Capítulo 7

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La semana se fue volando y en menos de lo que pensé ya estaba todo listo, solo faltaban dos días para irme a España con Sander y sus padres.

Hoy salí con Marco y Sander a comprar ropa, pero ellos más que acompañarme como los mejores amigos que son, vinieron para cargar las bolsas de mis compras. Lo sé, soy muy lista, esa es la ventaja de tener amigos tan buenos... y fuertes.

-Pequeña, creo que ya es suficiente ropa.- hablo Sander

-Sí, tienes razón. Ahora vamos por lo zapatos.

-Bromeas, ya son demasiadas bolsas, bonita.- dijo Marco

-vamos.- ambos negaron.- haré lo que quieran.- dije negociando.- ¿hecho?

Los chicos se voltearon a ver y se dedicaron una sonrisa nada buena.

Esto nos costara caro, Gabi.

Si ya sé, pero ¿acaso los zapatos no lo valen?

Mmm, tienes razón.

-Bien, te dejaremos comprar zapatos, pero...- hablo Marco

- Harás una noche de películas.- dijo Sander

-y nos darás todas las comodidades que merecemos...- continuó Marco.

-¿Hecho?- finalizo Sander.

¿Qué tan malo podría ser?

-Hecho.- dije firme, aunque no estaba tan segura.

-Bien, ¿cuál tienda visitamos primero?

Tres horas después ya estábamos rumbo a casa

-¿saben? me preocupa como haremos para que Marco entre sin que papá y Jaime lo vean o de lo contrario lo sacaran a patadas

-Descuida, pequeña lo tengo todo bajo control

-Eso espero, Sander.

Llegamos a casa y los chicos se bajaron del auto, Sander llamo a Oscar y pidió que subieran las bolsas de ropa y cajas de zapatos a mi habitación.

-Bueno, pequeña ¿Qué esperas para entrar?

No sé si Sander es idiota o que le pasa, sabe que los hombres de esta casa no toleran a Marco y el solo hará que lo corran apenas entre por esa puerta o algo peor.

No me dio tiempo de contestar cuando él y el brasileño, entraron a casa e inmediatamente corrí detrás de ellos.

Una vez dentro de casa fuimos a la sala. Todos están ahí, mis padres, Jaime y Matilde.

Oficialmente estamos muertas.

Todos voltearon a vernos y hubo un silencio escalofriantemente incomodo cuando vieron a Marco. Mamá se levantó y camino directo hacia él, lo envolvió entre sus brazos.

-Hola hijo, ¿Cómo has estado?- dijo mientras se separaba de Marco.

-Muy bien señora Baeza, ¿Cómo está usted?- su voz sonaba muy tranquila, mientras mi corazón estaba a punto de explotar en mi pecho.

-De maravilla, te vez muy guapo.- dijo ella con voz maternal

-Gracias señora, usted es muy hermosa.- dijo con una sonrisa... wow.

-Muchacho.- dijo papá con voz dura

-Señor.- La voz de Marco fue casi en el mismo tono que la de mi padre, pero sin perder el respeto.

Se saludaron con un firme apretón de manos Jaime hizo lo mismo, Matilde le dio un beso en la mejilla, seguido de eso hablo.

-Bueno, la cena está casi lista. Don Armando, usted dirá.

Loco Posesivo © |Editando.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora