Sesshomaru miraba por la ventanilla, no entendía cómo es que esa chiquilla había rechazado su dinero cuando minutos después se lo exigió a aquellas dos chicas. Después de aquello ordeno retirarse del lugar, Suikotsu y Bankotsu solo se despidieron de Rin con un movimiento de mano.
– ¿Por qué no estudio? –pregunto antes de llegar a la cuidad.
Suikotsu, quien ahora manejaba lo miro por el espejo retrovisor.
– De seguro ya se ha dado cuenta de que somos dieciséis hermanos –él asintió lentamente–. Pues al ser tantos, nuestros padres no alcanzaban para darnos estudios, así que ella decidió trabajar para ayudarles.
– ¿Y ustedes? –giro para mirarlo.
– También trabajamos –le respondió con la vista al frente.
Hubo silencio lo que restaba del viaje, ordeno que lo llevaran a la empresa tenía que ponerse al corriente. Al llegar Bankotsu le abrió la puerta y Sesshomaru bajo, resopló le sería difícil acostumbrarse a eso.
– Quédense aquí –ordeno y ellos asintieron, Bankotsu se quedó en el estacionamiento mientras que Suikotsu fue a vigilar la entrada principal.
El peli-plata entro con la mirada en alto, podía escuchar los murmullos de algunas empleadas, suponía que se debía a los leves moretones que aún estaban en su rostro. Con solo una mirada gélida las mujeres volvieron a su trabajo. Presiono el botón del ascensor que en cuestión de segundos abrió sus puertas, entro al pequeño cubículo y resopló solo esperaba que su ausencia no le trajera problemas con los directivos, quisiera poder correrlos pero no podía. Ellos dejarían su cargo una vez que estuvieran seguros de que Sesshomaru era lo suficientemente capaz para hacerse cargo de la empresa, pues a pesar de ser muy inteligente y con determinación, ante los ojos de la mesa directiva aun le faltaba mucho y eso lo tenía presente y estaba haciendo muchos esfuerzos para no decepcionar ni al comité, su madre y a él específicamente.
El sonido de las puertas del ascensor abriéndose lo saco de sus pensamientos. A paso firme salió de cubículo y se encaminó a su oficina. Adentro su secretaria terminaba de dejar unas carpetas sobre su escritorio, dio la vuelta y dio un pequeño salto al verlo ahí.
– Joven Sesshomaru –saludo haciendo una leve reverencia.
Sesshomaru solo la saludo con un movimiento de cabeza. Ayame la antigua y fiel secretaria de su padre ahora era su secretaria y la mujer era un gran apoyo puesto que había asociaciones de las cuales él no tenía idea pero con la ayuda de Ayame se puso al tanto.
Ayame era una mujer de treinta y cinco años, llevaba trabajando en la empresa desde que tenía veintiséis, la mujer se había ganado la confianza del señor Inu-no y la empatía de Irasue, lo poco que sabía era que estaba casada con Koga –hombre de cuarenta años encargado del área de contabilidad–, y que tenían un pequeño hijo de seis años.
– ¿Qué ha pasado durante mi ausencia? –pregunto en tono de voz serio al tomar asiento en su lugar, Ayame tenía la curiosidad por saber que le había pasado pero no pregunto nada, respetaba la privacidad del joven.
– No muchas cosas, solo ya se cerró el trato con el señor Shako, sus cosechas se entregarán a nosotros durante tres años, Hakudoshi cerro el trato aun así solo falta su firma.
– ¿Donde esta ese contrato?
– La primera carpeta –señaló el escritorio–, está el contrato ya firmado por el señor Shako, Hakudoshi como testigo. Lo dejare solo para que lo revise y so desea lo firma.
Sesshomaru solo asintió lentamente tomando la carpeta.
– ¿Algo más que deba saber? –la miro.
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Destiny (Editando)
FanficRin Sasaki tiene una decisión importante que tomar, pues su vida ha cambiado desde que le salvó la vida a alguien que al parecer es muy importante cosa que ella no tenia idea. Su vida solo había trabajar y cuidar a sus padres enfermos, pero después...