situación. Me creía detective o policía, intentaba acelerar el caso de su muerte como si se tratase de alguien importante y como si yo fuera una agente de un buró de investigaciones. Tal vez estaba interesada en Lauren como algo más que una doctora, tal vez me interesaba... no no, no es así, tal vez soy yo imaginándome el dolor de perder a tu pareja, sí, eso es... Soy yo entendiendo el dolor de una paciente más, de un ser humano, eso soy...
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Más Que Un Delirio Mental (CAMREN)
FanfictionKarla Camila Cabello Estrabao, una de las mejores psiquiatras de Norteamérica. Con tan solo 26 años trabaja en el mejor hospital de recuperación mental, Radley Sanitarium. Lauren Michelle Jauregui Morgado, perdió la cabeza según muchos. Posee un g...