Capítulo 16

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- Esperaba con ansias tu llamada.

- ¿Y por qué no me llamabas tú?

- Esperaba a que tú lo hicieras? - desde el otro lado pude percibir como sonreía.

- ¿Alguna vez te han dicho que eres un cretino?

- Sí, pero suena tan sexy oyéndolo salir de esa pequeña boca que tanto me satisface cuando me la chup...

- Llame para hablar de negocios. - lo detuve antes de que terminara de hablar.

- ¿Y de qué quieres hablar?

- Pues no es para hablar de sexo.

- Nah, bueno, ya habrá tiempo para sexo, y no me refiero a "hablar".

- Llamé... - dije tratando de volver al tema, - para arreglar una cita para la secion de fotografías del proyecto, en el cual tú y papá trabajan.

- Que te parece si arreglas todo esto con mi secretaria, te pasaré el número después.

- De acuerdo.

-Hasta entonces,Ámber. - dijo finalizando la llamada.

A mediados de las tres de la tarde, llame para arreglar una cita con aquella secretaria que le había coqueteado a Marcus aquel día. Al parecer Robert se encontraría ocupado hasta las nueve de la noche. La muy amable mujer me agendo una cita a las nueve y treinta, en un restaurante popular que se encuentra en la cuadra cerca de mi departamento.

Empezaba a creer que no lo organizo la secretaria, sino el mismísimo Robert Downey Jr.

...

Me vestí con uno de los famosos vestidos de Ana, y digo famosos,porque son los que utiliza para salir de fiesta.

A las nueve,estaba saliendo de mi departamento, tratando de no romperme algo con los enormes tacones que Ana me prestó. Aún recuerdo las palabras de Ana al ver que no contaba con ningún vestido en mi armario:

No puedo creer que no tengas nada en tu clóset. Querida, tienes un cuerpo que hiciera que cualquier hombre diera su último centavo por tenerlo entre sus manos; tienes que mostrarlo, eres hermosa.

Y un montón de cosas más que no logro recordar.

Al llegar al restaurante, note por el enorme ventanal, lo elegante que era ese lugar. Robert no se andaba con rodeos.

Veía a parejas, hombres tal vez hablando de cosas de negocios, o tal vez de como engañan a sus esposas mientras están fuera de casa - si es que tienen esposas-.

Nunca había puesto mis pies en un lugar como ese, tal vez mi padre y mi madre, pero yo nunca. Siempre tenía una opinión negativa con respecto a lugares como estos, gente pretenciosa que solo se la pasan hablando sobre sus vidas aburridas, y ahora, me encontraba ahí, parada frente a ese restaurante lleno de personas a las cuales detestaba.

- Es uno de mis restaurantes favoritos. - dijo tras mis espaldas. - Llegaste antes de tiempo.

- Me gusta la puntualidad. - me atreví verlo a los ojos.

Mi vista no se pudo detener debido a su traje negro que llevaba. Se veía tan atractivo.

...

Después de hablar y terminar de nuestro apetitoso platillo, bebí de un sorbo el vino que quedaba en mi copa. Sentí como el líquido descendía por mi garganta, fresco y ácido a la vez.

- Pensé que haríamos una seción de fotografías.

- Te ves ardiente con ese vestido. - dijo sin quitar la mirada de mi escote.

- ¡Robert! Fotografías. Ahora.

- No puedo. - dijo remogando sus labios con su lengua.

- No puedes, - empezaba a irritarme. - ¿Podrías mirarme a los ojos y no a los pechos?

- Pues no te vistas así. - dijo dándole un largo trago a su copa.

- Mi padre necesita las fotografías para esta noche - dije bajando el tono de voz al ver que algunas personas ponían su atención en nosotros.

- Tranquila, todo estará bien.

-No, ni estara bien Robert. No conoces a mi padre.

- Sí, sí lo conozco y posiblemente mejor que tú, y sino te tranquilizas y dejas el asunto en mis manos, entonces no sé cómo ayudarte.

- Bien.- dije entre dientes.

De un día para otro el cretino volvía a la realidad.

El Peligro De La Atracción.  (Robert Downey Jr y Leighton Meester) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora