Cap. 7

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—¡Reacciona! ¡Reacciona! ¡Fernando Avizcac, Reacciona!

¿Qué hago?

Solo decir «encantado igualmente» ¡no seas idiota!

¿Fer, hijo, te pasa algo? —mi madre me saca del trance.

—Eh-eh, no jaja, pensaba en-en algo —me paro de mi silla para saludarle —encantado igualmente —agitamos nuestras manos en señal de saludo, él sigue sonriendo.

—Pues Manu, él trabajará con nosotros —le dice Raúl a Manu.

—Pues me complacerá trabajar contigo, Fer.

—I-igualmente, Manu.

—Y Manu ella es Cleo, la madre de Fer —le dice Raúl.

—Encantado —Manu se agacha y le da un beso en cada mejilla a mi mamá.

—Encantada igualmente —le dice con una cálida sonrisa.

—Emm... Manu mientras que yo termino con ellos, sí quieres te sientas por ahí, ¿vale?

—Vale, pues encantado de conoceros y espero trabajar contigo muy pronto Fer, adiós —y se va a no sé dónde.

Esto es increíble.

—Pues, entonces doña Cleo, sí quiere sientese un momento en la sala de estar, a leer el contrato y en un rato hacemos firmamos, ¿vale?

—Perfecto pues en un rato regresamos.

Después de ese rato ellos firmaron el contrato, Raúl me dio la bienvenida a la empresa y después me llamaría para decirme donde sería la primera sesión fotográfica y seguramente sería mañana viernes.

Ahora estoy en el coche con mi madre dirigiéndonos a casa, y aprovechando la ocasión, voy a hacerle una pregunta donde espero que la respuesta sea si.

—Mamá... —pngo mi cara sonriente de cuando pido permiso o un favor.

—Dime hijo —me dice mientras conduce.

—Ya que, ya sabes, ahora trabajo para una gran compañía, para una compañía cuyo dueño es una de las personas más ricas del mundo y tal... —frunce el seño.

—¿A qué quieres llegar Fernando? Ve al grano hazme el favor —dice con firmeza.

—¿Puedo salir mañana en la noche con mis amigos a celebrar mi nuevo empleo? —juntos mis manos en señal de suplica poniendo cara de perro regañado.

—Supongo que a beber, ¿verdad?

—A ver mamá, uno un viernes en la noche no sólo bebe, uno también baila, ríe, disfruta de la música, conoce a nuevas personas... ¿por qué todo tiene que basarse en alcohol?

—Mira cállate Fer, y si, tienes el permiso, y no creo que tú padre tenga problemas pero te quiero máximo a las dos de la madrugada en casa, y olvídate que te vas a quedar en casa de otra persona, o mejor dicho, no te vas a quedar en casa de Patrick.

—¡¡¡Gracias!!! —le dí una abrazo mientras conducía —. Y tranquila que sí quieres te quedas hasta las dos de la mañana y asegurarás que estaré aquí a esa hora. ¡Te amo!

En la cena, le dije a toda mi familia que voy a trabajar para la gran marca y se alegraron bastante, y mucho más cuando se enteraron del sueldo, y algo me decía que ahora todos mis gastos iban por mi cuenta.

En el grupo de mis amigos también se alegraron por ello, especialmente Patrick, además que les dije que mañana nos íbamos de copas, lo que era aún más emocionante.

Cómo Es [¿Cómo Sería? Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora