Mientras conducía Samuel estaba nervioso y muy preocupado, Anna podría delatarlo, lo despedirían, no podría ejercer nunca más como profesor, todos los años que le costó titularse se irían a la basura por un desliz.
Mirando hacia adelante concentrado en el camino y luego desvió su mirada a al teléfono que tenía en el asiento de copiloto, lo tomó y pensó en enviarle un mensaje rogándole que no dijera nada y pidiéndole perdón. No, mejor no, hablaría con ella. Dejó su teléfono donde estaba. Luego lo volvió a tomar y así muchas veces, no sabía qué hacer.
Recordó el beso, y en lo estúpido que había sido, realmente le gustó. Si, le gustaba su alumna. Pero hasta que ella no saliera de la escuela no se le acercaría. Sería muy peligroso comenzar una relación con ella, aunque lo quisiera, sabía que sería difícil ser joven y profesor pero no había pensado que tanto.
Llegó hasta edificio y estacionó su automóvil, él vivía solo en un apartamento. Era grande y cómodo para él, constaba de tres habitaciones. Una en la que dormía y la otra la había transformado en su oficina, la última se la dejaba a su madre Amelia, cuando iba a visitarlo, dos baños, un armario y una gran cocina. Aparte de ser profesor le encantaba cocinar. También tenía una hermosa sala de estar, con un sofá y en la pared un Smart-tv. Era todo lo que él necesitaba.
Fue directamente al sofá, con el teléfono en la mano y tomó asiento, comenzó a escribir un mensaje. 'Hola Anna, soy Samuel...yo lo siento por todo lo que pasó hoy...'' apretó borrar. Eso sonaría como él no hubiese querido el beso. ''Anna, sabes que soy tu profesor y tenemos que hablar. Te espero mañana temprano en el salón. Llega temprano, no faltes'' lo borró nuevamente. Muy mandón.
''Hola pequeña, necesitamos hablar. Te esperaré en el parque que está cerca de tu casa, ¿lo conoces cierto? Por favor ven'' y apretó enviar, ya no podría arrepentirse. Tenía que afrontar las cosas y ser sincero con ella. Él se había metido en esto.
Levantándose fue a su habitación y se cambió su camisa por una cómoda camiseta, los zapatos por unas zapatillas, tomó sus llaves y fue a su auto, aún no sabía lo que le diría.
Cuando llegó al parque ya estaba anocheciendo, caminó a una banca del parque y esperó.
Unos 2 minutos después le llegó un mensaje de Anna ''Vete, no iré'' decía y le respondió ''Necesitamos hablar, por favor...sólo serán unos minutos, no me iré hasta que vengas'', se acomodó para esperar.
Anna estaba curiosa, su profesor ¿todavía la estará esperando? Hace 35 minutos que le había enviado el último mensaje, con duda se calzó sus zapatillas cuando estaba a punto de salir sus padres llegaron ella no quería escuchar como discutían así que se escapó rápida y sigilosamente, ''Las tortugas ninjas deberían estar orgullosos de mí'' pensó y caminó directamente al parque. Hacía muchísimo frio. Siguió caminando y desde lejos vio una figura en una banca, caminó directamente él.
Samuel ya estaba cansado, quizás lo mejor era irse y tratar de hablar con ella mañana, eran las 22:30 y temprano tenía que dar clases, estaba tomando sus cosas para irse pero escucho unos pequeños pasos y volteó.
Caminando hacia él, venía Anna. Abrigada con simple polerón y con sus manos en la boca para darse calor. Se sintió culpable hacer que viniera a esa hora, quizás estaba acostada durmiendo y la había despertado.
-Dígame lo que necesita así me puedo ir porque hace mucho frio profesor -dijo una Anna muy cortante. A Samuel no le gustó el tono de su voz, se dio cuenta que de verdad la había herido. Era un cabrón.
-Vamos a mi auto, prendo la calefacción y así podemos hablar tranquilos -le dijo suavemente.
-Está bien, pero que sea rápido -respondió y los dos juntos caminaron al automóvil de Samuel, cuando ya estaban arriba, Sam puso la calefacción, luego de unos minutos los dos un poco más cálidos comenzaron a hablar.
-Anna, primero que nada yo quería disculparme por dejarte sola esta tarde -le dijo cabizbajo -La verdad es que yo no me arrepiento del beso.
-Entonces, porque has reaccionado así, Respóndeme con sinceridad o me voy ahora mismo -advirtió. Anna estaba harta de tantos rodeos. Quería la verdad para irse tranquila.
-Está bien, yo... tengo miedo, si descubren que hay algo entre nosotros, no solo yo seré el perjudicado. Sino que también tú. Nos podrían echar a los dos, me encanta ser profesor y no quiero tener problemas para ejercer -susurró.
-Yo tomaré ese riesgo si es por estar contigo, pero si tú no lo haces. No hay nada más que hablar -sentenció.
-¿Sabes lo que significaría una relación entre tú y yo, Anna? -Le tomó su mano -Tendríamos que estar escondidos, no podríamos salir a cenar, o al teatro, No podríamos hacer nada, nadie tiene que saber.
-No me importa Samuel. Aunque tengamos que estar escondidos -respondió mirándolo, de verdad estaba dispuesta aceptar todo eso. Mientras pudiera estar con Samuel, no habría problemas.
-Entonces si estás dispuesta a vivir esto conmigo y sabes el riesgo que conlleva -se acercó a ella- Anna... Te gustaría ser mi novia secreta, estar escondidos, no poder salir ¿Te imaginas nos pillan? Solo debes esperar, quizás este enamoramiento que tienes por mí va a terminar pronto, eres joven-le dijo.
Anna molesta le respondió –Si Samuel, asumiría el riesgo ¿Soy joven? Tú tienes 23 años, no eres viejo, piénsalo bien.
-Lo siento Anna, por favor esperame –le tocó la mejilla- solo un par de meses, pero no puedo estar contigo siendo tu profesor.
-No hay nada más que hablar, ¿Me acercas a mi casa? Solo te pido que me hables lo menos posible.
-De verdad lo sien...
-Entonces me voy sola.
Samuel encendió el automóvil y condujo las pocas calles hasta la casa de su alumna.
-Solo espero que no te arrepientas Samuel, porque yo no estaré ahí –abrió la puerta y se bajó del auto- Adiós –rápidamente entró a su casa y subió a su habitación. Sinceramente no lo podía odiar, buscando su celular le envió un mensaje a Rachel, la vería mañana ya que tenían escuela, luego irían por los antifaces y el vestido para el baile.
''R, ¿estás despierta?'' envió.
''Si amiga, cuéntame cómo te fue hoy con el profesor?''
Anna ansiosa por contarle todo a su amiga, le escribió.
''Tengo mucho que contarte Rachel, hoy di mi primer beso y luego él se arrepintió, vino al parque que está cerca de mi casa para decirme que no podríamos estar juntos... es un imbécil Rachel''
Al instante su amiga la llamó, decidió contarle todo lo sucedido necesitaba contarle, ella sabría aconsejarla de la mejor manera.
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Será Nuestro Destino. [En edición]
Romance¿Qué harías si por casualidad conoces al amor de tu vida pero por eventos desafortunados tienen que luchar por su amor? ¿Podrán juntos esquivar lo que les tiene preparado el destino? Esta es la historia de amor de Anna y Samuel...