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Abrí mis ojos lentamente. La silueta del rostro de Ally era completamente borrosa y no podía escuchar absolutamente nada; estuve un par de minutos más sintiéndome así y finalmente pude recobrar todos mis sentidos. -¿Qué ha pasado?- le pregunté a mi pequeña amiga quien me miraba con mucha preocupación -¿Estás bien Camila? ¿Cómo te sientes? Por favor dime que todo está en orden contigo- yo levanté mi mano derecha y la acerqué a su rostro -todo está bien solecito pequeño- ella rió -Debió de haber sido una reacción que mi sistema nervioso tuvo luego de haber procesado lo que me dijiste sobre mis padres- ella asintió y suspiró un poco fuerte, aunque me costara admitirlo, muy dentro de mi sabía que esa no era la peor historia que Ally tendrá que contarme -quiero que sepas que no me voy a ir, esta noche la pasaré contigo... pero no creo ni veo muy prudente el llenarte con los otros sucesos luego de lo que acaba de pasarte- yo asentí totalmente serena; estaba de acuerdo con mi amiga, una noticia más y podría terminar de nuevo en el hospital y en el peor de los casos, la morgue. 

Ally me había acomodado en el sofá a lo largo de este, mis piernas estaban reposadas en un par de cojines, pero por alguna razón no sentía más que un hormigueo en ellas. No quise decirle nada a Allyson, no quería preocuparla más de lo que ya estaba. Ella insistió un par de veces en ir hacia mi cuarto, pero a causa de mi situación y sin querer alarmarla, le pedí un par de minutos más aquí mientras mi cuerpo se equilibraba nuevamente. Poco a poco comencé a notar la ausencia del leve cosquilleo que invadía mis piernas, cuando finalmente este se fue, suspiré y Ally me miró con una gran expresión de confusión en su rostro -No sentía mis piernas Ally- sus ojos se abrieron de par en par y de inmediato ambas manos llegaron a mis piernas, las movió con agresividad y un poco de brusquedad -¡Auch! ya siento, no es necesario que desgarres mi articulación- ambas reímos y comenzamos a hablar sobre los detalles de su boda.


Unos cuantos rayos de luz en mi rostros, causaron que mis ojos lentamente se abrieran. No supe ni cómo ni cuándo nos habíamos quedado dormidas. Ambas amanecimos en el suelo, paquetes de galletas de avena se encontraban al lado de Allyson y unas cuantas envolturas de chocolate sobre el sofá; no pude evitar reír al ver cómo mi sala de estar se había convertido en un pequeño basurero. Me levanté del suelo y recogí en silencio los envoltorios, no quería ser la causa por la cual Ally se privara de un par de minutos más de sueño. Llegué a la cocina y deposité la basura en un pequeño basurero, mi vista se movió un par de centímetros más hacia la izquierda y ese fue mi fin. La manta que había usado en muchos de mis encuentros con Lauren en la terraza, se encontraba allí; miles de recuerdos invadieron mi mente, su risa, sus hermosos ojos y esa voz tan melodiosa... Tan rápido como volví a la realidad, salí de la cocina y caminé nuevamente hacia la sala. Ally se encontraba sentada en el sofá refregando sus ojos y emitiendo un pequeño bostezo -Buenos días, dormilona- dije a medida que me acercaba a ella. Sus ojos recorrieron por completo mi cuerpo y rió -te ves horrible Camila, menos mal no soy tu pareja porque estás...- soltó una pequeña carcajada y yo elevé mis cejas -¿Perdona? No se si me equivoco, pero no creo que en el mundo existan personas que se levanten como si fueran los dioses de Grecia- ambas reímos pese a mi comentario y dejamos la sala para ir a mi habitación. 

Le comenté a Ally el pequeño episodio de amor-tristeza que había tenido minutos antes en mi cocina y ella me abrazó. Dijo que tomara una ducha y que me pusiera linda, iremos a Radley con la excusa de que debo de informarle a Lauren sobre su proceso de traslado ya que yo no me encuentro en aptas condiciones de ir a trabajar; aunque en cierta parte eso es cierto, mi principal motivo de ir a verla es lo mucho que la extraño y la necesidad de cambiar su posición frente al hecho de querer irse del hospital. Una hora bastó para que ambas termináramos de arreglarnos; Ally conduciría puesto que mi cuerpo aún corre el riesgo de caer como un ser inerte y eso causaría en el mejor de los casos un accidente dejándonos solamente heridas, creo que ninguna quiere sufrir algo como eso. El tráfico de Miami está insoportable el día de hoy, hay cientos de automóviles que están parqueados a los laterales de Collins Avenue y el otro carril se encuentra cerrado por arreglos, el pasar entre la señalización de "estamos trabajando para que usted pueda movilizarse mejor" a lo largo de los 500 metros y los autos que se encuentran del otro lado, no es nada fácil.

Una hora fue necesaria para recorrer un trayecto que a esta hora de la mañana, podría tardar normalmente unos 25-30 minutos. Era de medio día y esto facilitaría mi visita a Lauren, solo me encontraré con los guardas de seguridad y una que otra enfermera en turno. Entré al hospital y saludé a la recepcionista, entré al elevador junto con Ally y comencé a temblar, ella lo notó y tomó mi mano para darle un leve apretón. Al llegar al piso 3, mi corazón estaba a nada de salirse de mi pecho. Caminé con velocidad a la zona de habitaciones, Ally se había quedado en la sala de espera; llegué a la habitación 306 y frené de repente. No tengo ni la más mínima idea de cómo entraré a su habitación, no estoy segura de que quiera verme, la rechacé unos días atrás sin siquiera mencionar una palabra. Tras  unos cuantos minutos de recepción, tomé valentía y coraje, le pedí al guarda que abriera la puerta de la habitación y entre. -No quiero que me ignores, vengo a hablar contigo de dos cosas sumamente importantes y soy consciente de que debes de estar odiándo...- El cuerpo de Lauren corrió hacia mi y me envolvió en un fuerte y amoroso abrazo, un suspiro salió de su boca y apretó mi cuerpo un poco más fuerte. No sabía si sería lo correcto, pero de igual forma la abracé, escuché un par de sollozos y me alejé con suavidad. Al observar sus ojos, noté como estaban llenos de lágrimas y suspiré. Odio ver a las personas llorar, me siento impotente al ver como unos ojos que deberían de reflejar felicidad, están invadidos de tristeza... -pensé que te había perdido- Lauren se encontraba abrazándome de nuevo e inconscientemente sonreí, ella se había preocupado por mi.


Luego de un par de minutos ambas nos sentamos en su cama, miré hacia nuestro alrededor y al ver que no había nadie cerca, tomé su mano -necesito hablar contigo- ella esbozó una pequeña sonrisa y asintió -Antes que cualquier cosa, quiero pedirte perdón por lo que pasó unos días atrás. No quería levantarme así de la nada y hacerte creer que estaba ignorando lo que me decías a propósito, en verdad lo siento- sus ojos reflejaron tristeza de nuevo y sentí una leve puñalada directo a mi corazón -el motivo por el cual no dije nada y me levanté tan repentinamente fue mi incapacidad en el momento de asimilar la situación. Cada cosa que me dijiste allá arriba, la sentí en mi corazón y la guardé en mi mente; en esos días en los cuales no tuve contacto alguno contigo, te pensé bastante y tuve la oportunidad de aclarar mis pensamientos- Lauren estaba confusa, de seguro está pensando que le estoy dando vueltas al asunto y la verdad es que lo estoy haciendo, no encuentro las palabras correctas para decirle que me gusta, que cada vez que la veo llena mi corazón y mi mente de cientos de sentimientos que jamás había sentido a lo largo de mi vida... -Así que ahora tengo una respuesta a aquello que me compartiste esa vez- sus ojos observaban mi rostro con mucha atención, un pequeño enrojecimiento cubrió mis mejillas y lo pude notar por lo calientes que estas se estaban tornando, comencé a jugar con mis manos y eso era a causa de mis nervios e inseguridades. Lauren notó mi inquietud y se levantó de la cama -no tienes que hacer esto Camila. Yo no debí haberte dicho nada, no sé porqué pensé que el liberarme y compartir lo que siento por ti se pasó por mi mente, puedes irte, te perdono- sus ojos se llenaron de lágrimas y yo me acerqué a ella -me gustas Lauren, tu también me gustas y siento que mi corazón cada día se enamora de ti- murmuré cerca de ella y noté como su cuerpo se puso tenso. Dio la vuelta como pudo y se acercó rápidamente a mi, sus brazos envolvieron mi cuerpo con suavidad y reposó su mentón sobre mi hombro; abracé su cuerpo transmitiéndole todo el amor que pudiera tener en el momento, quería hacerle sentir y saber que de verdad siento una gran atracción hacia ella.

Volvimos a su cama y ambas nos desahogamos en muchos aspectos, acordamos no tener nada serio hasta que ella obtuviera su salida del hospital; su representante vendrá en unos días presentando una carta de retrocesión de su interés por trasladarse, le informé que le quedarían unos dos o tres meses más aquí y ambas sonreímos. Por la emoción y el sentimentalismo del momento, obviamos el lugar donde nos encontrábamos, nuestros rostros se acercaron lentamente y nuestros labios comenzaron a fusionarse con suavidad. -¿Qué está ocurriendo aquí?- escuché una voz que se dirigía a nosotras en un alto tono y sentí como mi cuerpo se comenzaba a debilitar...

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2019 ⏰

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Más Que Un Delirio Mental (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora