¿Quién es Ladybug? [#1]

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Ladybug pensaba en Adrien mientras contemplaba todo París desde lo alto de la Torre Eiffel. Pensaba en cómo, a pesar de todo, él se veía tan distante y a la vez presente; como si lo mirase a través de una ventana; estaba segura de que era él y que estaba allí... pero no podía alcanzarlo.

Suspiró ruidosamente. Imaginó cómo sería poder alcanzarlo al fin, imaginó cómo se sentiría: como un pequeño beso y luego un gratificante escalofrío.

Lo ansiaba tanto que dolía, porque dentro de ella presentía que algo así nunca pasaría. Sólo bastaba ver lo sucedido con el muérdago: la besó en la mejilla. De gustarle hubiese aprovechado para rozar sus labios, pero no fue así. ¿Quizás fue vergüenza? Quiso creer que sí, pero... no se sentía así.

Luego se sobresaltó. Tenía unos brazos alrededor de ella y un cálido aliento se paseaba por su cuello. Ladybug tuvo los nervios a flor de piel.

—Lo siento, sólo quería sorprenderte —dijo Chat Noir, soltándola. Ella se le quedó viendo fijamente—. ¿Llegué tarde? ¿Pasa algo?

Ladybug no le respondió. Esa sensación la confundió. Se sintió a gusto. Es más, por un breve instante pensó que su deseo se había vuelto realidad.

—¿Mi lady?

—No pasa nada —consiguió responder—. Sólo estoy cansada.

—No parece así. Te ves... distante.

—Muchas cosas en qué pensar.

Ladybug se sentó en el borde y Chat Noir la imitó. A ella le gustó que él no la presionara para contarle lo que pasaba, sólo lo aceptó. Él era incondicional y ella lo sabía, así que formuló su pregunta:

—Chat... Alguna vez ¿te has enamorado?

La pregunta lo tomó por sorpresa. Lo pensó bien, unos largos minutos que Ladybug los sufrió en silencio, esperando la respuesta.

—Sí —dijo él, al fin—. Dos veces.

—¿Dos? —Ladybug lo miró a los ojos. Ella sólo se había enamorado una vez en su vida, si es que su pasión por el diseño no contara como un enamoramiento.

—Cuando era pequeño conocí a una niña —dijo Chat Noir—. Siempre le decía a mi madre que algún día sería mi novia. Me tomó años darme cuenta de que estaba enamorado de ella.

—¿Y qué pasó?

—Nos separamos durante años. —él torció la boca—. Pero nos reencontramos, y ella es tan maravillosa como la recordaba. Sólo que... llegó en el momento menos apropiado.

—¿Por qué?

—Porque estoy enamorado de alguien más. —Chat Noir contempló la ciudad—. Es un poco complicado para mí. No es sencillo darte cuenta que amabas a alguien al tiempo en que te enamoras de alguien más.