Capítulo 16

30 4 0
                                    




Claire, 19 años, ???, año 3066

Esta es la cuestión, hace solo cinco minutos he perdido a la persona más importante en mi vida.

Y hace solo 10 segundos que la vida intenta quitarme a lo único que me queda.

Y no puedo permitir eso.

Corro sin frenesí con la cabeza baja mientras sujeto a Damian de los brazos, comienzo a arrastrarlo porque siendo honesta es demasiado pesado para poder cargarlo.

Los disparos suenan incesantes mientras controlo todos los impulsos de mi cuerpo que me ordenan voltear a los matorrales espinosos y ver el cadáver de mi hermana colgando del pecho con una espina atravesándola. Quitarse la vida solo le costó unos minutos de infernal dolor, pero para los que seguimos vivos fueron eternas horas de vivir en carne viva el perderla.

Una muerte tan dramática e única digna de Karol.

¿Debería sentirme así de entumecida? ¿Cómo si fuera incapaz de sentir el dolor? Prefiero relacionarlo con el hecho de que aún no lo he comprendido, el calor del momento no me ha dado un jodido segundo para poder sentir.

Entonces temo que siempre sea así.

Morir y no sentir.

Ver y no tocar.

Correr y no avanzar.

Sí. Eso es lo que siento.

Corro y no avanzo. Arrastro lo único que me queda pero no avanzo.

Mirar su inconciencia, sus ojos cerrados, la herida en su cabeza, su pierna que sangra, me da escalofríos.

- Joder, no. Ya perdí a Karol, no te perderé a ti – murmuro para Damian

Y deben ser kilómetros... kilómetros de no avanzar, kilómetros de pensar pero no entender... eternos caminos que nunca acaban porque nunca avanzo.

No avanzo porque no puedo pensar... y no pienso porque no siento.

Eso es.

No siento.

Necesito sentir.

Necesito pensar, necesito avanzar.

Sentir.

Sentir como cuando te atraviesan con una espina.

Sentir como cuando sangras.

Dolor.

Sentir la espina.

Siéntelo, siente la sangre, siente la herida... siente el dolor.

Mi brazo.

Volteo a ver mi brazo, abro mis ojos, hay una herida abierta, sangra y arde mientras me doy cuenta que hay una espina con mi sangre en ella.

Maldigo mientras tomo un respiro y comienzo a avanzar con mayor rapidez, esta vez sí observo el camino.

Siente, piensa, avanza.

Despierta.

- ¡Damian, despierta! – grito mientras corro. Libero un suspiro al darme cuenta de que por fin hemos salido de los matorrales espinosos

Los disparos han quedado atrás mientras Ane y Josh nos esperan fuera de los matorrales, jamás me sentí más feliz de ver sus caras, y aun mejor, de ver el espeso bosque rodearnos sin afán de terminarse.

Entre Ane y yo sujetamos a Damian de los brazos y lo elevamos, con mi brazo disponible sujeto a Josh de la mano y empezamos a correr todos en sintonía.

En lo Profundo del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora