Capitulo 17

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AZAEL

—No puedo creer lo— me tome la cabeza, y llore. Las cosas se habían puesto cabeza arriba.

Dos días antes

—Oficial Walk—saludaron todos al verme entrar.
—Buenos días muchachos, tienen que preparase física y mentalmente, hoy tendremos mucho trabajo, solo les pido que tengan cuidado, no quiero ningún herido.
—Si señor— se escucho al unísono.
—Bien— saque el plano del edificio "R", así era como llamábamos a los edificios del Ruso.
Explique a cada uno detenidamente el plan, no podíamos fallar, yo ya había fallado demasiado, y había puesto en peligro a Amy, y si le pasaba algo, jamás me lo perdonaría.
—A mi cuenta— con los dedos conté hasta tres, y bajamos todos en sincronizan del coche, a la entrada nos dividimos en tres grupos, y sigilosamente entramos al lugar, habitaba el silencio, pues eran las cuatro de la mañana. El grupo dos, y tres sacaban a salvó y en silencio a las chicas.
Y nosotros, el grupo uno íbamos por los malos. Y eran la minoría.
O eso eran lo que habían dicho, porque al parecer estaban advertidos porque nos estaban esperando.
El fuego inicio, y nos escondimos donde pudimos, mire hacia mis compañeros, y todos me dieron señal que estaban bien.
Hice señal con la mano, a lo que acataron enseguida, unos atacarían de atrás, otros de costado.
Las balas iban y venían. Cayeron varios cuerpos inertes al suelo por no tener protección.
Y cuando cambiaba de cartucho, me atacaron por la espalda, haciendo que me desestabilizar y cayera en golpe seco, se tiró encima mío, y comenzó a darme golpes muestras yo intentaba esquivarlos, di un fuerte golpe en su mandíbula haciéndole retroceder unos cuantos pasos, dándome el tiempo necesario para reponerme y comenzar una pelea justa, porque ese tipo me sacaba como tres cabeza, mínimo.
La pelea era dura e intensa, cuando otra vez me tenía a mal traer en el suelo, tomó algo firme y me dio en el estómago, más hacia el lado de mis costillas, dejándome unos instantes sin aire. Y con ambas piernas lo tome del cuello, dejándole ahora el sin aire, hasta que se desmayo por estar sin este. Me levanté todo adolorido, pero debía intentar ocultar mi dolor, hasta que todas esas chicas estuvieran a salvo.
—Señor, ya tenemos a todos, excepto al jefe de aquí, escapó—.
—Maldita sea— gruñí, Sandor tomó mi arma que en la pelea había quedado tirada en el suelo, y me ayudaba a ir al coche, mientras que otros dos tomaban al que había desmayado, y lo arrastraban hasta el móvil que los llevaban a detención, para luego sacarles información.
—Lo logramos— exclamó Niclaus, uno de mis mejores hombres.—Las mujeres están bien, y van custodiadas por las dudas en el autobús, la llevaran al hospital para que las examinen, y luego se hará cargo el consulado, de cada país, para llevarlas a su hogar.
—Muy buen trabajo chicos—felicite, pero con una mueca que ellos enseguida advirtieron.
—¿Se encuentra bien Señor?— asentí.
Al ya estar todo solucionado, me llevaron a casa, y pude al fin ver la herida.
Me saque el chaleco, luego el chaleco antibalas, y la camiseta negra, y así como el color de mi camiseta estaba mi costado, de seguro tenía unas cuantas costillas fracturadas, pero nada que no se solucionará con el tiempo.
Me saque toda la ropa, y me di una refrescante ducha caliente, debía prepararme, iba a ver a Amy.
Al fin.
Ya hacían días que no la veía y su presencia me hacían mucha falta, incluso asustaba. Sentía que era parte de mi, y si me la quitaban era como quitar mi corazón, asi como cada latido la necesitaba.
Mi vida antes de ella era tan monótona que aburría, me acostaba con diferentes tías buenas, trabajo, y todo devuelta.
Cuando pedí este caso, al principio me lo negaron al ser Walk, si me pasaba algo, sería el fin para ellos, pero como dije ya estaba podrido de esa vida, y me ofrecí para ser yo el encubierto.
Lo aceptaron de mala gana, en especial el jefe, mi padre.
Y ahí estaba yo metido en esas casas horribles, en la que no era capaz de comprender cómo eran capaces las personas de hacerle algo tan horrible a esas pobres chicas, y lo peor aún, si había algo peor, era que pagaban por esas chicas.
Y yo tenía que hacer eso.

MUDA (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora