Capítulo 10

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Claire, 19 años, ???, año 3066

De nuevo estamos aquí.

Pretendiendo que lo sabemos todo.

Que somos capaces de lograr recuperar nuestro pasado.

Pero nos hemos equivocado.

Es claro que nos hemos equivocado, de nuevo lo hicimos.

¿Cuantos errores nos hacen falta?

El sudor me resbala desde la frente, se pierde en mi pecho y reaparece en mis piernas. Mi cabello corto se pega a mi cuello mientras el agua solo parece correr por mi cuerpo. Siento la garganta seca mientras hago masajes en mi nuca.

El silencio inunda mis oídos.

Por favor... has que pare.

No somos conejillos de indias, no nos pueden amarrar.

Estamos en su juego. Su maldito juego. Somos los ratones y ellos son los gatos.

Los días... me están enloqueciendo.

He perdido la noción del tiempo. Parece que siempre es hoy. Parece que los días no avanzan, las horas no corren.

Nada... solo... no.

No hay nada.

Cualquier sonido es motivo para ponerse tenso. Puede ser cualquier cosa, una persona, un animal o una trampa.

La muerte nos pisa los talones a cada paso que damos. To tiene afán de detenerse.

Una vez estás en este bosque ya no hay marcha atrás.

Debieron advertirnos, debieron decirnos sobre el destino que nos depararía proveniente de esta decisión.

¿Qué me queda ahora?

¿Recuerdos?

Supongo que es lo único que aún mantengo.

A no ser que ya los haya olvidado.

No, eso es imposible.

Debes aferrarte al recuerdo.

Mi nombre es E289... no, es E294... ¡No!

Y mi cabaña, era la numero 569... espera, eso es incorrecto, era la numero... era...

No... no lo recuerdo.

Lo único que recuerdo es a mi nana.

Sus cálidas sonrisas.

Su té de manzanilla sin calentar.

Su sangre correr. Sus ojos muertos, vacíos. El hilo de sangre decorando su mandíbula.

La muerte apoderándose por completo de su cuerpo.

Me estremezco ante las imágenes que llegan como balas a mi mente. No tardó en empezar a llorar, las lágrimas se pierden con el resto del sudor que corre por mi cuerpo.

Exactamente de la misma forma en la que mi vida se pierde entre las ramas de este bosque.

Parecia que el llorar no era por voluntad propia, pero realmente lo era.

Porque estaba frustrada, porque la vida habia parecido dirigir su odio hacia nosotros.

No era lo que yo deseaba, escapar, siempre quize hacerlo, pero ¿realmente era lo que necesitaba?

Debería sentirme terrible por pensar en eso, pero que más daba.

Aunque luego lo pensaba, parece que el destino esta en mi contra, pero logre escapar.

En lo Profundo del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora