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Lila seguía a Adrien a donde pudiera. Resultó algo fácil. Él actuaba como un chico cualquiera, pero ella lo sabía, Adrien era especial. Ella podía verlo a lo lejos en la cafetería, en clase, en el parque, todo eso sin que se viera sospechoso. La mayoría de chicas siempre le miraban, ¿quién se fijaría en que Lila también lo hacía? Sólo los chicos que ya comenzaban a anhelar la compañía de la italiana se fijaban en ello y no les importaba en lo más mínimo, Lila les había hecho creer que ella era perfecta y digna de lo que ella quisiera.

Llegó a sonsacarle algo de información al mejor amigo de Adrien, Nino Lahiffe. Se enteró de que Adrien recibía clases extracurriculares de chino, piano y esgrima. Lila le contó a Nino su interés por esas actividades, y Nino le contó los horarios en los que podía encontrar a Adrien y poder orientarse con él, ya que su amigo era el mejor en esas clases.

Nino sólo fue otro en caer.

Lila fue al Departamento de Lenguajes a la hora que Adrien tenía clases, pero lo encontró con la misma azabache de su clase. Marinette, recordó que se llamaba. Lila tenía singular interés en ella. El pelirrojo con el que se sentaba se la pasaba dibujándola.

Parecía que ambos estudiaban juntos, pero luego entendió que Adrien era el que le estaba enseñando a ella; y el cincuenta por ciento de sus clases parecían ser desperdiciadas hablando de un montón de tonterías, sobre mariquitas y gatos, y de ropa y música.

Luego fue a la clase de piano de Adrien. Marinette lo acompañó hasta el edificio. Después trató de poder tener una oportunidad en el curso de esgrima. Lo vio solo y se acercó, pero no logró hablarle: él hablaba por teléfono. "Sabes que me gusta escucharte, Marinette" había dicho él a quien estaba al otro lado del teléfono.

Lila no fue capaz de interrumpir. Él sonreía con esa tonta sonrisa, esa hermosa sonrisa, que sólo alguien enamorado puede ofrecer.

Y lo peor fue que ella estaba tan cerca de él, y él seguía sin notarla.

Ahí fue cuando Lila se dio cuenta de que debía deshacerse de la dichosa Marinette.


❇❇❇ 


Marinette estaba distante. Todo el mundo lo notaba. Sin embargo, era un caso particular. Cuando estaba con Adrien —cosa que se había vuelto habitual— ella no se comportaba así, de hecho, ambos parecían encerrarse en una burbuja, y nadie parecía capaz de romperla, o llegar hasta ella siquiera.

Pero cuando él no estaba se quedaba ensimismada en sus pensamientos. Era como si Adrien fuese un ancla a la realidad.

Alya miraba a su amiga ensimismada mientras veía el libro de diseños de Marinette. En él estaba el vestido que usaría Bridgette, ideado por la misma Brid y pulido por Marinette. Se suponía que trabajarían en ello, pero Marinette estaba en ese extraño estado de post-Adrien.

—Marinette —escuchó que reprochaba Alya—. Te pregunté si ya pensaste qué usarás en el baile de primavera.

—Ya lo diseñé —dijo su amiga, con voz apagada—. Creo que será blanco.

—Es un color que te luce —le dijo Bridgette, dándole un mordisco a su macaron—. ¿Cuándo irás a comprar los materiales? Debo comprar los míos para mi vestido.

—¡Cierto! Recibiste tus ingresos por grabar el tema de Ladybug —recordó Alya.

—Y de paso pensé yo misma en el diseño, ¿puedes creerlo? Es justo como dice Marinette, a veces la idea simplemente llega y no tiene intención de irse.

¿Quién es Ladybug? [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora