Prólogo

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Narra Ashley:

 El sonido del mar resonaba como eco a mis oídos y el cantar de los pájaros ambientaba el lugar. Nos encontrábamos en la playa pero no era cualquier día. Se trataba de un día especial; el día de mi boda.

Luego de varios años de espera, Stephen y yo habíamos decidido unir nuestras vidas para siempre. Ahí frente al mar que había sido testigo de su declaración, de la primera vez que hicimos el amor, de la propuesta matrimonial. Yo tenía a las personas por personajes abstractos. Nada existía para mí en ese momento a parte de Stephen.

— Los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia—anunció el pastor de la iglesia con una gran sonrisa en su rostro.— ¡Que viva el amor! Tienes a un gran hombre a tu lado—se dirigió hacia mí y sonreí totalmente de acuerdo.

— No tengo ni la mínima duda—contesté mirando maravillada al hombre con el cual compartiría el resto de mis días.

Stephen Bógdavoz, el amor de mi vida, me miró tiernamente para unir nuestros labios en un hermoso beso. Nuestro primer beso como esposos. Nunca pensé que este momento llegaría aunque siendo sincera siempre soñé con él. Era el hombre que cualquier mujer desearía en su vida. Un príncipe sin corona...

— Te amo, hermosa. Te prometo que serás la mujer más feliz del mundo—acarició mi mejilla con suma delicadeza.— Lo juro por nuestro amor—dijo en un suspiro.

(...)

La habitación se encontraba fría pero el amor que sentíamos era nuestra calefacción. El crema claro que había en la habitación daba una sensación de paz y la felicidad la complementaba las tres personitas que estaban conmigo.

Ese día, después de nueve meses largos de espera había llegado el día tan esperado; el nacimiento de mis gemelos. No fue hasta el momento en que los tuve en mis brazos que me di cuenta de que todo había valido la pena. Todas las desvelas, dolores y antojos valieron la pena pues tenía a dos angelitos conmigo.

— Mira, son idénticos a ti—murmuré besando la frente de los gemelos recién nacidos. Un hermoso varón y una bella princesa.— Aunque tienen mi nariz—dije con una sonrisa. Ya estabamos completos.

— Son los niños más hermosos que existen—afirmó Steph con Chloë en brazos.— Estoy seguro de que serán todos unos rompe corazones—lo miré mal.

— Lo sé, son hermosos pero no le romperán el corazón a nadie—dije admirando al pequeño Nathan.— ¡Son igualitos! Gracias a Dios, tienen sexo distintos sino nos volveríamos locos—reí enamorada con lo que Dios había entregado en mis manos.

— Ahora somos una familia completa y seremos la más feliz—prometió Stephen con la radiante sonrisa que siempre había en su rostro.— Seré el mejor padre que podría existir— acarició mi frente de manera delicada.

Al escucharlo creí ciegamente en su palabra. Le dí un casto beso y seguí disfrutando de la alegría del momento. Ya no eramos Stephen y yo, ahora habían dos pequeños por quien velar y que dependían de nosotros.

(...)

 Me senté de manera recta al escuchar el motor de un auto. Me levanté del asiento y me asomé por el ventanal. Se trataba de un auto que jamás en mi vida había visto. Era lujoso y no se veía para nada barato. Me alejé del ventanal antes de que pudiera ser notada por el conductor.

Preocupada por no saber quien era busqué un bate para defenderme. No era un arma tan letal pero al menos me serviría para algo. Me coloqué cerca de la puerta pero no lo suficiente como para ser vista.

— ¡Carajos!—la puerta principal resonó.

— ¿Stephen?— pregunté al verlo tambalearse. Desde hace varios días no sabía sobre su paradero y eso a él no parecía importarle puesto que nunca llamó.

Corazón Roto (Zayn Malik) |Completada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora