En un lugar remoto en el universo, en un sistema solar desconocido, había un planeta llamado Miroga -"magia" en el idioma de los titanes-, formado por ocho países donde convivían y conviven seres fantásticos. Era un lugar con el que los humanos solo soñaban, al igual que consideraban imaginarios a los habitantes del lugar. Pero un día llegué al planeta, y empezó esta historia.
Había un gran continente, una Pangea en aquel mundo mágico, donde estaban seis de los ocho países:
Alconticoi, el país de los magos y brujas se situaba al oeste, Zodiaco, el país de los elfos, ocupaba el sur, Bimes, el país de las hadas y Tauria, el país de los centauros, ocupaban el centro y el norte y Cuticai, el país de los monstruos y Sateus ocupaban el este. En Sateus vivían tanto monstruos como satos, que eran las personas que dominó la maldad, la guerra y conquistaron Cason, una isla cercana al gran Continente Mágico donde antes vivían los titanes de piedra, el octavo país ya destruido y gobernado por Hallef Winter, el jefe sato.
Todo esto estaba rodeado, como nuestro planeta, de agua. Pero todo aquel océano, era otro país; Atlanta, el lugar donde habitaban las sirenas.Yo simplemente era un humano que en teoría no debería haber estado allí. Me acuerdo de mi llegada a Miroga como si fuera el día de ayer...
«Estaba en mi habitación, buscando algo para leer en mis torres y torres de libros, aburrido por el horrible día de lluvia, cuando mi madre entró diciendo:
-Paul, vete a casa de la abuela Susan y dile que te de... el libro-. Así lo hice, caminé hasta allí, toqué en la puerta empapado, le di un beso, me leyó uno de sus tantos libros y me preguntó:
-¿Que necesitas pequeño?- y le dije lo que me había pedido mi madre. Me dió un libro viejo y grande, cuyo título era El libro de Doragon.Con un clip había sujetada una nota de la abuela que ponía: «No leas la última hoja, ya sabes lo que le pasó a tu padre». Después de eso abrí el libro por la mitad, donde había historias de seres fantásticos. Una de ellas era la del símbolo del zodíaco Libra, pero pasé la hoja antes de leerla. No era mi intención desobedecer a la nota, no quería desaparecer, como lo hicieron mi padre y mi abuelo.
Como un idiota llegué a la última página sin darme cuenta, donde había, escrito con letras delicadas y cursivas, un poema. Al recitar en mi cabeza la última palabra se me cerraron los ojos y caí en medio de la calle. Al cabo de unos minutos me desperté, pero no en la calle si no en una habitación grande y hermosa.
Había una chica rubia y de ojos marrones y brillantes. Su piel tenía unas líneas atigradas verdes agua a los lados de la cara, en la barbilla y por el centro de la nariz. Una línea del mismo color bordeaba sus ojos, haciéndolos como un gato o como un tigre.
-Tus orejas... son muy raras.
Ella rió y explicó que el raro era yo, que allí todos eran así, elfos, aunque unos elfos muy diferentes a lo habitual.»---------------
Espero que te haya gustado esta intro ^-^ quédate para descubrir la historia de Paul Brighton y el mundo de Miroga.-eso sonó a lo Jarra Pota y er mundo de Mirogah-Weno, poh ezo.
Att: Tanin❤
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El libro de Doragon. #EWA
FantasyEra un día normal, como siempre, aburrido, por azares del destino fui a casa de mi abuela donde me entrego un gran libro: El libro de Doragon. Era solo un libro, común a la vista, sus misterios lo adornaban y muy antiguo parecía. Un polvillo lo...