Contenido adulto.
Durante el transcurso a casa de Marco, Jaime y yo platicábamos sobre cosas sin sentido, solo para no hacer el recorrido incómodo.
─Te tengo una sorpresa para mañana.
─Genial, ¿me darías una pista?─ pregunto, con voz angelical
─No preciosa, es una sorpresa.
─Vamos, solo una pequeñita─ de nada sirve sé que él no me dirá nada hasta mañana.
─Bien, te diré.
─ ¡SI!─ grito y aplaudo como una nenita
─Sí...─ esto era demasiado bueno para ser verdad.
─ ¿Me vas a condicionar?─ pregunto, incrédula.
─Si no quieres saber, por mí no hay problema.
─Eso es chantaje, Jaime─ murmuro–. Pero ya habla, ¿A cambio de que me dirás?
─No vas a casa de ese muchacho─ sonríe, triunfante, pero no le durara mucho.
─Creo que esperare a mañana─ instantáneamente su sonrisa se borra─. De todos modos me la dará─ ahora soy yo quien sonríe triunfante.
─Joder. Entiende que no te queremos cerca de ese cabrón─ espeta con la mandíbula apretada.
─Jaime solo... escucha sé que te preocupas por mí, pero no pasa nada, es mi amigo y nunca hace nada que no quiero.
─Bien, pero si te hace algo malo lo mataré y de las manera más cruel. Nada de sexo, ¿entendido?─ asiento no muy convencida─. ¿Entendido?
─Sí, señor.
─Bien.
─Gracias, Jaimito─ Sonrío en su dirección.
─ ¿A qué hora paso por ti?─ pregunta mientras bajo del auto.
─Marco me llevara.
─No llegues tarde, sabes que a tu padre no le gusta que faltes a cenar.
─Si, Jaime. Nos vemos. Te quiero.
─También te quiero mi niña.
Llego a la casilla de vigilancia de la casa de Marco y el guardia al verme sabe que tengo permiso de entrar. Se escucha un "bip" y el portón se abre.
─Buenas tardes, señorita Baeza.
─Buenas tardes─ respondo con una sonrisa y sigo caminando.
Llego a la puerta y oprimo el botón del timbre. Suelto una carcajada
─ ¿Está el señor de la casa?─ me burlo.
─Muy graciosa─ se hace a un lado para que pase─. Me quedé sin servidumbre durante toda una semana y es de lo peor, ¡tengo que hacer todo yo solo!─ y ahí suelto otra carcajada. Este chico es mi payaso personal.
─Si Marco, la gente suele hacer esas cosas normalmente─ maldice por lo bajo.
─Pues no soy como esas personas─ deja de hablar y me sonríe, coqueto─. ¿No piensas saludarme?─ se acerca peligrosamente y me toma de la cintura.
─Hola, ¿Cómo estas, guapo?─ paso mis brazos por su cuello y le doy un beso en la comisura de los labios.
─Mejor ahora que llegaste, preciosa. ¿Te gustaría hacer algo divertido?─ Me da una sonrisa moja bragas
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Loco Posesivo © |Editando.|
Teen FictionGabriela Baeza es la hija de un empresario, dueño de una importante y prestigiosa cadena de hoteles alrededor del mundo. Nació en Chile, donde vive actualmente y está a un día de terminar sus estudios como administradora de empresas. Por ser hija ún...