–El mar está increíble. Es hermoso.
–Estar acá me relaja mucho. Es calmado y relajante.
– ¿Qué dices si entramos al agua?
– ¿Qué? Ja-ja. Muy graciosa. Ni siquiera traemos trajes de baño.
–Lo sé, pero puedes remangar tus jeans y quitarte los zapatos. Solo para que nuestros pies entren. Por mí no habrá problema porque traigo los shorts y puedo quitarme las zapatillas. ¿Sí? –insistió, poniendo cara de perrito triste y con voz de niña pequeña.
–No es mala idea, pero aún hay un problema.
–Y, ¿cuál es el problema?
–El problema es que… es que…
–Es que…
–Me da vergüenza decirlo.
–Vamos Zayn, confía en mí. Prometo no reírme.
–El problema es que… me da miedo entrar ahí.
– ¿En serio? ¿Por qué?
–Siempre me dio mucho miedo nadar. No me gustan las piscinas ni las playas, solo vengo a observarla y relajarme.
–Pero no vamos a nadar, sólo meteremos los pies un rato.
– ¿Pero y si el mar nos lleva?
–No te preocupes, eso no pasará. Además estás conmigo, no temas. –dijo Katelyn, tomando su mano. –Ven, vamos.
–De acuerdo, confío en ti. –dijo cerrando los ojos.
–Bien, camina… camina… sigue caminando… –le dijo llevándolo de la mano.
– ¿Ya llegamos? –dijo aun con los ojos cerrados.
–No aún no. Sigue… así… camina… un poco más… ¡Ya! Llegamos, ¿no es grandioso?
–No puede ser, voy a morir, voy a morir, voy a morir.
–Jaja, no exageres. Es sólo agua. Mira, ya estás sobre ella. No pasa nada. –agregó besando su mejilla. –Ahora abre los ojos.
Zayn abrió los ojos lentamente, y uno por uno. –Wow, ¡no puedo creer que lo logré! ¡Vencí mi miedo! Muchas gracias. –dijo contento, dándole un abrazo a Katelyn.
– ¿Lo ves? No estuvo tan mal.
–No, no estuvo mal. Me encantó. Se siente muy bien.
Pasaron minutos, los cuales se convirtieron en unas horas. Estaban ambos recostados en la arena, después de haber corrido y jugado en la playa. Querían ver la puesta de sol, y ya estaba por ocultarse. Eran casi las 6:30pm.
– ¿Quieres ir a comer algo, Kate?
–Sí, me encantaría. ¿A dónde iremos?
–Hay un parque de diversiones cerca de aquí. Podemos ir, siempre hay dulces y comida deliciosa por allá.
–Suena divertido. ¡Vamos!
Zayn tomó su mano y se dirigieron hacia el auto. Hizo el mismo gesto de abrirle la puerta para que entrase. Era muy caballeroso. Llegaron al parque de diversiones; era un lugar con muchas luces, niños, adultos, ancianos, chicos y chicas. Había todo tipo de personas felices de todas las edades. Parecía una feria o un circo.
– ¿Qué te parece si subimos a esa montaña rusa antes de ir a comer algo?
–No, no lo creo. ¡Ni en sueños! Les tengo miedo.
– ¿Pero por qué no pierdes el miedo? Sólo cierra los ojos y disfruta la montaña rusa, que es vida.
–Tienes razón. Pero aun así me da mucho miedo, ¿y si se cae?
–Jajaja, ternura, eso no pasará. Estás conmigo. Tú me hiciste perder el miedo a entrar al océano. Ahora, yo te haré perder el miedo a las alturas. Confía en mí. ¿Te atreves? –dijo tomándola de las manos.
–Bueno. Si estoy contigo, sí.
Se dirigieron hacia esa gran montaña rusa que le asustaba tanto. Estaban haciendo la fila, y sus manos comenzaron a sudar. El miedo recorría por sus venas.
–Tranquila. No te pasará nada, estás conmigo. –dijo, finalizando la oración besando la frente de Katelyn. Ella sonrió, y siguieron avanzando en la fila. Llegaron a la entrada y subieron al ‘aterrador juego mecánico’. Ya estaban sentados y Katelyn aún tenía mucho miedo. Cuando la montaña rusa comenzó a avanzar, Zayn la tomó de la mano y le dijo –Llegó el momento.
Estaba más calmada cuando comenzó, hasta que llegaron a la parte más alta y lentamente se iban deteniendo. Recordó esa bonita frase que Zayn le había dicho, cerró los ojos y apretó su mano.
–Disfruta la montaña rusa que es vida, disfruta la montaña rusa que es vida, disfruta la montaña rusa que es vida. –repetía Katelyn rápidamente mientras se balanceaba hacia adelante y atrás.
–Jajaja, ya tranquila.
–Voy a morir, voy a morir, voy a morir. –continuó de la misma manera.
Hasta que comenzó a bajar rápidamente, y con mucha fuerza. Katelyn se sintió asustada al principio, pero después sintió una gran sensación. Una sensación del viento en su cabello, unas cosquillas en su estómago, el sonido de los latidos de su corazón y las ganas de gritar junto a la velocidad a la que iba. Ambos se soltaron para alzar sus brazos, y gritar con todas sus fuerzas. Fue algo muy divertido. Terminó el viaje, y bajaron junto a las otras personas que también habían subido.
– ¡Wow, fue muy divertido! ¿Qué te pareció Kate?
– ¡Tierra! Oh, Dios, ¡estoy viva!
–Jajaja, lo mismo dije yo cuando entré al mar. ¿Ves que la montaña rusa no estuvo tan mal?
–Sí, no estuvo tan mal. Es más, ahora ya no me dan miedo las montañas rusas. Ahora me gustan. Y todo gracias a ti. Te lo agradezco, Zayn.
–No hay que agradecer, tú fuiste la que me ayudó primera, y ahora sólo me falta aprender a nadar.
–Bueno, si quieres yo te podría enseñar en el verano.
–Me parece perfecto. Bueno, ahora que ya subimos a la aventura, ¿quieres ir por unos hot-dogs?
–Sí, me encantaría.
Compraron los hot-dogs, y se fueron a sentar a una de las bancas del lugar.
Estaban comiendo, y a la vez conversaban sobre ellos mismos, sus gustos, etc.
–Y bien, ¿quieres ir por unas sodas?
–Dale, vamos.
–Espera, Kate, creo que te has manchado con un poco de salsa en tu boca. –dijo riendo.
–Oh, por Dios, qué vergüenza. –dijo Katelyn limpiándose con una servilleta. – ¿Ya está mejor?
–Espera, creo que te faltó una parte.
– ¿En dónde?
–Aquí. –respondió Zayn besándola inesperadamente.
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Perdida en su mirada.
Roman d'amourConocer a personas nuevas es algo lindo, pero eso no pasó cuando Katelyn conoció a Harry Styles, quien podría ser su peor enemigo. ¿Quién es él? No lo sabe, pero hay algo en su mirada que la mantiene intranquila por mucho tiempo.