Capitulo 9 (FELIZ NAVIDAD)

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Ya había pasado dos días de esa noche, en la que me sentí como una persona, y no como un objeto, llore desconsoladamente en sus hombros debía de admitir, pero se sentía tan bien soltar toda amargura, y al fin expresarla fuera de mi.

No me dijo nada solo me abrazo hasta que logre calmarme, deposito un beso en mi cabeza —Que descanses bello ángel— y cerro la puerta tras si.

¿Porque siempre se iba dejándome confundida?

Y aun que no quería, y no lo iba admitir en voz alta, comenzaba a florecer un extraño sentimiento dentro de mi.

  — Amy— me saco de mi ensoñación Arlet. La mire expectante.—Nos espera Erwin en el salón— asentí, y la seguí por el corredor.

Mi pelo aun goteaba, mojando mi camiseta. Hoy había sido un entrenamiento muy duro de boxeo.

  — Chicas— Hablo Erwin, llamando la atención de todas, cuando habíamos entrado, porque como siempre eramos las ultimas. —Hoy como es un día especial, y a los clientes les gusta la Navidad, hoy daremos doble Show—mire a todas, y cada una llevaba diferente expresiones en sus rostros, unos alegres, otros eran tristes, también habían melancólicos, y deje de mirar, mi propio rostro también me revelaba, otra Navidad sin mi familia.—Bailaran, las misma que el miércoles como bailarinas principales, excepto Muda, tu pelearas, y ese puesto lo cubrirá Sharon, y, Belen, Martina, Angelina, Sophia, Emma, Isabella, Olivia, Ava, Emily, Mia, Madison, Elizabeth—dijo leyendo una lista—ustedes serán las que irán atrás, ya saben, la ropa estará acá en un rato, con las chicas que le enseñaran la coreografía, esta vez sera baile de caño, no me fallen— advirtió, duramente—  Las demás servirán—termino de decir eso, y se marcho. Mire a Arlet, y se fue corriendo.

No podía verla asi. Y escribí una carta a Erwin en Español, quería que siguiera pensando que no hablaba ingles, pero no quería quedarme de brazos cruzados, y  para ser honestos Erwin tenia interprete.

Fui y se la entregue, dos minutos después Sharon llego avisando que Arlet no bailaría, sino que serviría.

Vino y me abrazo contenta.

***

  — Caballeros, pongan sus apuestas, aquí viene la inigualable, la increíble, la Muda— un estruendosos gritos, cayo a la música, salí dando pequeños saltos, para luego meterme dentro del ring, mirando a mi contrincante. Una mujer, mas alta que yo, y con una masa corporal mayor a la mía, y su mirada era de odio puro, y yo,  yo solo parecía un cachorro mojado.


Un grito ensordecedor de todos los expectante de la pelea, llenaron el ambiente, logrando que me mareara.

La mire a mi contrincante tirada en el suelo a los cincuenta segundo, un solo golpe, cayo en el suelo rendida, había sido un KO.

Me levantaron una mano como  una ganadora.

***

  — Hola— lo salude a Azael, ya mas tranquila. Habia sido una verdadera locura, las felicitaciones, y los aplausos eran todos míos, pero lo odiaba. Pero odiaba mas la felicidad de Erwin.

  — Hola— me saludo de vuelta sonriendo, me entrego una enorme caja roja, con cintas hermosas de color dorado— Feliz Navidad, y no acepto un no por respuesta, ve y cámbiate por este vestido, ese que traes puestos no es de tu estilo—  y vaya que tenia razón, tenia un vestido negro ceñido al cuerpo.

  — Gracias— le sonreí, y lo abrace, en forma de agradecimiento, y como estábamos a la entrada de mi habitación, entre rápidamente y abrí la caja con el sumo cuidado, no quería romperlo. 

Mi boca cayo, era tal como a mi me gustaba, un vestido al estilo de los años 60' de color negro. Tenia un escote en forma de corazón, ceñido al cuerpo hasta la cintura, y abajo era ancho, y largo hasta la mitad de la pantorrilla, me lo coloque a toda velocidad, quedándome con los tacos.

Lo amaba.

Salí.

  —  Era para vos definitivamente— me sonrio—  ahora si vamos.—

***

Mire su casa, y mi sonrisa se amplio, sonreía como una niña pequeña, pero no podía evitarlo, toda la casa gritaba NAVIDAD.

Las luces, el papa noel de luces con los renos en el patio, todo era hermoso.

  — Imagine que te gustaría festejar la navidad como es debido, asi que mande a decorar la casa esta mañana— admitió.  Lo mire, y no podía creer, que hiciera esta cosas por mi.

  — creo que nunca me alcanzara para agradecerte por todo esto, se que no sos mucho de festejar las fiestas, tu me lo dijiste, y que hicieras esto por mi, no tiene precio— corrí a sus brazos, que me recibió con un abrazo de oso.

Al entrar a la mansion, mis ojos brillaban de emoción, había un enorme árbol hermoso, y en el suelo llenos de regalos.

Me agarro de la cintura, y me llevo al comedor. La mesa también estaba hermosamente decorada, de tonos rojos y dorados.

Me corrió la silla para que pudiera tomar asiento, y eso hice. El se sentó en la cabecera, al lado mio.

Comenzamos a comer, y no iba a admitir que estaba muriendo de hambre, y todo estaba riquísimo, y lejos de ser una dama, comí como si no hubiera un mañana, entre risas y entretenidas conversaciones.

  — Brindemos— dijo cuando llegaron las doce, luego de haber comido de postre unas riquísimas bochas de helado.  Levante mi copa de champagne.— brindo por un futuro mejor, y agradezco haberte conocido, porque iluminaste mis días. Gracias por ser tal cual sos princesa—    me miro y sonrio, al igual que yo.

  — Yo brindo también por un futuro mejor, y por estar lejos de este lugar, aunque una pequeña cosa saco de buena, haberte conocido, y haberme hecho sentir tan especial, gracias, y nunca podre terminar de agradecerte, por todo. Salud—  levantamos las copas chocando,pero sin dejar de vernos. Algo cambio después de todas esas palabras, no se que fue, pero si estoy segura, que no lo iba a poder mirar como lo miraba antes, no iba a poder mirarlo, como al desgraciado que pensaba que era.

Se paro, y estiro su mano, invitándome a pararme, y sin ninguna duda tome, sus suaves y cálidas manos.

Agarro un control remoto, que había al lado del puesto donde el se encontraba sentado hacia unos instantes. Y puso play.

Comenzó a sonar una melodía tranquila.

  — Señorita Amy, ¿desea bailar conmigo?— hizo una pequeña reverencia sonriendo, y yo asentí tomando su mano, y también sonriendo amplia mente.

Nos movíamos al compás de la música, dejándonos llevar, dejando todo problema, disgustos atrás, solo eramos nosotros dos en todo el mundo, asi era como se sentía, mirando sus ojos, conectados.

Me sentía hipnotizada, hechizada por sus hermosos ojos color miel.

Me hizo girar, perdiendo todo contacto visual, y al regresar me apretó en sus brazos, y con un gesto me dijo que mirara hacia arriba. Y eso hice.

Era un muérdago.

Lo mire.

Y me beso.

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Feliz Navidad para todas/os pásenlo genial, este es un capitulo especial de navidad. Un beso enorme.

pd: no tomen mucho ;)

MUDA (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora