Capítulo 7. La guerra es deliciosa para aquellos que no la han experimentado
La semana paso lentamente, el idiota de Jace no la molestaba como de costumbre. Cara lo atrapaba mirándola de vez en cuando. La chica se preguntaba si estaba pasando una mala racha o si le había sucedido algo malo ya que el humor de él no era normal, nunca lo había visto de esa manera, tal vez le afecto demasiado el golpe que le dio en la entrepierna que no se quiso volver a meter con ella de nuevo. Mmm…. Na, no era eso. Algo que Cara no soportaba era que el chico en ocasiones se ponía a besuquearse con cada chica que se le insinuará en el salón de clases cuando no había profesores, cosa que causo cierta repulsión en ella, y para colmo de los colmos en una ocasión la chica logró captar que mientras estaba en medio de su asunto, la estaba mirando a ella, bueno ya era suficiente, eso la había asustado en verdad.
No le dedicaría más minutos de su valioso tiempo a un humano subdesarrollado con complejo de superioridad. También había notado que Evan y Emma se miraban discretamente como si fueran cómplices o como si estuvieran guardando un secreto. Y los que descaradamente ni siquiera lo disimulaban eran Zoy y Kyle, se comían con la mirada y seguido se guiñaban el ojo, Cara sentía que se volvía loca, es decir, de Zoy lo entendía se había besado con Kyle y le había gustado no había nada de malo en ello, pero ¿Emma? A caso ¿tal vez…? Na… imposible, Evan ni siquiera era el tipo de Emma. Alucinaciones mías, pensó Cara.
Por fin Viernes, había sido una de las mejores semanas de su vida, disfrutaba su vida en la escuela ahora que nadie la molestaba o la provocaba, vivía sin tensiones ni estrés, inclusive lucía mejor. Llego a su casa como de costumbre, se dirigió al comedor donde se encontraba solamente su madre, comiendo un bocadillo, y de inmediato se acordó que tenía un asunto pendiente con su madre, tarde o temprano tenía que hablarlo con ella, así que se lleno de valor para ir a sentarse a su lado, el hambre pudo más que sus ganas de huir.-Hola mamá, ¿Esther podrías traerme algo de comer, por favor?
Su madre le dirigió una sonrisa amable con los ojos ligeramente cerrados, oh no, esa era su sonrisa de enojo. Por raro que pareciera su madre siempre sonreía incluso cuando se enojaba, Cara había aprendido a identificar los diferentes estados de ánimo de su madre mediante sus sonrisas.
-Cariño, el otro día hablaron de tu escuela, me dijeron que te habías vuelto a meter en problemas con el hijo menor de los Rumsfeld.
A pesar de que el padre de Cara y el padre de Jace fueran enemigos, la mamá de Cara se llevaba muy bien con él, en las fiestas de alta sociedad seguido lo saludaba de manera cortés y afable, mientras que su padre se mantenía alejado con la mirada clavada en él. Su buena relación se debía en parte a que era muy buena amiga de la madre de Jace, que había fallecido después de haberlo dado a luz a él.
-Mamá, fue su culpa, yo no quise…
-Cara, cielo, aunque te guste ese chico, no deben de estar peleando todo el rato, entiendo que los jóvenes tienen las hormonas alborotadas, pero debes tranquilizarte y arreglar sus problemas de una manera menos… salvaje.
A Cara casi se le salen sus ojos de órbita, no podía creer lo que escuchaba y peor aún de quién lo escuchaba. Casi le da el infarto ante esa respuesta de su madre, no se lo esperaba, estaba muy sorprendida. Perfecto, lo que le faltaba, las locas de sus amigas y ahora su madre habían creado un club “Cara-Jace” para pareja. ¡Al demonio!
-Pero mamá…
-Ya cariño, no te sulfures, solo quería decirte eso. Ah, por cierto, tu padre tendrá invitados el día de mañana quiere que te arregles y dile a tu hermana, quiere presumir de sus hijas, tus hermanos también se pasarán un rato.
Cara prefirió cortar el tema por las buenas, su madre era algo difícil de tratar, asintió con la cabeza, no tenía cabeza para formular argumentos, el hambre nublaba su juicio. Esther venía entrando con una bandeja abastecida de carne, con condimentos y un poco de vino.
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¡Si quieres paz, prepárate para la guerra!
Teen FictionCara Broggi y Jace Rumsfeld son hijos de las dos familias más poderosas del país. Él se dedica a hacerle la vida imposible. Ella lo evita o.. al menos lo intenta. Se odian a muerte. Dos jovenes millonarios rodeados de lujos, tienen todo lo que cualq...