Capítulo Cuatro

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-Alice, despierta... llegarás tarde, vamos Alice- sentía como me movía y trataban de quitar el tape de mi cama- esta bien Alice como tu quieras, tendrá que ser así...
De repente sentí como se cerró la puerta de mi cuarto, asomé mi cabeza sobre el tape que me cubría por completo y cuando vi que se abría la puerta de mi cuarto volví a tapar mi cara.
-Así que sigues sin moverte...- lo siguiente que sentí fue una jarro de agua fría sobre mí
-¡¡mamá ¿estas loca?!!
-No, te llevo despertando casi veinte minutos y te lo advertí, ahora levántate y vístete para ir al instituto
-mamá, no quiero ir- dije haciendo puchero- por favor es el primer día, tengo mucho sueño.
-Alice te dije anoche que no quería problemas hoy para levantarse.
-Lose, pero no te he dado ¿o sí?
-¿Enserio...?- dijo mirando mi cama mojada
-Bueno, ya solo un poco pero mamá tengo mucho sueño
-Te dije que no vieras la saga completa de Harry Potter, ahora tienes 20 minutos para estar lista y para tomar desayuno.
-Esta bien, ahora sal de mi habitación para arreglarme.

No tenía nada más que hacer, así que me levante y me dirigí al baño para bañarme rápido, luego de eso me vestí baje las escaleras y me dirigí a la cocina, donde Sara estaba preparando tostadas y un zumo de frambuesa
-Buenos días Sara, ¿donde está mi madre?
-La esta esperando en la sala, dijo que tomará desayuno rápido.
-Ya veo, entonces comeré rápido hoy no amaneció de buen ánimo.
Cuando termine de comer fui a mi habitación, por mis cosas y a lavar mis dientes, baje rápido y tome las llaves de mi coche, cuando me iba acercando mi madre hizo señas para que me subiera a su coche lo cual ignore, no pensaba ir el primer día con mi madre, sería humillada todo el año por mis compañeros, por lo que me subí a mi coche y puse la llave para marcharme.
-Alice, ¿que crees que haces?
-Tu que crees mamá, no pienso dejar que me humilles frente a mis compañeros.
-Es solo por hoy, no te preocupes sabes que el resto del año trabajo y no podré ir a dejarte.
-Pero... esta bien- quité las llaves del coche y me dirigí al de mi madre

En el camino, me puse a pensar como sería el instituto sin Kelly, de seguro sería un infierno, sobre todo con Paula y su grupito de rubias teñidas no se como lo soportaría, pero al menos tendría quien espantara a las moscas muertas que quieran coquetear con Trent y además una esclava.
-¿Qué opinas hija?
-¿Sobre que?
-Sobre la cena que haremos en unas semanas en casa
-Así, me parece perfecto...creo
- ¿Enserio? No te molesta la idea
- No, me parece genial- algo me dice que no debí decir eso, pero no puedo decirle que no la he escuchado en todo el camino
-Ya llegamos, cuidate pasaré por ti a las tres...
-No será necesario, Trent quedo en venir por mí- vi como mi madre hizo una mueca de molestia, a ella nunca le a gustado mi novio, dice que es un mujeriego y que de seguro un vago
-¿Estás segura que vendrá?
-Si mamá, no te preocupes
-Bien, toma algo de dinero por si van a comer a algún lugar
-Gracias mamá- le di un beso en la cara y me baje del coche

Odiaba los primeros días, siempre había que presentarse en cada clase lo cual detestaba, las clases eran muy similares, además de que había que ir al auditorio para que el director, vicerrector y todo el equipo educativo se presentará y diera los avisos correspondientes.

Mi primera clase era química, odiaba esa materia pero no me quedaba de otra, Paula y su grupito también estaban en esa clase, perfecto lo que me faltaba de todas las clases tenía que quedar justamente con ellas. En la hora de almuerzo me junte con Serena y Dylan y otros chicos que no recuerdo sus nombres, todo iba bien hasta que apareció la odiosa de Paula.
-¿Qué pasa Alice, extrañas a tu amiguita?
-No molestes, hoy no estoy de ánimos no estoy para aguantar tus tonterías
-Oww, lo siento pero tendrás que estar de ánimos para mí
-te lo advierto hijita de papí dejame en paz
-No vuelvas a llamarme así
-¿Cómo? ¿Hijita de papí?
-Exacto, o te arrepentirás
-¿Así? Pues... bueno- paula de dio vuelta y cuando iba a marcharse yo y mi gran bocata hablamos- hijita de papí
-Te lo advertí...
Lo siguiente fue tirones de pelo, golpes, arañazos y unas cuantas bofetadas, sentía como todo gritaban «pelea, pelea»... como si estuviéramos haciendo una función, ya me dolían los brazos de tanto golpear aquella tonta y a sus amiguitas que se metieron en la pelea, pero no podía dejar de golpear, porque sino la que sería golpeada sería yo, de repente todos dejaron de gritar, lo cual no era bueno
-¡¡¿Qué es lo que se suponen que hacen señoritas?!!
Maldición esto me pasa por hablar de más
-baje inmediatamente señorita Peter de la señorita Fuentes, y ustedes dos suelte esas sillas, los demás largo a sus clases- no me había dado cuenta de que las amigas de Paula habían ido por sillas, gracias a Dios que llego el maestro Hans- ¿Ustedes que creen que es este lugar? ¿Un campo de batallas?
-No señor, pero...
-Silencio señorita Peter, a la oficina del director, las cuatro- genial, ya perdí esta batalla, ahora si estoy metida en problemas, maldita la hora que se acerco Paula.

Comprometidos Sin SaberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora