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—Deja ver si entiendo —dijo Alya por tercera vez. Miraba a Bridgette confundida—. Saliste a comprar unos cuadernos nuevos porque unos imbéciles te ahogaron los tuyos en los baños.

—Ajá —dijo Bridgette mientras se comía un sándwich.

—Entonces unos chicos te iban a gastar una broma y Félix "te rescató."

—Ajá.

—Por lo que lo invitaste a comer algo a casa de Marinette.

—Ajá.

—Y hablaron un rato.

—Ajá.

—Le dijiste que lo querías para Navidad.

—Sip.

—Y luego cuando llegaste te enviaron un paquete con todo lo que necesitas para la escuela y no firmaron la nota pero tú estás segura de que fue Félix.

—Yo también creo que fue él —dijo Marinette, quien había estado mirando por la ventana durante todo ese tiempo.

—Es porque ustedes dos son unas románticas empedernidas —dijo Alya rodando los ojos, pero con una sonrisa en sus labios—. Escucha, Brid. Me siento feliz por ti y de que al fin alguien haga algo destacable ante tu... situación, pero me parece extraño que Félix Agreste haga esto por ti.

—No le mates la ilusión —dijo Marinette, haciendo un mohín.

—No lo hago, sólo le doy un toque de realidad.

—Eso cuenta como matar la ilusión. Es como si te dijera que, no sé, ¿que Ladybug es Chloé?

—Bien, eso definitivamente es herir mis sentimientos. ¡No vuelvas a recordarme eso!

—¿De qué habla? —preguntó Bridgette.

—¿No recuerdas? Antes de que apareciera Chat Noir, cuando Alya fue akumatizada. Pensó que Chloé era Ladybug.

—Chloé es todo lo contrario a Ladybug. Debería ser... Antibug —bromeó Bridgette, ocasionando que las tres se rieran.

—Gracias al cielo Marinette y Nino estuvieron ahí para mí. —Alya soltó un suspiro—. Creo que hubiese sido más sencillo si Chat Noir hubiese estado aquí.

—¿Desconfiando del buen juicio de Ladybug? —le sonrió Bridgette.

—No, pero un poco de ayuda vendría bien. No quiero ni pensar en todo el daño que pude haber causado. ¿Ah que sí, Marinette?

Pero Marinette no las escuchaba. Volvía a estar ensimismada viendo por la ventana.

—¿Marinette? —la llamó Alya—. ¿Qué sucede?

—Adrien —fue todo lo que su amiga respondió.

Bridgette estuvo a punto de hacer una broma al respecto pero se dio cuenta que su prima no pensaba los típicos pensamientos de felicidad hacia el joven Agreste.

—Escupe —dijo Bridgette.

—Es sólo que... Pasamos una buena tarde los cuatro ayer, pero...

—¿Pero? —dijo Alya, algo sorprendida.

—No logré hablarle del tema de que medio París piensa que somos novios. Volvimos a hablar como antes pero... Sigo sintiendo una pared.

—Esa pared está ahí porque Adrien lo desea —bufó Bridgette—. Sí, deben hablar de ello. Quizás se sienta incómodo como tú crees que lo está, o tal vez está tan atascado como tú, sin saber qué rayos hacer o decirte.

¿Quién es Ladybug? [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora