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Alya estaba sumamente preocupada, la expresión de Adrien la había puesto de todos los colores. Adrien no bien había empezado a hablar cuando se frenó, tomó la comida para Marinette y comenzó a correr a la velocidad de la luz a su habitación. Nino y ella le siguieron con angustia, y al entrar... Sólo estaban Marinette y Félix, y éste último hacía eficazmente su tarea. Alya volvió a respirar.

—Amigo —dijo Nino—. ¿Qué ha sido todo eso?

Adrien no respondió. En su lugar dejó la comida sobre su neverita y entró el jugo en ésta. Se acercó a Marinette y la tentó.

—Su fiebre está bajando —dijo Adrien.

—De nada —dijo Félix.

—No sé qué haría sin ti, Fé —dijo Adrien, recordando sus malos pensamientos de hace unos minutos. Félix no sería capaz de hacer algo como lo que él había pensado, o al menos eso creyó Adrien.

Félix no levantó la vista de su tarea.

—Hola —saludó Alya—, me llamo Alya. Soy la compañera y mejor amiga de Marinette.

—Lo sé —se limitó a decir Félix, aún si levantar su vista del cuaderno—. Eres la chica de Ladyblog.

Alya parpadeó, como sorprendida, y a continuación se sentó en el sofá de Adrien junto a Nino. En cualquier otra ocasión Alya se hubiese sentido halagada de que conocieran su blog, y le hubiese preguntado qué le parecía y hasta le hubiese pedido recomendaciones, pero no esa vez. Había algo en Félix... extraño. Como si desprendiera una feromona capaz de repeler a las personas. Era ardiente como Adrien, sin embargo parecía carecer de algo importante. Alya se devanó los sesos tratando de pensar en qué.

Ella miró a Adrien. Él se había sentado al lado de Marinette, en un pequeño espacio de la cama. Se le había quedado viendo fijamente a Mari mientras le apartada los mechones de cabello que se le habían quedado pegados a causa del sudor. Alya sacó su celular, algo así no debía desperdiciarse. Tomó una foto y la subió a su Snapchat.

Parece que el Príncipe Azul va a despertar a Blancanieves!!!, puso en la foto. Nino la observó e inmediatamente tomó su celular, fue cuestión de segundos para que él revisara la historia del Snapchat de Alya. Se echó a reír.

—Eres única —le dijo Nino, aún entre risas.

Aquello captó la atención de Adrien, pero Félix pareció no inmutarse.

—¿Acaso coqueteando por mensaje a mis espaldas? —dijo Adrien con una sonrisa picarona a Alya.

Nino empalideció al instante.

—Hermano, eso no...—comenzó a decir.

—Si Mari estuviese despierta, te preguntaría si tu novio te pega —rió Alya.

—¿Qué? —dijo Nino—. Me estoy perdiendo de algo...

—Se están burlando de ti, Nino —interrumpió Félix.

—¡Hey! —exclamó Nino, ofendido, pero él al igual que todos se quedó pasmado cuando Félix habló. Tampoco quiso admitir que no entendía el chiste.

—¿Ya puedo saber de qué te reías? —preguntó Adrien.

—¿No tienes a Alya en Snapchat? —preguntó Nino.

—Obvio que sí, tengo a todos los del salón, es que yo no lo uso mucho.

—¿No lo usas mucho o no sabes?—preguntó Alya, arqueando la ceja. 

—Mejor que no lo hagas —rió Nino.

Adrien los miró con mala cara y sacó su celular del bolsillo.

¿Quién es Ladybug? [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora