Capítulo Seis

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Narra Ashley:

   Los niños me miraron cansados. Llevábamos mucho tiempo esperando y no había señal de que nuestro turno se aproximara. La verdad, no entendí. ¿No se supone que es un establecimiento de comida rápida? ¡Rápida!

— Mamá tengo hambre—se quejó Chloë como por novena vez en la noche.

   La reprendí por lo bajo. ¡Dios mío! ¿Desde cuando era tan quejica? Afortunadamente, a Zayn no le estuvo malo. Es más, opinó que estaba de acuerdo con ella.

— ¡Orden número sesenta y nueve!—gritó la cajera quien masticaba goma de mascar como una cabra. Parecía que el servicios de los animales la hubiera sacado de la granja.— ¡Muévanse!—gritó haciéndome reír. Ella se dedicó a mirar mal a todo aquel que se riera y burlara de ella. Ósea, miraba mal a todo el mundo.

  ¿Y está quien se creía? Ni mis padres me hablan así. Bueno, si mis padres me hablaran me cagaría del susto porque están muertos. Algo cruel pero real.

— Esa es la orden de nosotros. Yo la voy a buscar—dijo Zayn y me sonrió pícaro haciéndome sonrojar. ¿Desde cuándo yo parecía una quinceañera?— Vente y ayúdame, Nathan—le pidió a mi hijo y este brincó a su espalda rápidamente.

— Vayan antes de que nos escupa la comida—dije y rieron. Yo no estaba bromeando, esa chica tenía cara de que lo haría en cualquier momento.— Es en serio—dije señalando a la chica que nos miraba mal.

   A eso le llamo "trabajar por necesidad''. Las personas que "trabajan por necesidad" no se dignaban ni siquiera a disimular el disgusto que sentían por el trabajo. La chica adivinó que estaba pensando en ella y me miró mal. Como si yo fuera quien hubiera pactado el día de su muerte. A pesar de sentirme intimidada por su mirada, no pude evitar fijarme en su manera de masticar goma de mascar. ¡De verdad parecía una cabra con complejo de vaca!

— ¿Y yo?—preguntó una Chloë cruzada de brazos con el ceño fruncido.— ¿No me llevarás?—lo miró mal.

   Miré a Chloë con una ceja encarnada. Ella nunca quería ayudar. Claro está, con la excepción de que fuera algo para ella. Yo ponía mi cabeza en un cortador jurando que ella era la niña más vaga de todo el mundo. Eso sí, no había forma de que ella lo admitiera.

— Ven, preciosa—la llamó Zayn pero ella negó enojada. Chloë era una completa bipolar y orgullosa.— ¿Segura?—preguntó para asegurarse de su negación, Chloë asintió.— Me voy—le avisó pero Chloë siguió negando.

— ¡Hombres! ¿Porqué no insistió?—me preguntó Chloë y la miré alzando una ceja. Niña bipolar, no me la imagino con la menstruación o embarazada, aún menos, con la menopausia. Pobre de la persona que se casara con ella. Sería como un suicidio lento y doloroso.

— ¡Lo hizo!—alcé mis brazos ante su ironía. ¿Qué tenía mi hija en su cabeza?— Tú le dijiste que no nuevamente cuando te preguntó—aclaré y ella frunció su ceño.

— Pero no volvió a insistir, mamá—dijo sonriendo como si tuviera la razón, decidí ignorarla.— Mami, di que tengo razón—ordenó y yo negué.— Ma'—se quejó.

— De acuerdo, tienes razón—dije haciendo comillas y ella me miró mal.— ¿Te duele la pierna?—pregunté al ver que se removía incomoda pero no contestó.

   ¡Genial! Mi hija me aplicaba la ley del hielo con tan solo seis años. ¿Qué sería de mí cuando tenga diez años, o aún peor, quince años? 

"Dios solo te pido paciencia y sabiduría. Nada más, nada más."

  Decidí ignorarla mutuamente y concentrarme en jugar con mis dedos. Mis uñas no eran las mejores. Hacía años no iba a un salón de belleza o a un spa. Un pequeño golpe en mi pierna interrumpió mis pensamientos. Alcé mi cabeza dispuesta a regañar a Chloë pero me encontré con unas manitas pequeñas en mis muslos.

Corazón Roto (Zayn Malik) |Completada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora