Capítulo 36.

16.2K 1.1K 57
                                    

El fin de semana se fue volando. En un abrir y cerrar de ojos ya estábamos de vuelta en España.

Las pláticas con Fabricio ya estaban siendo más que solo sobre James, pues Fabri resultó ser bastante interesante. Él estaba convirtiéndose en más que solo un conocido que me había ofrecido encontrar la manera de entrar al duro corazón de James. Se estaba convirtiendo en un gran amigo, uno que apenas conocí y ya estaba ganándose mi confianza.

Desde que vine a España las cosas con Marco ya no estaban funcionando. Seguía siendo mi buen amigo, pero ya no hablábamos ni compartíamos secretos. De hecho nunca lo hicimos, por lo menos no él. No lo culpaba por la forma en que me quitó la virginidad, eso no fue a base de engaños, ─como él dice─ ambos así lo quisimos, pero jamás me contó sobre su hermana, en cambio yo le confié todo de mí.

Esta tarde Fabricio me invitó a cenar. Negarme no era una opción. Tampoco estaba considerando hacerlo, pero para asegurarse de que realmente fuera así, me dijo que no tenía otra opción más que aceptar.

Terminé de vestirme, usando un simple vestido negro hasta la rodilla con un saco blanco; zapatos, bolsa y accesorios del mismo color que el vestido.

Llamaron desde el otro lado de la puerta.

─Adelante─ hablé un poco alto.

La puerta se abrió y Sander se recargó en el marco con los brazos cruzados.

─Oye pequeña, el idiota de Fabricio llegó y dice que saldrán.

─Oh sí. Iremos a cenar─ respondí sin más.

─ ¿Juntos?─ profundizó el tono de su voz.

─Sí.- respondí obvia.

─ ¿Solos?─ preguntó, incrédulo.

─Sí, Sander. Solos, los dos, juntos.

Frunció el ceño. Asintió desentendido y finalmente se acercó a mí.

─Puedo decir que estás enferma─ rodeó mi cuerpo con sus brazos. Apoyé mi cabeza en su duro pecho.

─No, estoy bien.

─ ¿segura?

─Sí.

─Escuché que habrá una tormenta.

─Mentiroso.

─Es cierto.

─Entonces regresaré antes.

─ ¿Están...? ustedes... ¿hay algo...? ¿Están saliendo? Ya sabes, como pareja.

─Fuera de una linda amistad... no ocurre nada.

─Bien─ me liberó de sus brazos y tomó mi cara entre sus manos─. Te ves hermosa. Si ese cabrón intenta algo, golpéalo justo en las pelotas.

─No me hará nada, Sander─ reí.

─Solo por si acaso.

─De acuerdo. ¿Tú saldrás hoy?

─No, James vendrá y resolveremos unos asuntos del trabajo.

Por un momento sonó tentadora la idea de que le dijera a Fabricio que estaba enferma, pero eso no está bien. Ya había quedado con Fabri y no me gusta fallar a mis compromisos. Además mañana vería a James en el trabajo.

─Bien. Ya tengo que irme.

(...)

─Maldición─ susurró.

La cena se había estropeado debido al mal clima. Y es que justo cuando llegamos al restaurante la lluvia nos azotó con fuerza.

Sander es un maldito vidente o algo así.

Loco Posesivo © |Editando.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora