¿Quién es Ladybug? [#1]

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Marinette respiraba hondo mientras seleccionaba las telas para su vestido. Bridgette a su lado estaba canturreando mientras seleccionaba las del de ella. Marinette tenía el semblante taciturno y Bridgette, aunque parecía distraída, realmente buscaba las palabras correctas para poder animar a su prima. 

—Vamos, Marinette. Anímate un poco —sonrió Bridgette—. Puede que Félix no sea Adrien, pero le darás una lección a ese rubiales.

—Si no tiene interés en mí, ¿cómo crees que le daré una lección? No le hará nada.

—Eventualmente se dará cuenta de que cometió un error.

—¿Y qué tal si no cometió un error?

—Marinette —la reprendió Bridgette—. No es tiempo de que pienses cosas negativas, ¿por qué no solo tratas de divertirte?

—Sí, es muy divertido ver como el amor de tu vida va al baile con otra.

—Si es el amor de tu vida significa que terminarán juntos. Además, yo también tengo que ver como el amor de mi vida va al baile con otra.

—Al menos tú estás segura de que yo no tengo ningún interés en Félix ni él en mí. ¡A Chloé le gusta Adrien!

—Y a Adrien le gustas tú, cabeza hueca. —Bridgette rodó los ojos.

—Él no lo ha dicho, así que no lo creo. —Marinette se abrazó a sí misma.

—Marinette, a ti te gusta Adrien y tampoco se lo has dicho. ¿Eso significa que en verdad no te gusta?

—No... No lo había pensado así —dijo Marinette, jugueteando con su cabello.

—Todos lo sabemos. Ese chico te adora —le sonrió Bridgette.

—¿Tú crees?

—Por amor a Dios, Marinette. Te defiende de Chloé, mira nada más lo que hizo por ti en la fiesta de Halloween, fue hasta tu habitación sólo para hacer las pases, te elogia constantemente, te llama luego de que terminas de hacer algo para saber cómo te fue, se ofreció a darte clases de mandarín, hablan durante toda la noche, ¿y vienes y preguntas si creo que ese chico te adora? Si eso no es amor, no sé lo que sea.

—Pero... —comenzó Marinette, Bridgete soltó un bufido—. De ser así, ¿por qué invitó a Chloé?

—¿Por los mismos motivos que Félix? No lo sé y es irrelevante. ¿Por qué no pones tu felicidad antes que tu tristeza, Marinette? Piensa en lo bueno, desecha lo malo.

Marinette respiró hondo.

—Ven, vamos —dijo Bridgette, tomándola de la mano—. Iremos a comprar una tela espectacular para nuestros vestidos, y los haremos juntas, y todo estará bien.

Marinette la siguió, pero en ningún momento sintió como si todo pudiese estar bien.

❇❇❇ 

Adrien recién llegaba a casa cuando comenzó a escuchar a su padre discutir por el teléfono. Soltó un suspiro. Era lo único que le faltaba.

—¡No me importa si tienes que correr hasta Milán, pero esos diseños deben llegar a manos del señor Petrelli mañana temprano! —escuchó que gritaba Gabriel.

Adrien se asomó al despacho de su padre, buscando una oportunidad para decirle que ya estaba en casa. Sin embargo, lo que vio fue algo inesperado. Su padre hojeaba un libro viejo, ese fue el primer indicio que tuvo Adrien de que algo extraño estaba pasando: Gabriel detestada el polvo, y definitivamente no era de los que creía en la moda vintage; quizás vanguardista, ¿pero así? No. Lo segundo fue encontrar, literalmente,el gran retrato de su madre abierto. Adrien desconocia muchas cosas, eso lo sabía, pero no sospechaba que el retrato tan hermoso de su madre fuese en realidad una bóveda.