Capítulo 22

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Claire, 19 años, ???, 306?

- ¡¿qué hiciste?! ¡¿Qué fue lo que hiciste?!

Llevo mi mano a mi boca mientras las lágrimas salen, es como si todo fuera una secuencia, veo el arma en el suelo luego su cuerpo y cara que poco a poco va palideciendo de una forma inhumana.

Ni siquiera puedo ver esos ojos vacíos, me enferma verlo así.

- ¡¿Qué fue lo que hiciste, Damian?!

Pero no recibo respuesta, claro, como voy a recibir respuesta de alguien que no puede hablar. Dejó mis rodillas caer al suelo, mientras cubro mis ojos para no llorar.

- Escuchamos un disparo desde el campamento - la voz de Josh va descendiendo mientras se acerca - ¿qué fue lo que pasó?

Al parecer nadie tiene nada que decir, es terrible saber que las palabras se me atoran en la garganta, quiero pensar que lo que él hizo no lo pensó, sino que se dejó controlar.

- A veces la gente actúa sin pensar, se deja llevar por sus inseguridades, y no lo culpo por eso, solo tienes que... saber lo que es mejor

Josh se queda quieto antes de volver al campamento, Ane lo sigue. Me acerco a él mientras tomo su cabeza entre mis manos, pego mis labios en su oído.

- Lo siento, te amo, eres un gran hombre, vales más de lo que crees, jamás serás un arma - término por decir en su oído, luego tomó sus pálidos labios y los presionó con los míos

Dejo la presión por unos segundos antes de soltarlo, tomó el rifle que él traía y me lo colocó en el costado, agarro el arma que quedó en suelo y la meto en mi chaleco.

Lo miro un poco más antes de limpiar mis lágrimas y volver al campamento.

Camino de vuelta a la tienda, ni Ane ni Josh tienen algo que decir y yo tampoco.

- A veces...

- Déjalo Josh, solo déjalo así - digo mientras me caliento con el fuego, la noche es tan oscura que el fuego ni siquiera parece poder iluminarnos

Ane vuelve a la tienda de campaña y Josh la sigue. Me abrazó a mí misma, pienso que así serán las cosas desde ahora.

- ¿Cómo lo haces? - dice Damian situándose a mí lado, aún conservando su palidez - ¿cómo te enamoras de alguien como yo?

Solo soy capaz de sonreírle mientras sujeto su mano con su palidez inhumana, aunque claro, acaba de intentar suicidarse, no esperaría menos.

- Fácil, toma a dos personas que no tengan nada en común y que una sea increíblemente interesante, divertida o hasta arrogante, y oblígalos a estar juntos por un largo tiempo y te darás cuenta que a veces las cosas pasan sin que nos demos cuenta

Se hace un silencio mientras él me mira a los ojos.

- Lo siento, no quise, realmente no quise...

- No digas que no querías hacerlo, porque es obvio que lo deseaste.

- Aún sigues sin entenderlo, angelito, no me controlo, debiste saber que el que estaba hablando no era yo.

- Lo vi, claro que lo vi, tú voz... cambio un poco – digo.

- Pues entonces sabes que si por mí hubiera sido nunca hubiera intentado eso, y menos frente a ti, solo... solo debes saber... Entiende que puedo descontrolarme y entonces nada podría detenerme, gracias, realmente gracias por lo que hiciste-

- Te doy las gracias a ti, pues... por lo que dijiste, sobre mí.

- Es porque es la verdad, eres la única persona que ha logrado controlarme.

En lo Profundo del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora