Narra Zayn:
Ocho de la noche. Ocho y quince de la noche. Ocho y media de la noche. Ocho y cuarenta de la noche. Ocho y cincuenta y cinco de la noche. Nueve de la noche. Nueve y quince de la noche...
¿Qué tenían las mujeres en contra mía? ¡Carajo! Todas me cogían de pendejo. Si existiera un premio Oscar para los pendejos, estaba seguro que sería un ganador invicto. Y lo peor, yo me dejaba como buen pendejo. Bueno, eso no sé si realmente tenga sentido, pero la conclusión es que soy un maldito pendejo.
Decidí llamar a Josh para tomar cartas en el asunto. Si la chica no lo quería resolver por las buenas, lo haría por las malas. Ella fue quien me chocó a mí y se comportó de una manera grosera. ¡Y ni hablar de los dos mocos que tiene por hijos! Debería de controlarlos un poco más y enseñarle modales. Yo llegaría hasta las últimas consecuencias y no les cogería pena. ¡Mi época de pendejo había acabado!
—Diga, Señor—respondió Josh, mi asistente, al entrar a mi oficina de manera torpe.
—¡Al fin llegas!—exclamé. Sentía como si hubieran pasado horas después de mi llamada. —Acércate, por favor—le pedí.
De camino a mi escritorio, tropezó con la alfombra que tenía en mi oficina y dejó caer sus anteojos. Cuando se dobló a recogerlos volvió a tropezar y cayó. Luego, se levantó e hizo como si no hubiera sucedido nada. Yo intentaba aguantar las carcajadas que querían salir de mi garganta. La mayoría de las veces solía ser muy torpe pero era un gran chico.
— Buenos días—volvió a saludar algo sonrojado por el espectáculo que había dado.
— Buenas noches—le corregí haciendo que se sonrojara todavía más.
Ese chico era una gran persona. No debía pasar de los veinticinco años pues cuando lo contraté tenía veintiuno y eso había sido hace bastante tiempo. Cuando comencé con la búsqueda de un asistente, desde el principio pensé en un hombre. No quería a mujeres por mi oficina rondando en minifaldas esperando a que yo cayera ante su seducción.
Nunca olvidaría a la mujer que había contratado Josh por equivocación. Ella me estuvo coqueteando por un mes por más que yo no le hacía caso. Un día llegué más temprano a la oficina y ella estaba como Dios la trajo al mundo en mi escritorio. La rechacé y ella me demandó por agresión y acoso sexual. Gracias a Dios, las cámaras estaban encendidas y se demostró que ella mentía.
Desde aquel día juré que ninguna mujer me volvería a coger de pendejo y esta vez no sería la excepción. Por lo que la chica de esta mañana iba a conocer quién era Zayn Malik. No el pendejo, el áspero.
— Llame a mi abogado y colóquelo en línea, por favor—le ordené y así hizo rápidamente después de haberse retirado y tropezado con la alfombra un par de veces más. Debía considerar quitar la alfombra de mi oficina. Esa cosa era el martirio del pobre chico.El teléfono que se encontraba en mi escritorio sonó y cogí la llamada rápidamente. Era Josh, el chico torpe, quien se encontraba en línea. Me notificó que mi abogado estaba esperando por mí. Le pedí que me lo pasara y se escuchó rápidamente la voz de mi abogado. Era uno de los mejores abogados que podría existir, siempre me salvaba el pellejo. Hasta en mis peores momentos.
Incluso, el día en que Jake se emborrachó fue él quien lo salvó de un gran lío. Jake había golpeado a un policía hasta dejarlo inconciente y todo porque le había quitado su novia. Una novia que resulto ser un palo de escoba. ¿Cómo lo hizo? No tenía idea.
— Buenas noches, Señor Malik-saludó cordialmente mi abogado al contestar con el tercer pitido.— ¿En qué le puedo ayudar?—preguntó.
— No muy buenas, seré directo. Le pasaré la tablilla de un auto y la descripción, necesito que envíe una carta a la dirección que le indique. Por favor, que lo más tardar sea para mañana—colgué la llamada sin ni siquiera esperar repuesta.
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Corazón Roto (Zayn Malik) |Completada|
FanfictionEsta es una historia sobre la vida de una joven madre, ella se casó con quien pensó que era el hombre perfecto. Él le prometió el cielo y la llevo al infierno. Pero llegará su ángel, y trataran de unir su corazón roto. ¿Podrán hacerlo cuando el...