Cap. 14

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Me despierto y no, no siento a nadie a mi lado, lo cual me parece raro, porque siento que todo fue real, la pérdida de mi virginidad fue muy real como para que sólo haya sido un sueño... como el de Manu, por ejemplo.

Me levanto de la cama y...

—¡Mierda! —mi cadera duele —eso no fue un sueño, duele demasiado.

Voy al baño casi cojeando a ver si ahí tal vez está Patrick, me asomo y no, no está. Vuelvo a mi cama y me siento en ella para llamarle.

Suena...
Suena..
Suena...
Contesta...

—¿Fer?

—Si, hola —respondo nervioso.

—¿Qué tal bebé? ¿Cómo amaneces?

—Sin ti a mi lado, así amanecí.

—Si... Respecto a eso... Me fui por vergüenza.

—¿Vergüenza? ¿Con quién? ¿Conmigo?.

—¡¿Qué?! ¡No! No tendría vergüenza contigo, eres mi novio. Me da vergüenza con tu familia —solté la carcajada de mi vida —. ¡No te rías Fer, no es gracioso!

—Si, si que lo es.

—No dirás lo mismo cuando te toqué salir de tu habitación y verle la cara a tu familia por tus quisquillosos gemidos —abrí los ojos como platos.

—Shit...

—Si Fer, shit...

—Emm... ¿Me acompañas a la sesión de fotos de hoy?

—¿A Pull and Bear?

—En efecto.

—Vale, ¿a qué hora?

—Buscame a las tres.

—Vale bebé, te amo, nos vemos.

—Yo también te amo Patrick, un beso —cuelgo y me voy al baño para darme un ducha.

Cuando ya estoy vestido y arreglado, salgo y me encuentro a todos mirándome sentados en la mesa mientras desayunan.

—¿Buenos días? —estoy confundido.

—Hοla hijo, no les prestes atención a ellos, en seguida te traigo tu comida —me dice mi padre.

—Vale... —prosigo y me siento.

Mi padre me pone mi comida en la mesa y durante la comida hay un sildncio muy profundo en el comedor hasta que mi hermano suelta la lengua.

—¿Qué tal tu noche Fer? —otros tragamos con fuerza por inercia la comida que masticabamos gracias al comentario, mientras que otros soltaban sus cubiertos.

—Emm-emm... Pu-pues con Patr-ick, ¿qué-qué más iba a hacer?

—Pues... no lo sé... tantas cosas que puedes hacer con tu pareja...

Whatever...

—¿Como follar? Por ejemplo... —lo dije muy claro y sin pelos en la lengua.

Raúl no se esperaba esa respuesta, su intento de joderme falló y prosiguió a comerse su comida y yo imitandole con todos los ánimos.

—Emm... hijos e hija, saben perfectamente que ese vocabulario entre nosotros, vuestros padres, no lo deben de usar —dice mi madre.

—Pero mamá, no es coherente lo que dices porque al final sabes que diremos esas palabras donde sea y cuando sea, por lo que no tiene sentido que la digamos en vuestra precensia o no —replica Grecia a mi madre.

Cómo Es [¿Cómo Sería? Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora