Tenía temor.
Cruzar de nuevo esos pasillos en el la temperatura era frío, éste mismo atravesaba la fina tela del vestido que llevaba, haciéndome temblar al sentirlo.
American Downey era demasiado grande para una persona tan pequeña como yo.
Robert me esperaba en la puerta de su oficina, tan relajado como siempre. Nos adentramos a su despacho, no sin antes asegurase de poner el seguro. Agarrándome por la cintura, me atrajo hacia él, dándome a la vez, besos por mi cuello, la sensación era increíble cuando mi espalda chocaba con su pecho, y su respiración contra mi nuca y cuello.
- Te ves tan ardiente con todo tipo de vestido. - me giro hacia él, para luego caminar a ciegas a su escritorio.
Tumbamos algunos papeles que se encontraban sobre el escritorio, pero no fue lo suficiente importante para detener nuestro pequeño momento calenturiento.
- Tú siempre tan... - dije entre besos y caricias.
- Tan... Es tu culpa - dijo mientras pasaba una y otra ves sus manos por mis glúteos, - tú me haces sentir así.
En la oficina, en mi departamento, ¡HASTA EN LAS FIESTAS!, en todas partes que estuviéramos, dejábamos rastro de nosotros.
- Amber, me estas volviendo completamente loco.
- ¿Qué quieres decir? - dije entre besos.
- Tú, tu cuerpo, tus labios... Pierdo el mundo exterior cuando estoy cerca tuyo.
Cuando dijo eso, pare con lo que estábamos haciendo y verlo a los ojos, lo suficiente cerca para tocar nuestros labios de nuevo.
- Solo... Solo ha pasado muy poco tiempo para que puedas sentir eso.
- Qué te digo. - dijo haciendo un gesto con sus labios de una manera agradable.
Mis órganos y sobre todo mis sentimientos, se convirtieron en una ruleta que daba vueltas sin fin. Verlo tan cerca me entorpecía. No tenía temor alguno en ese momento. Me sentía bien, cómoda conmigo misma y nosotros, con lo que sea que teníamos, muy bien sabia que Robert era un hombre de negocios y sin ningún compromiso. Me sentía un compromiso, un compromiso del que se iba a deshacer pronto. En cuanto eso cruzo por mi mente, todos mis ilusiones se rompieron como el cristal.
- ¿Qué te pasa? - dijo alejándose unos cuantos pasos de mi, de pronto, volvía el frío a mi cuerpo, lo quería cerca.- ¿Dije algo malo? - no sabia si contestarle, o aventarme de nuevo hacia el por verse jodida mente atractivo.
- No claro que no, al contrario, yo... Quedé totalmente impresionada. de verdad, me dejaste sin palabras.
- No dijiste nada al respecto. - dijo con voz dura y autoritaria, como si no haberle contestado le hubiera lastimado.
- Yo... Estoy confundida, creo yo. Lo siento, en verdad. - estaba preocupada, no quería arruinar el momento y mucho menos ahora, que habíamos llegado hasta hoy. Me baje del escritorio, arreglando mi aspecto lo mejor que pude. - Perdón por no contestar, solo que... Ya te dije, me dejaste sin palabras, no es para que lo mal pienses, solo que como dije antes, llevamos muy poco tiempo y, además, temía de decir algo estúpido como siempre hago.
- Ya te dije que me encanta tu boca, no debes de temer lo que tengas que decir.
- Me encanta como arreglas las situaciones. - dije mientras paso mi mano libre por su cabello el cual era sedoso y olía perfecto a manzanilla.
- Digamos que soy experto en eso.
- ¿En serio? - susurré cerca de sus labios, tocando la punta de nuestras narices
- ¿Quieres que te muestre? Porque para mí sería un placer.
En eso, me cargo y nos dirigíamos al sofá.
Soy totalmente diferente cuando estoy con él.
ESTÁS LEYENDO
El Peligro De La Atracción. (Robert Downey Jr y Leighton Meester)
FanfictionAmber tiene un plazo de cuatro meses, pero nunca se imagino lo que le podría pasar. Ella se considera una mujer lista y atrevida, teniendo una fuerza que acaba con cualquier problema que se le atraviese. Entre familia y trabajo, el camino le abrió l...