Capítulo 3

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Pasaron tres días y Anna no dejaba de pensar en su profesor, el gigante. Aún no volvía a tener clases con él, hoy solo lo verían por un corto tiempo ya que según él tenía cosas importantes que decir, también al parecer su antigua profesora era un poco desordenada con el material, por lo que su profesor estaba teniendo el doble de trabajo... eso había escuchado de una compañero de su clase.

Entró a su salón de clases arrastrando sus pies y con su bolso colgando con desgana. Tomó su asiento al lado de la ventana y le guardó uno a Rachel que estaba recién entrando al salón de clases. Sonó la campana. El profesor ya venía, bien ahora estaba preparada por si él le decía algo molesto.

-Buenas tardes alumnos -los saludó ordenando sus cosas en el escritorio- Recuerden que mañana me deben traer los ensayos, y además hoy me han avisado que nuestro curso tendrá que organizar el baile de invierno. ¿Alguien se ofrece? –preguntó.

Ni loca se ofrecería ella. No, no y no. Aunque se moría de ganas porque le encantaba organizar fiestas y eventos de la escuela.

El profesor los observó uno por uno, nadie se ofrecía ni decía nana... pero luego su mirada se concentró en ella- Señorita Miller, usted será la encargada.

Anna le miró sorprendida, no había estado interesada en trabajar con él, porque sabía que estaría involucrado en la organización. No quería hacerlo, menos sola.

-Yo seré la encargada sólo si Rachel me ayuda -le dijo, no quería quedarse sola con él -Miró a su amiga para que dijera algo, mirándola pidiendo que por favor le ayudara, rogándole, implorando.

-Ah, sí, sí, Ya que Anna me lo pide. Yo ayudaré -Anna le dio un silencioso gracias a su amiga y Rachel confundida le respondió con un ''Me contarás todo''

-Está bien, hoy las encargadas se quedaran por un momento para hablar. Y ellas les comunicarán la idea mañana. ¿Está bien?

-Si profesor.

-Mañana comenzamos las clases normales, por ahora se pueden retirar y no olviden traer el ensayo que les pedí, es muy importante.

Sus compañeros salieron corriendo del salón. Anna los observó con envidia... Ella también quería escapar.

-Señorita Moore, hágame el favor de ir a buscar unos documentos del baile que están en mi oficina. Justo encima del escritorio.

-Si profesor -le dijo su amiga, cuando el último de los alumnos de fue, ella se levantó y fue a la salida -Vuelvo enseguida- y cerró la puerta

Y pasó lo que Anna temía, se quedó sola con el profesor. Miró hacía el piso ya que no podía ni quería levantar la mirada.

-Quién iba a imaginar que la joven insolente que conocí hace meses iba a terminar siendo mi alumna -le dijo Samuel con sonrisa.

-Usted se merecía lo que le dije -respondió

-Ahora me tratas de usted, interesante...-se burló -Claro, soy tu profesor y encima tu profesor de historia, ese día del café yo venía a una reunión con la directora, me hiciste llegar tarde pero bueno, aún recuerdo esas respuestas tan ridículas en tu examen.

-No te burles de mí, cabr...-dejó de hablar porque en ese momento llegó su mejor amiga con papeles en las manos, trató de distraerse y fue junto a ella para ayudarla a cargar todo.

-Y como decía -continuó Samuel -La idea es que sea un baile de disfraces, oh señorita Moore ha llegado -dijo haciéndose el sorprendido. Como si hace unos instantes no hubiese estado molestado a su alumna. Sabía que no debía hacerlo, pero algo en esa niña le interesaba. Y mucho.

-Organicemos y vámonos ya -respondió Anna con los labios fruncidos y una mirada de venganza en su cara.

Rachel observaba la escena muy confundida, algo había pasado entre los dos para que se miraran así, su amiga tenía el rostro rojo y se le notaba muy enojada. Sin duda después de que salieran haría que Anna hablara sí o sí. Por la razón o la fuerza.

-¿Tienen alguna idea? -les preguntó el profesor cambiando el tema rápidamente.

-Yo tengo una -dijo Rachel- como usted decía puede ser de disfraces en el gimnasio de nuestra escuela. Con máscaras y un poco oscuro así como misterioso. Nunca hemos tenido un baile así. También podríamos...

Y así estuvieron hablando por unos minutos más, decidieron que lo haría el viernes de la semana siguiente por lo que tenían mucho trabajo, también debían hablar con los encargados de otros curso, el tema del baile sería de la realeza. Cuando al fin terminaron Anna y Rachel ordenaron sus cosas para salir y se dieron cuenta que llovía torrencialmente.

La parada de autobuses quedaba a una calle, con sus bolsos en sus cabezas corrieron.

-Anna, ¿porque te comportar así con el profesor? Escuché que estuviste a punto de llamarle cabrón -la miró con curiosidad esperando a que respondiera, ya estaban esperando los autobuses, pese a que corrieron quedaron empapadas igualmente.

-Amiga, ¿recuerdas que un día hace mucho tiempo llegué con mi vestido sucio porque había chocado con un idiota? -Le preguntó- ese idiota ahora es nuestro profesor, al cual le enseñe el dedo del medio e insulte. Recuerdo que lo llamé jodido idiota.

-¡Pero Anna! Eso te pasa por tener boca de marinero, no sabes controlar las palabras y menos los insultos -la reprendió- Pero que mala suerte que ahora sea nuestro profesor. Espero que no te haga la vida imposible. Oh ahí viene mi bus, mañana me seguirás contando adiós amiga -se despidió con la mano.

Cuando Anna se quedó sola, se puso sus audífonos y escuchó a su grupo favorito. Espero y esperó pero su bus no pasaba. Quizás cuanto rato más esperaría y se haría de noche.

Aburrida y resignada a mojarse empezó a caminar rápidamente por la calle, hasta que un auto se acercó muchísimo a ella y empezó a tocar el claxon, ella se hizo a un lado para que el auto pudiera pasar. Pero este seguía con el molesto ruido que escuchaba igualmente aunque tuviera la música fuerte.

-Ya pasa de una vez, idiota, no puedo moverme más -le gritó al del auto esperando a que se fuera.

El auto paro a su lado y el chofer bajó la ventana. Se llevó una gran sorpresa al percatarse que la persona que estaba adentro era el gigante más conocido como Profesor Bradley.

-Qué haces bajo la lluvia, sube te llevo -le dijo con una mano en el volante.

-No gracias -Lo ignoró y siguió caminando como si nadie la hubiese molestado.

-Anna. Sube, se está oscureciendo muy rápido con la lluvia y las calles están solitarias, encima te puedes resfriar -La miró seriamente desabrochando su cinturón de seguridad.

-¿Cómo sabes tú que me llamo Anna? -preguntó y luego abrazó su cuerpo, el agua empezaba a colarse entre su ropa, hasta sus calcetas las tenía mojadas.

-Lo escuche de otro alumno. Sube o perderás clases porque te enfermarás.

-Ya te dije que no. Ya deja de molestarme y vete -le respondió con el ceño fruncido y luego prosiguió su camino. Pero que frio tenía, sus dientes comenzaron a castañear.

-Bueno Anna, traté de ser amable, pero no puedo dejar a una alumna que camine bajo la lluvia. Y ya está oscureciendo, es peligroso -Le dijo- Traté de decirte por las buenas, pero ya que eres una rebelde...-Se bajó del auto, mojándose al instante- lo haré por las malas...

Tercer capítulo
¿Porque lo he subido tan seguido? Es para que ustedes se puedan enganchar con la historia :)

Será Nuestro Destino. [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora