Capitulo 6. Vestigios del fuego

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Capítulo 6. Vestigios del fuego

Sonó la alarma, eran las 7 de la mañana. A Cara le dolía terriblemente la cabeza, sentía ligeras palpitaciones en ella. Alzó la mirada para poder analizar donde estaba, dándose cuenta que había pasado la noche en casa de su amiga, estaba en el sofá de la habitación, Zoy en su gran cama de princesa y Emma… ¿Dónde mierda estaba Emma? Se levantó a prisa y a un lado de la cama que no alcanzó la visión de Cara estando en su posición anterior, vió una pierna y un pie con una piel muy blanca, dando por hecho que esas extremidades pertenecían a Emma Ryan, había dormido en el suelo. Cara río ante esa imagen de su amiga. Zoy y Emma seguían como piedras, tenían apenas tres horas dormidas, todavía no podía creer que pudieran entrar a hurtadillas a la mansión sin que nadie se diera cuenta. Habían entrado por la puerta del servicio que sólo utilizaban los sirvientes.

Entonces tuvo la sensación de haber hecho algo muy estúpido pero no sabía qué. Sentía escalofríos, se le erizó la piel, una sensación de haber cometido el peor error de su vida. Trató de recordar pero nada, recordó cuando llegaron a la fiesta, empezaron a tomar, se dispusieron a bailar, a reír, a cantar y que de un momento a otro se encontraba sola con sus amigas, dispersas por ahí. Se había besado con alguien, había sido un beso magnífico, la había sacudido por completo, inundando su cuerpo en un montón de extrañas sensaciones, había sido el mejor beso de su vida, pero no recordaba quien había sido ese chico. De igual manera Cara no siguió pensando en los extraños hechos de la noche anterior, recordó que se había portado un tanto extraña y que se avergonzaría demasiado si volviera a ver a ese chico. Pero estaba contenta al ver que no había perdido y se había librado de hacer los deberes. Y ahora recordaba también que la terrible resaca no era razón necesaria para no asistir al instituto. Se levantó y se metió a la ducha para así despejar su mente.

Para cuando volvió a la habitación, sus amigas se encontraban sentadas con unos rostros terribles, al parecer ella no era la única con un dolor agonizante en la cabeza. En cuanto salió del baño, Emma entró corriendo tapándose la boca para poder expulsar todos los líquidos de la noche anterior que no había logrado digerir.
Enseguida de ver a Emma corriendo encerrándose en el baño, le preguntó a su amiga -¿Zoy, no tendrás de casualidad algún remedio para el dolor de cabeza?
Zoy contestó con un movimiento de cabeza, algo adormecida, se agachó para sacar una pequeña caja blanca que tenía debajo de su cama, era todo un kit con todo tipo de medicamentos para la resaca, su amiga seguro estaba preparada para lidiar con el día después de una fiesta.

Después de 20 minutos Emma salió del baño duchada y con un aspecto más humano, era el turno de Zoy. Entró cerrando la puerta. Cara ya se había puesto su uniforme, estaba sentada frente al tocador, aplicándose un poco de maquillaje ya que tenía unas ojeras espantosas. Hizo un gesto a su amiga Emma señalando la caja de medicamentos para que se tomara unas pastillas, a lo que su amiga puso una cara de alivio y agradecimiento. Pasaron 15 minutos de silencio mientras las chicas se terminaban de arreglar. Cara rompió el silencio.

-Emma ¿besaste a algún chico anoche?

Cara pudo observar como su amiga se ponía tensa y un poco colorada, era muy obvio con esa piel tan blanca que tenía. La chica asintió con la cabeza.
En ese momento salió Zoy del baño cepillándose su cabello, diciendo:

-Pues yo me bese con tres chicos, vamos Emma no seas tímida ni que fueras virgen.

Emma le dirigió una mirada asesina, a pesar de que no fuera virgen todavía era una mujer decente y sensata, esos temas eran algo que le provocaban subir de tono en la piel.

-Sí, me besé con uno – respondió de forma árida.

Después de que Emma le diera su respuesta, Zoy dirigió ahora su mirada inquisitiva a Cara.

¡Si quieres paz, prepárate para la guerra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora