Capitulo 8 *Decisión*

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Naraku trago en seco al sentir las miradas asesinas de Suikotsu y Bankotsu sobre él.

– ¿Qué te traes con nuestra hermana? –pregunto Suikotsu.

– N-nada malo –aseguro en voz temblorosa pues ellos estaban un poco más altos que él.

– ¿Desde cuándo se conocen? –Bankotsu lo miro amenazante.

– Una semana.

– ¿Una semana? ¿Por qué se estaban besando si llevan una semana de conocerse?

– Hey tranquilos –intervino Kaede–, tu Suikotsu no digas nada, ¿ya olvidaste aquella chica? Apenas llevaban dos días de conocerse y ya querías casarte.

– Pero eso no tiene nada que ver con esto –dijo Suikotsu mirando de reojo a su madre.

– Claro que sí, tenías diecinueve años en aquel entonces.

– Rin tiene diecisiete, es una niña –miro a Naraku de nuevo–. ¿Cuántos años tienes?

– Veintitrés –respondió un poco más tranquilo al ver que contaba con el apoyo de Kaede.

– Esta muy grande para ella –hablo Bankotsu.

– No me digas que quieres un niño para ella –dijo con sarcasmo el ojos carmín.

– Cuida tus palabras si quieres salir vivo de  aquí –amenazo Bankotsu.

– Ya tranquilos hijos –los regaño Kaede–. Si Rin ha tomado una decisión respecto al joven Naraku no queda más que apoyarla, recuerden que si le dicen ustedes que no, ella lo hará de igual manera.

Ambos resoplaron al mismo tiempo, era cierto. Hace años cuando ella comenzó a trabajar y hablar con Kohaku ellos le decían que no pero ella no hacía caso. Suikotsu respiro hondo y miro a Naraku en forma asesina.

– Escúchame muy bien, si la haces llorar te matare para después revivirte y así volverte a matar, ¿quedo claro?

– Sí –respondió firme no estaba en sus planes hacerla llorar a menos que fuera de felicidad.

– Mas te vale –dijeron ambos al mismo tiempo acomodándose el traje.

~~~

Rin aún estaba pensando en lo que Sesshomaru le acaba de decir, aun no podía creerlo.

– Te dejare para que lo pienses –dijo serio sacándola de sus pensamientos–, pero tienes hasta mañana en la noche para decidir –le dio una tarjeta–, esta es mi dirección por si quieres hablar más del tema.

– ¿Tiene tarjetas para todo? –pregunto en tono de burla al aceptar la tarjeta.

– Solo para algunas cosas –respondió serio–. Los gastos del hospital corren por mi cuenta.

– No es necesario... –la miro fríamente–. Está bien –alzo las manos–, haga lo que quiera.

– Hump –dio la vuelta para salir.

– Gracias por venir –dijo ella amablemente mientras bajaba la mirada parea leer la dirección de peli-plata.

– Vámonos –ordeno una vez que estaba afuera.

– Como ordene –dijo Suikotsu y se acercó a su madre–. Llame si necesitan algo.

– Sí –se acercó a Sesshomaru–, gracias por venir a ver a mi hija y por su hospitalidad.

Sesshomaru solo asintió en respuesta y camino a la salida con los hermanos detrás de él.

– A la oficina –ordeno cuando subió al auto. Bankotsu asintió y se puso en marcha. Una vez en su oficina mando llamar a Ayame.

 Destiny (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora