Bajé a psicología y me encontré a Lauren sentada en la sala de espera. Me acerqué a una de las enfermeras y le pregunté que hacia ella ahí, lo único que me respondió fue que ella no había querido subir y que me estaban esperando para poder ayudar. No entiendo cómo es posible que haya pasado casi una hora y media desde que pedí el traslado y nadie haya sido capaz de avisarme sobre la situación. Suspiré y camine hacia donde la señorita Jauregui se encontraba, me senté junto a ella y bufé -¿Por qué no quisiste subir?- ella me miró y se mordió el labio -Quería verla Doc.- ella sonrió -Además, vi pasar a uno de los guardas de mi madre por aquí... supuse que ella se encontraba con usted y no quería interrumpir su visita- Lauren se puso de pie y comenzó a caminar y yo me levanté de inmediato -estoy lista para volver a psiquiatría y para ver a Dinah- Ese nombre, Dios... juro que ese nombre me estaba dando vueltas por la cabeza en todo momento. No podía decirle que no a Lauren a menos que tuviese una excusa válida para poner en su expediente. Además, el verla sería una oportunidad para hablar con ella y saber qué es lo que ocurre. Podré ver cómo se relacionan ambas y podré observar comportamientos en la forma de ser de cada una de manera individual en presencia de otra persona -Por supuesto Lauren, de eso hablaremos en la tarde o mañana por la mañana- ella solo sonrió.
Caminamos al elevador siendo escoltadas por un vigilante del hospital y una enfermera. Al llegar a la planta de psiquiatría le indiqué a la enfermera que la llevara a registro y control para su autorización de traslado.
Me dirigí al puesto de Samantha, tomé papel y un bolígrafo "Estaré en el Mago de las Fritas, te espero allí en 10 minutos" dejé la nota adherida a la pantalla de su computadora. Cerré mi oficina con llave, registré mi salida y manejé hacia el restaurante. Saludé a la recepcionista del restaurante y pedí una mesa para dos, ella muy amablemente sonrió y me mostró el camino hacia la terraza -espero disfrute de nuestros servicios- yo sonreí y ella se alejó caminando a la entrada. Estuve leyendo la carta y no pude evitar sentir nostalgia por mi infancia. Este era un restaurante latino y bueno, yo viví unos muy pocos años en Cuba y en México, no tengo recuerdos de haber estado allí, pero independiente de, seguían siendo mi hogar.
Samantha llegó a los 5 minutos de yo haberlo hecho. Besó mi mejilla y me sonrió dulcemente -¿Te has antojado de algo ya?- yo asentí y leí la carta -Solomo de cerdo argentino. El plato trae 360 gr de carne solomo envuelto en tocineta al carbón, una ensalada y un postre de la casa- Samantha tomó la carta en sus manos y buscó la imagen del plato, mordió su labio y dejó la carta nuevamente en la mesa -creo que pediré exactamente lo mismo, se ve delicioso- tenía toda la razón, su apariencia te da una idea del buen sabor de la carne. Le hice una pequeña seña al camarero con mi mano y el se acercó -Muy buena tarde, bienvenidos a el Mago de las Fritas- Sam y yo respondimos al saludo y ambas le regalamos una sonrisa al chico -¿Qué desean pedir en esta ocasión?- Puse mi carta sobre la carta de Samantha y el chico de inmediato las retiró de la mesa -Pediremos dos solomos argentinos, por favor- el camarero apuntó el pedido en su libreta y nos miró nuevamente -¿Qué bebida desean tomar? Puedo ofrecerles jugos naturales en agua y en leche, limonadas y refrescos- sin pensarlo dos veces pedí una limonada de coco y Samantha pidió una de cereza -el pedido estará listo en unos 20 o 30 minutos, con permiso- el chico sonrió para luego retirarse con las cartas y llevar el pedido a la cocina.
Pasamos el tiempo de espera hablando de cosas diferentes al trabajo. Comenzamos a planear las diferentes actividades que realizaríamos la próxima semana, ya que tendremos unas pequeñas vacaciones. Samantha moría por ir a Hawaii mientras yo deseaba ir a Venecia, no pudimos ponernos de acuerdo así que mañana cada una traería una lista con diez motivos por los cuales deberíamos de ir al lugar que cada una quiere. Amo pasar momentos así con ella, me hace sonreír, reír y siempre ha estado para escuchar mis problemas y apoyarme. Es una mujer hermosa, no solo físicamente puesto que su corazón y su alma son fascinantes.
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Más Que Un Delirio Mental (CAMREN)
FanficKarla Camila Cabello Estrabao, una de las mejores psiquiatras de Norteamérica. Con tan solo 26 años trabaja en el mejor hospital de recuperación mental, Radley Sanitarium. Lauren Michelle Jauregui Morgado, perdió la cabeza según muchos. Posee un g...