Capítulo Veintiuno

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Nick

-Hola ¿dónde éstas? Te estoy esperando
-Hola Nick, primero si estoy bien, y segundo ¿como que donde estoy? Te dije que hoy no podría juntarme contigo.
-¿En que momento?
-Nick, revisa tu celular te envié un mensaje anoche, como sea... sabes, me tengo que ir, nos vemos pronto... adiós
-Jess, espera...-antes de que pudiera continuar ella corto la llamada.
Revise el celular  y efectivamente Jess me había mandado un mensaje,  el cual no había visto porque hasta hace un rato había tenido el celular apagado. Perfecto ahora que haría, llevaba esperando un buen rato en el parque y no podía volver a casa Austin me había pedido llegar durante la noche, no sabia el porque pero la verdad no me interesaba. Ahora tendría que pensar en que hacer para pasar la tarde.

Llevaba un buen rato dando vueltas por el parque lo que no era muy divertido hacerlo solo y eso me estaba aburriendo. Cuando estaba dando la última vuelta por el parque me pareció ver al idiota doctorcito caminar de la mano con una chica muy guapa, lo que me pareció extraño ya que se suponía que Alice estaría con el toda la tarde planeando el cumpleaños de Austin. Tal vez esa niña se encontraba cerca, y si fuera así podría fastidiarla un rato; la busque por todos lados con la vista pero no la encontraba, cuando estaba a punto de rendirme pude divisar a una chica sentada en una banca escondida detrás un libro, decidí llamar a Alice para confirmar de que fuera ella, marque su número y observe a la chica, la cual saco su celular y luego de tres pip contesto.

-¿Hola?

-¿Que sucede Nick?- me pareció extraño algo en su tono de voz, pero lo pase por alto

-Que humor... - dije tratando de aliviar las cosas, lo cual no funciono.

-No me molestes- dirigí mi mirada hacia donde estaba Alice y vi que cortaría la llamada, me apresure en hablarle.

-Espera Alice...

-¿Que pasa Nick? estoy ocupada

-¿Y en que estas tan ocupada?

-Estoy... comiendo con unos amigos- ok, a menos que sus amigos (hablo del doctorcito y su novia) se hayan convertido en invisibles, me estaba mintiendo descaradamente.-

¿Segura?

-Si ¿Por qué no lo estaría?

-No lo se ¿Dónde estas?

-Lejos de casa

-Bien, nos vemos- Colgué rápido, no me gustaban las mentiras y esa chica me había mentido descaradamente en menos de cinco minutos, no se con que propósito pero lo había hecho.

Antes de irme volví a  voltear pero esta vez pude ver a una niña llorando, como si hubiera perdido a su juguete favorito, algo en mi sintió un poco de pena al verla así y como nunca me gusto ver a las chicas llorar, pensé en algo para que se alegrará. Busque en mi bolso una naranja y un marcador permanente, le dibuje una carita feliz y me dirigí hacia ella.

-Muchas chicas se ven muy lindas cuando lloran, pero ese no es tu caso- estire mi mano con la naranja

- ¿Ah?- dijo limpiando su cara, pero al momento de levantar su cabeza y verme volvió a llorar   

-Ey no llores... la gente pensara cosas que no son...- ya habían unas cuantas personas viéndonos de seguro pensarían que le estaba haciendo algo malo

-Que malo es, de seguro esta terminando con ella... pobre chica-  pude escuchar decir a una chica que pasaba por el lugar, bien eso ya era mucho

-Ven- tome su mano y la obligue a pararse de aquel lugar. Al contacto con su mano, pude sentirla fría lo mas probable es que llevara un buen rato ahí sentada, y no ayudaba mucho el día.

Comprometidos Sin SaberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora