Capitulo 26 *Reencuentro*

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Naraku iba ya en el vuelo con rumbo a Francia. Miro a su derecha donde estaba Sango ya dormida, suspiro y acaricio su mejilla para después colocar una manta encima. Volvió la mirada al frente y después de unos minutos se quedo dormido.

Al amanecer llegaron a su destino. Subieron a un taxi y fueron al hotel donde se quedarían esos días, pidieron habitaciones separadas. Después de descansar unas horas salieron e busca de Kikyo. El taxi tardo una media hora en llegar a dicha dirección.

– Es aquí –susurró Naraku después de bajar el taxi.

– ¿Seguro? –le pregunto Sango.

– Sí –hablo seguro. Respiro hondo y ambos se dirigieron a la entrada donde él toco el timbre, luego de varios minutos la puerta se abrió dejando ver a una mujer de mayor con el cabello blanco.

– Buenas tardes –saludo la mayor sin abrir completamente la puerta.

– Buenas tardes –hablo Sango al ver que Naraku no decía palabra.

– ¿En qué puedo ayudarles?

– Estamos buscando a Kikyo –respondió Naraku y la mayor frunció el ceño.

– ¿Quién son ustedes? –pregunto cambiando su voz a seria.

– Soy Naraku... –fue interrumpido por la mayor.

– ¿El doctor? –él asintió–. ¿No lo sabes?

– ¿Saber qué? –pregunto confundido.

– Kikyo se suicido hace cinco cinco años –respondió la mayor son los ojos cristalinos.

Naraku parpadeo varias veces no podía creer lo que escuchaba, Kikyo ¿muerta? Eso debía ser mentira.

– ¿Pero... cómo? –susurró.

– Entren –la mujer abrió la puerta para que entraran–. Soy Tsubaki, la madre de Kikyo –se presento.

Ella los guió hasta la sala donde tomaron asiento en los sofás. Sango estaba en silencio, no sabia que decir, ella solo llego a ver a Kikyo un par de veces pero no parecía que tuviera problemas como para querer quitarse la vida pero al parecer solo ella sabia lo que pensaba y sentía.

– ¿Qué fue lo que paso? –hablo Naraku.

– No se los detalles, pero cuando ella volvió decía que se sentía culpable. Durante meses estuvo sin salir de su habitación y un día la encontré en la tina de baño –las lágrimas en los ojos de ella se hicieron presentes–, el agua le llegaba hasta los pechos, sus muñecas estaba cortadas y el agua se torno roja. Llegue tarde –respiro hondo recordar aquella imagen le afectaba bastante.

– ¿Sabia donde estaba antes de volver aquí?

– Sí, ella se había ido con su padre a Japón donde tenia un novio que se llama Sesshomaru –se llevo la mano a a barbilla tratando de recordar más.

– ¿Por qué no aviso de su muerte?

– Ella me dejo una carta donde me pedía que no dijera nada a nadie, solo a ti si llegaras a buscarla.

– ¿Yo? –no entendía nada de lo que estaba pasando.

– Sí –se puso de pie–, espere unos minutos por favor –se limpio las lágrimas y se dirigió a las escaleras para ir a la habitación que era de su hija.

– ¿Te sientes bien? –le pregunto Sango una vez que estaban solos.

– Sí –respondió él–, es solo que todo esto me toma por sorpresa.

 Destiny (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora