Capítulo 16

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-Hermano, Adam necesitará el trasplante de medula ósea lo antes posible -dijo Bonnie preocupada -Puede que nosotros no seamos compatibles con él...por favor no te olvides de que mañana debes llevarnos al hospital. Samuel si algo le pasa a mi hijo, yo no podría vivir.

-No pienses en eso hermanita, mi sobrino va a encontrar un donante y volverá a ser el niño alegre que ha sido siempre. Estaré a primera hora en tu casa -dijo Samuel. Preocupado por su hermana, para ella era muy fuerte lo que le sucedía a su hijo, hace no mucho tiempo había perdido a su esposo.

-Dios quiera eso hermano, te quiero. Adiós, Adam me llama.

-Dale un gran abrazo de mi parte y dile que su tío favorito lo quiere mucho.

Samuel solo deseaba él fuera compatible para ser donante, le explicó un poco a Anna sobre cómo era la donación, después de unos minutos y queriendo cambiar el tema. Sam caminó a la cocina para prepararle algo a Anna.

-¿Qué cocinarás Sam? -preguntó hambrienta.

-Comida, Anna -respondió concentrado en cortar verduras-Será sorpresa.

Luego de unos 30 minutos en la cocina, comenzó a salir un aroma maravilloso, a Anna se le hizo agua la boca.

-Dime lo que es por favor -dijo haciendo un puchero a Samuel. Quizás con eso lograba sacarle información- Estoy hambrienta y sedienta.

-A eso le llama resaca, estoy preparando lasaña -Samuel apagó el horno, tomó un guante de cocina y lo abrió. Sacó una gran fuente de vidrio -Vamos a sentarnos, voy a servir.

Mientras comían Samuel estuvo muy silencioso y Anna lo entendía, ella nunca había tenido algún familiar enfermo o grave pero Sam si lo tenía, y era solo un pequeño. Esperaba de corazón que todo saliera bien para Adam.

Cuando Anna vio la hora, si dio cuenta que tenía que ir a su casa, sus padres no sabían porque ella no había llegado. Quizás... solo quizás ellos estaban preocupados.

Samuel la llevó a su casa, aún en el automóvil Anna necesitaba decirle algo a Sam, no sabía cómo se lo iba a tomar. Pero moría por decirle cuando lo amaba y cuán importante se había hecho para ella. Y que lo apoyaría en todo lo que pudiera, que le gustaría hacer las pruebas por si era compatible con su sobrino. Quería decirle muchas cosas.

-Sam, tengo algo muy importante que decir -Anna jugaba con su cabello, eso lo hacía siempre que estaba muy nerviosa, pero necesitaba decirlo -Yo... te amo Samuel, con toda mi alma, sé que es apresurado. Pero no lo puedo evitar, todo ha sido tan perfecto. Me he enamorado de ti, no me sigas viendo como una niña que no lo soy, estoy tratando de ser sincera contigo y espero que tú también lo seas conmigo.

Él no pudo responder nada, de repente comenzó a sentir miedo. Todo iba muy rápido, ella no podía estar enamorada de él. No aún. Sintió muchas ganas de arrancar. Si eran novios y luego no funcionaba, todo sería un desastre que pondría en riesgo todo lo que él había construido con mucho esfuerzo.

-Ya se hace tarde Anna. Tengo que irme, baja de automóvil -dijo sin delicadeza alguna. Ni siquiera se atrevía a mirarle la casa. Quizás cortar en este momento, cuando apenas a sentir algo muy fuerte por ella. Sería lo mejor para ellos. Así no involucraría más sentimientos. Él necesitaba concentrarse en su familia y no podría prestarle atención a Anna.

Anna sintió que su corazón de rompía ella se había declarado y él solo la despachaba. Si no sentía lo mismo... entonces ¿Por qué siempre se preocupaba por ella?

Se bajó del automóvil cabizbaja y con un simple ''adiós'' fue caminando lentamente a su casa.

Samuel se sentía como una basura. Necesitaba poner distancia entre los dos, todo había pasado con demasiada rapidez y eso no le iba a hacer bien a ninguno. Su vida en estos momentos era un completo caos y era un error involucrarse con su alumna. Ella tenía que hacer amigos y ser feliz. Con ese pensamiento. Encendió el automóvil y condujo a su apartamento.

Anna fue directamente a su habitación, él le había dicho a Rachel que nunca le haría daño. Pero acababa de hacerlo con ese horrible rechazo. Tomó su teléfono y llamó a su amiga.

-¿Anna? -contestó de inmediato.

-Amiga -alcanzó a decir antes de que unas lágrimas escaparan de sus ojos -Necesito que vengas conmigo.

-Dime que ha pasado, Annie -Rachel que estaba en su casa, se levantó de forma apresurada y comenzó a buscar sus zapatos. Iría de inmediato donde su amiga.

-Yo le dije que lo amaba y él me dijo que me bajara de su automóvil. Oh Rachel, él me rechazó nuevamente -empezó a decir rápidamente, si se tomaba más tiempo del necesario para hablar, se iba a largar a llorar -Amiga ve-ven por favor.

-Estoy en camino -respondió Rachel, lo iba a matar. Ella le dijo que tenía que cuidar a Anna, si solo ayer él la había llevado a su departamento porque ella estaba mal, por cierto, de lo cual también tendrían que hablar. Pero ese idiota la había hecho llorar.

Apenas escuchó el timbre Anna corrió para abrir la puerta, pero como había pasado la última vez. No era Rachel la que estaba en la puerta sino Samuel.

-Anna, vengo a decir algo y me iré -Anna se hizo a un lado y lo dejó pasar a la sala de estar, no tenía ganas de hablar con él. Quería que su amiga llegara luego.

-Dime...

-Yo lo siento mucho Anna, pero no podemos seguir hablando fuera de la escuela. Es mucho lo que arriesgo con todo esto, tú tienes que disfrutar, no tengo derecho a interferir en tu vida -ahora Samuel se sentía como una mierda ''Esto es lo mejor'' se decía, no quería admitir que parte de esto era por el miedo.

-¡No! Lo que tú no tienes derecho es rechazarme luego venir y decirme todo esto -Anna estaba muy enojada, caminó a la puerta y la abrió -Puedes irte no tenemos más que hablar.

-Anna...

-No, vete.

Samuel derrotado salió de la casa, no quería que esto pasara, él la quería. Pero no era el momento de estar juntos. Sólo tenía que esperar a que ella saliera de la escuela, pero ahora ella lo odiaba.

Lo había arruinado todo.

Será Nuestro Destino. [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora