Capítulo 23

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Dos meses antes...

1er. Mes.

Extrañaba ya el olor de mis sabanas, la mayor parte del tiempo solía estar en el hogar de Robert, hoy decidimos estar en mi departamento, Ana ya había cogido maletas y tomó el primer vuelo hacía México, ella quería estar allí con anticipación y me pidió que fuera con ella, que era lo mejor, pero decidí quedarme, por él, por Robert.

Cuando salio de la ducha, no pude enfrascarme más en mis pensamientos por esa toalla que le rodeaba la parte baja de la cintura.

- Hola. 

Él lograba dejarme muda en todos los momentos.

- ¿Qué te pasa? ¿Es la toalla? Si quieres me la puedo quitar...

- ¡No! Por favor, me harías un gran favor al no quitarte eso.

- ¿Por qué? ¿No te gusta lo que hay bajo de  ella?

 - Me encanta lo que hay detrás de esa toalla - fui gateando en la cama hasta llegar enfrente de él y poniendo uno de mis dedos en la orilla de la fina tela de algodón que llevaba puesta.

- Y tú me encantas a mí. - toma mi mano y deja suaves caricias en el anillo de compromiso. - Me alegra que muy pronto algo nos unirá.

- Lo sé. - dije casi en jadeo. Tenerlo cerca hacia que me perdiera. 

- ¿Qué dices si tomo un poco más de tiempo antes de irme a trabajar?

- Digo que no. - finalice dando un toque con mi dedo en su barbilla.- Digo que no seas un irresponsable y vayas a trabajar.

- Bueno yo soy el jefe y digo que sí. - dijo quitándose la toalla y empujándonos a ambos a la cama.

...

Salí de la ducha con una sola toalla que alcanzaba a penas cubrirme los muslos. Iba caminando a la sala donde se encontraba él mientras que mi cabello iba dejando pequeñas gotas de agua en el camino. Cuando llegue, él ya estaba vestido y comiendo una porción de fruta. Sentí su mirada de inmediato.

- ¡Por Dios! Tratas de matarme. - su mirada seguía fija en mis muslos mientras se atragantaba con un trozo de melón. Yo solo seguía la corriente y me puse espaldas a él para servirme el café, al parecer me había hecho de desayunar unos huevos, lo sé por qué estaban recién hechos en la estufa. - ¿Segura que quieres que no falte al trabajo? Es que... Solo mírate.

Yo seguía disfrutando de esto, disfrutaba verlo sufrir, y para terminar con mi obra, le dejé una buena vista de mi trasero en cuanto me agache para recoger el trapo de la cocina que por "accidente" dejé caer.

- Dios...

Sabía que se le hacía tarde, y para acabar con mi trabajo, me senté sobre su regazo de manera que mi toalla se subiera o dejara descubrir lo que tenía debajo: mis muslos. Él, sin pensarlo, posó su mano sobre mi pierna mientras que se perdía en mi mirada. Poco a poco me iba acercando mientras mi vista se dirigía a sus labios y rozaban contra los míos. De inmediato sentí entre sus piernas un bulto palpitando, sonreí y lo bese, lo bese de una manera y sensualmente posible. Y me baje de él antes de que explotara.

- ¿Has planeado tener hijos? - soltó de golpe. Ahora era yo quien se haogaba con el café. - Porque planeo hacer una infinidad contigo.

- Se te hace tarde Downey.

- Lo sé. - dijo en modo lloriqueo. - Pero está noche vamos a salir. - dijo poniéndose su saco y rodeando mi cintura.

- ¿Y se puede saber a dónde?

- Ponte el mejor vestido que tengas. - puntualizó con un beso y se fue.




El Peligro De La Atracción.  (Robert Downey Jr y Leighton Meester) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora