Os voy a contar una anécdota

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Hola fíeles lectorxs.

Solamente me paso por aquí porque quería contaros la historia de cómo conocí a Manu Ríos, ya que pienso que os haría un poco de ilusión saberlo o seguramente no os importe nada, la verdad, pero bueno.

A ver, para quienes no lo sepáis, yo soy un chaval de Venezuela y solía vivir («solía» porque ahora solo voy en vacaciones y, en este caso, durante el confinamiento) en las Islas Canarias en España.

Pues quise irme de las islas e para estudiar en Madrid y, en efecto, eso fue lo que hice porque se me dio la oportunidad (lo mejor que me ha pasado en muchísimo tiempo).

Dos meses después de haber llegado a Madrid, un amigo me dijo de salir a una discoteca muy famosa y concurrida (por personas del colectivo sobre todo) de Madrid, Cha Chá (por si os suena de algo). Yo sabía que esa discoteca la frecuentaba Manu porque lo veía en sus historias de Instagram, sin embargo no me hice muchas ilusiones de verle por ahí aquel día. Pero el destino juega sucio y aquel día pues el hombre acudió a la discoteca.

Si me preguntáis por mi reacción, pues sinceramente me quedé anonadado, no me lo podía creer, estaba viendo al amor platónico de mi preadolescencia y adolescencia. Aquella noche no paraba de pensar en él (sobre todo porque iba borracho) y siempre lo buscaba con la mirada; de hecho, creo que una que otra vez él también me miraba. No me quería hacer muchas ilusiones sobre si esas miradas eran intencionales porque en aquel momento el tenía novio (actualmente no lo sé).

No le quise pedir una foto porque, si me preguntáis, quería que esa noche el chaval se sintiera normal y tampoco quería que me viera como un fan o como otra persona que piensa que él es guapísimo.

Es cierto que pensé en hablarle para pedirle que me regalara un cigarro si llegaba a sacar alguno. El hombre nunca lo vi fumar en toda la noche; no sé si lo hizo cuando justo no lo estaba mirando. Aunque no os voy a negar que alguna que otra vez intentaba llamar si atención mirándole una que otra vez o bailando.

Al final de la noche, simplemente me quedé con la miel en los labios, nada raro en mi vida.

Y pues ésta es la historia de cómo conocí o, mejor dicho, vi a Manu Ríos en persona. No surgió la historia de amor que esperábamos chicxs, pero ya pasará con él o con alguna de las siete mil millones de personas en el mundo.










Lo volveré a ver, me quedan tres años por vivir, estudiar y salir de fiesta en Madrid ;)

Cómo Es [¿Cómo Sería? Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora