Capítulo 12. Disposiciones
¿Pero quién diablos se creía este imbécil? Desde tiempos inmemoriales le tenía bien claro que la repudiaba y ahora resulta que la quería violar de todas las formas habidas y por haber. El no era su jefe, no era nadie. Cara no estaba dispuesta a ser una más de su ejército de zorras. No podía creer que se hubiese quedado callada. ¿Por qué le provocaba tanta confusión?, ¿por qué la hacía abrumarse de esa manera?, ¿por qué la hacía sentir así?
Antes no era así, se limitaban a pelear como niños, pero ahora era un tipo de pelea completamente diferente, ya no se trataba de lastimar sino de satisfacer, de llenar, de complacer. ¿En qué momento había cambiado todo? “Culpo a la puta fiesta de esto” pensó Cara. Ella sabía que todo eso había empezado desde aquella fiesta, ahora tenía que asumir las consecuencias de lo que había ocasionado aquel beso. Ella también había cambiado, ahora quería hacerlo sufrir como él lo hacía con ella, sólo que de una manera muy distinta a la que solía hacerlo. Por el momento tendría que hacer todo lo que él dijera. -No, no lo puedo aceptar- se decía una y otra vez -Jamás lo aceptare-.
Cara no quería que nadie saliera lastimado. No importaba que Jace centrara toda su ira en ella. Mientras nadie más saliera perjudicado estaba bien para ella.
La chica se encontraba a mitad de camino a su hogar, no podía seguir en la escuela con todos esos chupetones en su cuello, se encargó de fingir sentir cólicos para que le dieran el resto del día, librándose también del castigo de estar encerrada con Jace por dos horas limpiando el salón de ciencias o mejor dicho “Siendo violada por Jace en el salón de ciencias”, el universo parecía estar en su contra a veces.
Llegó a su casa, subió corriendo las escaleras, buscó entre su ropa alguna mascada que le tapara todas las marcas que traía en el cuello y se puso un poco de maquillaje en el labio para que no se notara tanto la mordida que Jace le había marcado algunas horas atrás. Cara comenzó a sudar de tan sólo recordar lo que había hecho esta tarde con el violador de Jace Rumsfeld.
Alguien tocó la puerta.
-Señorita Broggi, tiene visitas.
¡Joder! Cara dio un brinco del susto, sólo era Esther.
-¿Quién es?
-Me dijo que era su novio, señorita.
¡PERO QUE COÑOS! Se había olvidado por completo de Logan. ¿Qué hacía en su casa? Bueno que estúpida pregunta, se dijo ella misma, es más que obvio, el había ido a su escuela para conocerla y ella se había marchado después del asunto con Jace.
-Enseguida bajo Esther.
Tenía que taparse bien todas las marcas. Cara salió de su habitación con una mascada envuelta en su cuello, se encaminó a la sala de estar donde se encontraba el chico.
-Vaya, el chico nuevo vino a visitarme ¿debería sentirme halagada o asustada?
-Qué forma tan inusual de saludar, de donde vengo un simple “Hola” es suficiente.
-Iré al grano Reeds, no estoy de acuerdo con esto y no estoy dispuesta a aceptarlo.
-Jace Rumsfeld ¿es tu novio?
¿Qué clase de pegunta era esa? Cara ya estaba hasta las narices que todo el mundo le dijera lo mismo, ¿acaso el mundo se había vuelto completamente loco?, ¿de dónde sacaban todos esas conclusiones tan absurdas?
-Se puede saber ¿por qué me preguntas eso?
-¿No es obvio? Los dos se comportan como si lo fueran.
-No, joder, no, no y no. Ese estúpido no es mi novio.
-Es un alivio saberlo.
Cara no pudo evitar fruncir el ceño.
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¡Si quieres paz, prepárate para la guerra!
Teen FictionCara Broggi y Jace Rumsfeld son hijos de las dos familias más poderosas del país. Él se dedica a hacerle la vida imposible. Ella lo evita o.. al menos lo intenta. Se odian a muerte. Dos jovenes millonarios rodeados de lujos, tienen todo lo que cualq...