Capítulo 4

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– ¿Estás bien, Niall?
–Sí, sí estoy bien.
–Pero escuche unos gritos tuyos. ¿Seguro que estás bien? Por favor dime qué es lo que te pasa.
–No es nada. Tal vez te pareció oír mi voz. 
–Pero, por qué no quieres mirarme a los ojos. –dijo tomándolo de la barbilla para girar su rostro. – ¡Dios! ¿¡Qué te pasó en el ojo!?
–No, no es nada. No te preocupes, ya se pondrá mejor en unas horas. 
–No, no está bien. Está todo morado. Dime quién te hizo esto. Sé que esos fueron tus gritos.
–Es en serio. Solo tropecé y caí, y me quedé aquí hasta que me pase.
–Fue ese bravucón, ¿no es cierto? Te juro que cuando lo encuentre…
–No, por favor. No te manches las manos con ese. Te aseguro que…
–Pero, ¿y tu ojo qué? Esto no se puede quedar así. 
–Mi ojo se siente mejor solo con verte. Cuando te vi llegar, ya me sentí aliviado.
–Niall, que tierno eres. –dijo Katelyn suavemente acariciando la parte alrededor de su ojo herido. –Pero tenemos que ir a curarte. ¿En esta escuela hay alguna enfermera?
–No los primeros días, ya que las personas normales no se accidentan el primer día de clases. –bromeó.
–Espera, creo que tengo algo de maquillaje en mi bolso. –dijo Kate revisándolo. –Mira aquí está. Esto tal vez no alivie el dolor, pero hará que ya no se vea.
– ¿Tan mal me veo?
–No, pero no querrás caminar por toda la escuela con un ojo morado. –añadió entre risas.

Empezó a cubrir con un poco de maquillaje todo el alrededor de su ojo. En ese momento se encontraba muy cerca de él. Sus ojos eran realmente hermosos. No los había notado de esa manera y eso hizo que se sintiese algo rara. ¿Qué le pasaba? Era muy pronto para que sienta algo por Niall. Recién lo había conocido esa mañana. No, no podía tener una distracción tan rápido en su último año de secundaria. Tal vez estaba confundiendo las cosas porque él le agradaba mucho. Tantas cosas pasaban por su cabeza que olvidó por un segundo que le estaba maquillando el ojo.

–Ouch, no tan fuerte.
–Lo siento, no quise hacerte daño, es sólo que me distraje por un momento.
–Y ¿con qué te distraías? ¿Fue acaso con mis brillantes ojos azules?
–No, señor modesto, sólo pensaba. –respondió entre risas.
–Y ¿en qué pensabas?
–No lo sé. Es que tantas cosas han cambiado desde que me mudé aquí. Me siento rara. Me siento diferente.
–Sé que es duro adaptarse a una nueva ciudad. Yo hace cinco años que me mudé de Irlanda.
– ¿En serio? ¿Eres Irlandés? Es grandioso.
–Y créeme que a ti te ha ido muy bien, desde que llegué mis únicos amigos han sido Violette y Liam, y muchas personas me trataban muy mal. Tú sólo llevas 1 día en esta escuela y ya tienes amigos, amigas, y pretendientes, sobretodo. No creas que no note como Zayn y Louis coqueteaban contigo.
–Que, ¿estás celoso?
–No, para nada. ¿Por qué crees que estaría celoso?
–Jaja, bueno olvídalo. Vamos a la cafetería que Liam y Violette nos están esperando.
–Sí, vamos.

Llegaron a la cafetería. Todos los alumnos estaban en grupos separados en las mesas. Había de todo tipo: las porristas por un lado; el grupo de los populares, donde estaban también Zayn, Louis y Allison; los sabe-lo-todo por otro lado, y Violette y Liam estaban sentados a un lado, y se les veía algo preocupados. En cuanto los vieron se pusieron de pie rápidamente. 

– ¡Hasta que vinieron! Estábamos preocupados, ¿dónde estaban?
–Cuando estaba yendo al baño me encontré con Niall, y lo peor es que estaba con el ojo todo morado porque…
–Porque tropecé y caí. Eso es todo.
–Ehm… sí, claro y luego me quedé a ayudarle con su ojo que estaba golpeado, sólo le eché algo de maquillaje para que no se note tanto.
– ¿Te caíste? ¿Cómo? ¿Te hiciste daño? –dijo Violette preocupada.
–No, sólo un raspón. Pasará pronto.
–Bueno, lo que importa es que todos están bien. Ahora coman algo que el almuerzo está por terminar y tenemos clase de Álgebra luego. –continuó Violette.
–Con todo lo que pasó ya ni se me antoja mi sándwich, ¿tú lo quieres, Niall?
–Por supuesto, jamás le digo que no a la comida, mucho menos cuando no he comido nada. –dijo tomándolo rápidamente.
– ¿Qué paso con tu almuerzo? –dijo Liam. 
–No lo sé, creo que lo perdí al caer, pero bueno, lo que importa es que estoy comiendo gracias a Katelyn.
–No hay de que Niall.

Justo cuando terminaron de comer, sonó la campana. Siguieron un par de clases más y sonó la campana de salida. Había sido un largo día en la escuela. Pero aún seguía una duda en la cabeza de Katelyn. ¿Por qué ese chico agrede a Niall? En ese momento ni siquiera recordaba el nombre de ese patán. Pero sólo sabía que si en algún momento se lo cruzaba por el frente, haría algo de inmediato. A pesar que estaban en el mismo salón de cases, no se habían cruzado hasta el momento. 

En fin, llegó a casa, y como siempre, sus padres no estaban. Nicho estaba en su cuarto tomando una siesta y Clary estaba en su habitación estudiando. La universidad debía ser muy duro para ella estando en un nuevo continente, pero ella es muy madura, se sabrá adaptar.

Perdida en su mirada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora