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El resto del día había sido totalmente normal, no tuve muchas interrupciones y solamente fui llamada por dos emergencias. Miré el reloj de la pared y vi la hora, 4:15; apagué el computador y salí de mi oficina. Samantha notó mi presencia y de inmediato se puso de pie, caminó hacia mi con una sonrisa y yo la miré algo confusa. -Camila... ¿Podemos hablar?- yo me reí internamente, ella se sentía sola y por eso quería volver -Que falta de profesionalismo Señora Smith, no quiero que se dirija por mi nombre a mí, no me gusta que cualquiera lo haga- miré sus ojos atentas y pude ver dolor. Ella terminó por apegarse a mi y yo la miré a los ojos; esos ojos que unos meses atrás me llevaban a la perdición, esos ojos que hoy día no causaban nada más que lástima en mí -Te extraño...- ella susurró y yo me alejé por completo -Tengo cosas que hacer, quizá nos veamos luego- dije mientras le daba la espalda y salía de allí.


LAUREN'S POV

Había despertado hace una hora. Noté la nota encima de mi escritorio y al leerla había sonreído; me alivió bastante el hecho de que Camila haya tenido un inconveniente y que por eso no viniera en la mañana. Prefiero eso cientos de veces a que ella se canse de mi presencia. Eran la 4:20 así que me levanté de mi cama, tomé el cepillo y peiné mi cabello. Tomé una coleta y lo até un poco alto, cepillé mis dientes y sonreí. 

La puerta de mi habitación se abrió y supe que Jennifer había llegado por mí. Di la vuelta y caminé hacia la salida, la salude con calidez y caminé junto a ella. Nos dirigimos al elevador y yo ya estaba muriendo de los nervios, Jennifer lo notó -¿Estás bien Jauregui?- yo me limité a asentir y ella suspiró -Si algo te ocurre, debes de decírmelo... o al menos decírselo a Camila, ¿De acuerdo?- esta vez fui yo quien asintió con su cabeza. Llegamos a la terraza, parece ser que el sonido del elevador alertó a Camila ya que ella se dio la vuelta estando sentada en el suelo. Jennifer me hizo una seña para que saliera de allí y así lo hice. Caminé hacia la dirección de Camila y sentía como todo el cuerpo me sudaba; finalmente llegué donde ella y me senté a su lado -Hola ojitos- me dijo ella mientras se acercaba a mi frente y depositaba allí un suave y dulce beso -Hola Camila ¿cómo estás?- yo le sonreí como siempre intentando ser lo más disimulada posible. Camila tomó un emparedado del morral que había traído consigo y me lo entregó -Estoy muy bien Lauren, hay algo que quiero decirte y se que te hará feliz- al escuchar esas palabras mi corazón comenzó a latir con fuerza, los nervios se apoderaron de mi y un gran sonrojo abordó mi rostro. Sentí el impulso de querer decirle las cosas yo primero así que hablé -Espera, hay algo urgente que debo de decirte- la sonrisa se esfumó de su rostro y un gesto de preocupación y confusión la remplazó -No me mires así, no es nada malo- o eso era lo que me decía noche tras noche a mi misma... El enamorarte de tu doctora no es malo. Suspiré y proseguí -Camila... yo.. estos últimos días me he sentido muy extraña. He intentado aclarar mis sentimientos, emociones y pensamientos pero aquello que he sentido últimamente, no me lo permite- ella tomó mi rostro con ambas manos ya acarició mis mejillas suavemente -¿Dime qué ocurre ojitos? te ayudaré- me regaló la sonrisa más honesta que alguna vez me haya regalado. -Ella es realmente hermosa- pensé y finalmente conseguí el coraje que necesitaba -Me gustas... y creo que me estoy enamorando de ti- sus ojos se abrieron de par en par y sus manos soltaron casi que de inmediato mi rostro. Camila se puso de pie y comenzó a dar vueltas por la terraza; según su reacción, yo podía ver que ella no se sentía de la misma forma hacia mi. Tomé mi abrigo y me levanté, miré por última vez a Camila y caminé hacia el elevador. Ella no se había tomado la molestia de tan siquiera rechazarme verbalmente, sus actos lo habían hecho y eso era aún más doloroso. 

Tras unos segundo de mirar fijamente el botón del elevador, finalmente lo presioné. Este se abrió de par en par y yo entré. Quería salir de allí tan pronto como pudiera...


CAMILA'S POV

Sus palabras no paraban de dar vueltas en mi cabeza. Lauren acababa de decirme que siente cosas por mí, que se está enamorando y yo simplemente no supe como reaccionar. Escuché el sonido que el elevador hace al llegar y de reojo observé cómo se iba; no pude moverme ni decir nada, mi cuerpo y mente están completamente sorprendidos. Unos minutos fueron suficientes para comenzar a analizar lentamente cada una de las palabras que Lauren me había dicho hace un momento, yo le gusto y se está comenzando a enamorar de mí... Dios, esto no puede estar pasándome a mí. Tomé mis cosas y salí de la terraza tan rápido como pude. 

Llegué a mi oficina y no supe si fue por los nervios o la paranoia del momento, pero tomé mi celular y llamé a Dinah. Le dije absolutamente todo lo que ha pasado en los últimos días, ella suspiró y lo único que pudo decirme fue que ahora tengo un gran problema... Lauren suele ser de esas chicas que cuando rechazas, puede llegar a tomar una de dos posiciones. Ella puede no hablarme nunca más y crear un gran odio y rencor en su corazón, o deprimirse en un abrir y cerrar de ojos; yo solo esperaba que en mi caso fuera la primera opción, ella no debía de caer de nuevo en depresión... no cuando habíamos luchado con ella durante todo este tiempo para sacarla de ese gran vacío en el que se encontraba.

Tomé mis cosas y salí del hospital. No quiero permanecer ni un sólo segundo más allí, no puedo pensar con claridad en este momento. Al ingresar al auto, conecté mi celular con la radio de este y llamé a Ally, quizá ella sabrá que hacer. No tuve suerte en comunicarme con ella así que me dirigí para un bar que se encuentra a la vuelta de su vivienda. Aparqué el auto y entré. Caminé hacia la barra del bar y pedí un shot de vodka, lastimosamente tendré que emborracharme para poder despejar mi mente.

Un par de shots bastaron para que mi cuerpo comenzara a relajarse. Me levanté de la silla y caminé hacia la pista de baile. Comencé a bailar lentamente y observé como una chica entre la multitud no despegaba sus ojos de mi cuerpo y los movimientos de este. Le hice una seña para que se acercara y así lo hizo, ella parecía estar algo pasada de copas -no tendré que preocuparme porque tengo la certeza de que mañana no recordará mi rostro- pensé y dejé que mi cuerpo comenzara a divertirse junto a mi nueva compañía. Comenzamos a bailar lento la una sobre la otra; apoyé mi trasero en ella un par de veces y lo moví con lentitud y sensualidad. Ella llevó sus manos a mi cadera y comenzó a acariciar con suavidad, sus labios se dirigieron a mi cuello y lo besó con lentitud, dejó unos cuantos besos húmedos en este y yo comencé a sentir la humedad de mi centro. Tomé su mano y nos encaminamos a los baños del bar, no estaba borracha así que para mi suerte, pude notar que su belleza era legítima y no solo una mala jugada del alcohol ingresando lentamente al cerebro y desconectando momentáneamente mis neuronas. Comenzamos a besarnos desenfrenadamente. Sus labios se apoderaron de los míos con pasión y deseo, nuestras manos jugaban torpemente por el cuerpo de la otra. La música se seguía escuchando incluso dentro del baño así que nuestros cuerpos se movían al son de la canción que estaba sonando en aquel entonces. Yo no he tenido ni un solo encuentro sexual luego de mi pequeño desliz con Samantha; cualquier toque, caricia o beso en el lugar correcto, me haría perder el control de mi cuerpo y terminaría entregando mi cuerpo a la persona que lo hiciera...

Más Que Un Delirio Mental (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora