Cap. 6

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—Señores os tengo una gran noticia —le digo a toda mi familia sentada en mi mesa desayunando.

—¿Qué cosa hijo? —me dice mi papá.

—Pues un par de veces les había mencionado que quiero ser modelo, y ayer afortunadamente se me dio la oportunidad de serlo —les digo sonriendo.

—¿Ah si? —me dice Isaac.

—Si, porque ayer me ofrecieron la oportunidad de ¡trabajar en Pull and Bear!

—¡Júramelo! —Grecia le da un golpe a la mesa.

—¡Si marica! —sonrío como un demente.

—Marico te felicito —me aplaude mi hermano.

—Gracias... Y Emm... Mamá me tienes que acompañar al Paseo de La Castellana hoy... Jeje —sonrío como muestra de ternura.

—¿Por qué?

—Porque me tienes que autorizar que puedo trabajar con ellos, dar certificados médicos y esas cosas...

—Vale, ¿a qué hora?

—A las cuatro —sonrío.

—Bien... Pues me tocará pedir permiso en el trabajo, te paso buscando en el colegio, comemos por ahí y te acompaño ¿vale?

—¡Guay! ¿Nos vamos ya Isaac?

—Déjame cepillarme los dientes y ya, estad preparados para cuando esté listo porque sino, no os espero.

—Vale... —rueda los ojos Grecia.

Y se va el baño el susodicho.

—¡Maldita sea Grecia!, te dije que estuvieras preparada —grita mientras conduce, Grecia se tardó.

—Pero es que me faltaba el labial...

—Te faltaba todo el maquillaje, y te tardaste diez minutos, y ahora por tu culpa, ¡vamos a llegar tarde!

—De nuevo... —digo por lo bajo.

—¡Bajaos ya! —grita Isaac al llegar al instituto.

Nos bajamos la niñata esta y yo.

Nos tocaba registrar la tardanza en secretaría, pero al parecer había alguien hablando o registrando su tardanza, por lo que le hago señales a Grecia que corra, y corremos para que no nos pillaran.

Llego a mi respectiva aula y Grecia le toca seguir corriendo -gilipollas- a su aula que está en el otro piso.

Toco la puerta y escucho a la profesora de arte gritar que pasara.

—¿A que se debe la tardanza?, Fernando.

—Mi hermana, maquillaje y esas cosas...

—Sientate, y por favor termina la botella.

Y camino hasta mi respectiva mesa que está al lado de Ciara.

—Hola —le di un beso en la mejilla.

—Otra vez tu hermana ¿eh? —me dice ella con tono burlón.

—Si tío... No la soporto de verdad.

—¡Fernando, a parte de que llegas tarde, te pones a hablar en clase! ¡Insólito! —grita la profesora desde el otro lado del aula.

—Vale, perdón... Sólo le estaba saludando.

—Me la suda, ¡ponte a trabajar ya!

—Vale, vale, cálmate, no hablaré más...

Y me pongo a terminar de sombrear la estúpida botella del diablo.

Cómo Es [¿Cómo Sería? Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora