CAPÍTULO 6

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Nope, no era Raphael. Ni los Vigilantes, ni Leslie, ni Charlotte, ni mi madre. No. Era algo mucho más...¿Interesante? Al menos, misterioso.

-Mieeeeerda-había dicho Gideon, con cierto aire cansado, mientras se dejaba resbalar del sofá al suelo.

-No abras-dije flojito. Pero él me miró como disculpándose y me pasó mis pantalones, avanzando hasta donde su camisa estaba tirada en un par de zancadas, acercándose a la puerta mientras se la terminaba de abrochar.

-Que raro, no hay nadie.

Solté un gemido mientras me ataba el pantalón y le seguía. Que bien. Encima.

-Espera...-Dijo, y me empujó un poco hacia atrás, como cubriéndome con su cuerpo. ¿Qué estaba pasando?

Gideon abrió la puerta, se agachó y agarró un sobre marrón, con uno de los lados casi cubierto completamente de sellos. ¿Qué demonios...? ¿Quién...? Gideon dio un par de pasos afuera, pese a estar descalzo, buscando al que lo había dejado.

-Gideon, ¿qué...?

Me había pasado el sobre como única explicación. Y claro, cuando el destinatario es "diamante" y no hay ninguna de esas estúpidas limusinas a la vista, lo más probable es que el contenido no sea nada bueno.

-Por qué-dijo Gideon enterrando las manos en la cabeza ante el sobre, aún cerrado, la cara cubierta de sellos hacia arriba.-Por qué demonios nos puede dejar tranquilos algo más de tiempo...

Agarré el sobre y lo rasgué, aunque Gideon alargó la mano intentando impedirlo.

-¡No! Espera, a lo mejor...

-¿A lo mejor qué?-Pregunté dejando caer el contenido sobre la mesa, entre ambos. Una pequeña libretita de cuero, con aspecto de antigua, y varios sobres y papeles amarillentos cayeron entre nosotros. No, por Dios, más profecías extrañas rimadas con la nariz no.

-A lo mejor había algo escrito en el sobre...

Claro, y tendríamos que haber usado guantes para evitar que nuestras huellas dactilares se marcarán en el papel, puestos a ponerse finos. Pero ya era tarde, así que agarré el primer papel del montón, escrito con esa letra que tan bien conocía de las pizarras del colegio.

Como os gusta ocultarles cosas a los Vigilantes, os lo enviaré directamente. Aunque no creo que os sea de mucha ayuda ocultarme lo que ya sé.
En fin, mis queridos muchachos. Un juego no es tan divertido si no todos los participantes conocen las reglas. Por favor, servíos del contenido del sobre para ponerla al día, luego comenzará la caza.
P.D: Un pequeño recordatorio: el gato siempre acaba con el ratón.

-Pues tendremos que ser el gato-dijo Gideon, la determinación fría en su rostro.

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-¡Mi madre me va a matar!-Dijo Leslie al entrar en el vestíbulo, con voz lastimera.-O dará a Bertie a la perrera.

-Será por culpa de sus pedos. Son realmente asquerosos-dijo Xemerius entrando en la habitación sobre la cabeza de Raphael. -¿Qué me he perdido? Estaba volviendo de tu casa cuando me he encontrado a esta pareja volviendo preocupados, pero si es algo secreto, han sido capaces de guardarlo muy bien.

-Venga, es una noche, le puedes decir que ha habido un accidente en la estación de metro y que ya es muy tarde para coger un autobús.-dije abrazando a mi amiga-Y si se la ocurre echar a Bertie, este estará de vuelta en la puerta de tu casa meneando la cola y tirándose pedos en menos de una hora.

Leslie se rió y se recogió el pelo.

-Bueno, ¿dónde están esos documentos necesitados de la mano de un experto?

Gideon levantó una ceja, aunque su rostro seguía siendo indescifrable.

-A ver, ¿que está pasando?-soltó Xemerius con tono cansino.

-Voy al baño un segundo, al final del pasillo a la izquierda, ¿no?

Gideon asintió, y le hice un gesto a Xemerius para que me siguiera.

-Oh, vamos, todos saben ya que ves fantasmas...Y daimones, claro.

Igualmente, no era el momento más propicio para ponerse a volver a explicar con detalla cómo era ese asunto. Se lo expliqué todo mientras me lavaba la cara: la nuevo libreta llena de profecías con menos sentido que las anteriores, las cartas dirigidas al conde a las que no encontrábamos sentido ni orden, las tres páginas arrancadas de los Fragmentos de los Anales, y el acertijo del final, que ya me sabía de memoria y que era sorprendentemente corto: PUM. ¿Qué diablos?

-...siglas no son, lo siento. Ya no sé si se piensa aliar con el IRA o con yihadistas para hacer estallar una bomba o si prefiere disparar, aunque bueno, los disparos no le han sido muy efectivos antes...

Leslie estaba explicando sus deducciones en voz alta cuando entré en el salón con una jarra de café y una fuente de galletas que habìa cogido de la cocina.

-Ya he comprobado que no están caducadas, podéis comer tranquilamente.

Gideon pareció contener la risa, y agarró una de las galletas.

-Espero que no las hayas acabado, son mi desayuno.

Puse los ojos en blanco y sonreí, sentándome a su lado, bastante cerca.

-...Así que el acertijo...mejor lo dejamos para más tarde. Creo que sacaremos más en claro de las profecías, si somos capaces de descifrarlas. De todos modos, nada nos indica que no se haya quedado algunas, que nos haya dado el manual de instrucciones no significa que sepamos jugar. Siempre se puede marcar un Gwenny jugando al Monopoly, que se inventa más reglas que... Por cierto, Gwenny, Monopoly no sé, pero si habéis jugado strip poker, the chaqueta está ahí tirada.

Me sonrojé. Furiosamente. Creí incluso ver las mejillas de Gideon tornarse un poco más rosadas que de costumbre por el rabillo del ojo, aunque no estaba mirando. Mi amiga-mi traicionera amiga-me dio un codazo.

-Será ha sonrojado.-susurró.-No tanto como tú, por supuesto. Qué monos. ¿Hasta donde...?-Le pegué yo a ella un codazo.-Oh, cierto, profecías raras. Ejem. Veamos, el Cuervo eres tú, te enfrentas a la muerte, blah blah, el Diamante tiene que ver blah blah. Este capítulo casi que queda cerrado. Ahora es cuando se pone interesante, creo. Al Zafiro y a la Turmalina, es decir, tus padres, les pasa algo, bueno, parece. ¿Brillo​ feliz de la piedra azulada? Suena a que es bueno. Lo del medio ya no lo entiendo. Ahora salís vosotros de nuevo. ¿Algo de reiniciar y de un fénix? El fénix no representa ninguno de los otros viajeros, ¿no, Gideon?

Gideon negó con la cabeza, dando golpecitos rítmicos en la mesa con el boli.

-La verdad es que si yo llego a ser uno de los otros viajeros me ofendería mucho. No salen nunca en las profecías, es sólo el conde, vosotros y Lucy y Paul, y ellos sólo por ser tus padres...

Gideon lanzó una sonrisa torcida y se metió una galleta entera en la boca.

-Uf. Si aparecer fuera como la lotería... Pero es bastante peor. ¿Me pasas las cartas, por favor? Quiero ver si están tan elegidas al azar como parece a primera vista.

Condenado conde. Siempre se las arreglaba para arruinarnos el día y quitarnos el sueño. Xemerius tenía la teoría de que era un dios de las pesadillas reencarnado que, por alguna razón(¿ser una pareja de ensueño? Al menos eso decía él) la tenía tomada con nosotros. Y no podía sino darle al menos un poquito de razón al bicho.

DIAMANTE (remastered)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora