Capítulo Veintiuno

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Narra Zayn:

   Fruncí el ceño al ver que Jake no salía de la casa. Me estaba comenzando a preocupar. Por más que el rubio fuera todo un perezoso y se tardara toda una vida para hacer algo, este no era el caso.

   Debatí dentro de mí, si debía entrar o no. No sabía que hacer. Tenía que ir por mi amigo y asegurarme de que su madre y él estuvieran a salvo pero tampoco podía exponer a los niños en peligro. Aunque pensándolo bien; si los dejo aquí
correrían peligro al igual que si me los llevo conmigo. La diferencia es que si los llevo conmigo podría saber que ocurre y defenderlos en todo caso.

   Opté por llevar a los niños conmigo pero no fui iluso y lleve mi arma. Caminé con cautela y los niños también lo hicieron, afortunadamente. Me sorprendí al ver el desastre que había por toda la casa. Definitivamente, algo no andaba bien.

— Niños, no se separen de mí—les ordené y ambos asintieron sin objeción.

    Entré a la cocina pero no encontré nada allí. Solo había un gran desorden. Me dirigí a las escaleras pero un grito me detuvo.

— ¡Ayuda!—giré mi cuerpo y quise golpearme.
   
    Dos hombres tenían a los gemelos en sus brazos con la intención de no dejarlos escapar. Miré enojados a aquellos tipos y quise ir a defender a los niños pero algo me detuvo. Un frío metal se encontraba en mi nuca.

— ¿A dónde creer que vas?—preguntaron detrás de mi para después preparar el arma. Maldita sea.

   El hombre me empujó haciendo que me dirigiera a la sala del hogar. Miré todo el lugar con asco, había sangre por todos lados. Los niños me observaban confundidos y asustados, estaban pendiente a cada uno de mis movimientos.

— ¿Quiénes son ustedes?—preguntó el hombre parándose al lado mío.

— ¿Quiénes son ustedes?—respondí con otra pregunta. No estaba dispuesto a dar información, no cuando estábamos tan cerca de encontrar a Ashley.

— Somos los hombres de Stephen—respondió el hombre asiático que tenía a Nathan ganando una mala mirada por sus compañeros.— ¿Qué? ¡Él preguntó!—se defendió haciendo que yo rodara los ojos.

    No me sorprendí al saber que eran hombres enviados por Stephen. Ese hombre no se rendiría tan fácil y yo lo sabía. Nos había tendido una trampa y nosotros caímos sin esfuerzo alguno.

— ¿De mi papá?—preguntó Chloë con su rostro lleno de felicidad y orgullo.

— ¿Bógdavoz es tu padre?—preguntó el hombre detrás de mí confundido. Nathan y Chloë afirmaron su duda con un entusiasmado asentimiento y una gran sonrisa.

   Escuché pasos desde las escaleras y dirigí mi mirada hasta allí. Había un hombre alto, robusto y pelirrojo. Él miraba el panorama confundido.

— ¿No saben hacer bien su trabajo?—preguntó cruzándose de brazos mientras negaba repetidamente.

Narra Jake:

    Sentí un fuerte dolor en mi cuello el cual no me permitía moverme. ¿Cuánto llevaba dormirdo? ¿Dos días, tres? Me encontraba en una superficie suave y comoda, eso me desconcertó. Que yo recuerde estaba buscando a mi madre y ella...

¡Mi madre!

   Abrí mis ojos rápidamente pero no la encontré, estaba en una habitación desconocida. Me levanté de mi cama y solté un gruñido cuando el dolor de cabeza se hizo presente.

— Carajos—murmuré. Cuando me levanté de la cama, tropecé con una silla haciendo que mi pie se doblara. ¿Podría alguien tener peor suerte que yo?

Corazón Roto (Zayn Malik) |Completada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora