Cuando me desperté, no fue nada agradable.
-Gwenny, estoy sufriendo por tu cuello. Va a necesitar de un buen fisioterapeuta si quieres andar recta alguna vez en los próximos veinte años.
-Menos mal que el novio es futuro médico. Bleh.
Xemerius se estaba lamiendo las patas. No estaba segura de si era para mandarme el mensaje subliminal de "comprobado un gato" con el que no me dejaba tranquila, o si porque, bueno... Tenía parte de gato.
Sin embargo, un poco de razón sí que tenían Leslie y el daimon. Al tratar de moverme y levantar la cara del pecho de Gideon por poco me da un calambre. Me agarré el cuello soltando un quejido. Auch.
-¿Estás bien?-preguntó Gideon medio abriendo un ojo. Estaba medio tirado medio sentado en el sofá, ambos entre hechos una bolita alrededor de las manta y enrollados en ella, totalmente vestidos con la ropa de ayer. Comprobé rápidamente que no había babeado en sueños, estando en la posición que estábamos hubiera sido sumamente embarazoso, y no habría sido capaz de mirar a Gideon a la cara jamás.
Asentí con la cabeza.
-Bueno, ya hemos perdido la primera hora de clase, así que nos van a matar en casa, en el colegio, y a vosotros también en la Logia.
-Menos mal que sois inmortales, entonces-graznó Xemerius.
Leslie tenía pinta de estar muy dormida, y muy de mal humor.
-Espero que haya café sin caducar, Gideon, antes de tomármelo soy una auténtica bruja.
-Menos el armario sobre el fregadero hay cápsulas, la cafetera está enfrente, junto a la nevera.
-Gracias-contestó ella, aunque no sonaba muy agradecida. Y llevaba...¿una camiseta de Raphael?
Rodé fuera del regazo de Gideon, arrastrando parte de la manta, y me hice bolita en el otro lado del sofá, soñolienta. Gideon se puso de pie y se estiró. ¿Cómo podía verse tan guapo, incluso después de apenas haber dormido, y sentado en un sofá con alguien hecho un gurruño encima? Yo no necesitaba verme para saber que tendría un par de legañas, un par de arrugas de su camisa marcadas en la cara, el pelo hecho un desastre y ojeras. Y ahí estaba él, con el pelo elegantemente revuelto y una ligera sombra en la mandíbula, y por o demás, como un modelo de...no pijamas, porque seguía en vaqueros, pero bueno. Metía la cabeza bajo la manta.
-Dios mío, Raphael tenía razón. ¿No existen las bajas escolares por intento de asesinato?
Gideon we rió un poco, y noté que el sofá se hundía a mi lado.
-Espero lo bueno de estar en la universidad, aunque no me hace mucha gracia perder el año... ¿Donde está tu cabeza?-preguntó divertido cuando, al levantar una esquina de la manta, encontró mi pie. !E reí y sacudí el pie ara que me soltara el tobillo.
-Toc toc. Voy a hacer café, ¿alguien quiere?-Dijo Raphael después de dar dos golpecitos en el marco de la puerta del salón.-Oye, ¿y Gwendolyn?
-¿Me puedes hacer dos?-dije sacando la cabeza. Raphael se rió suavemente. También él estaba adorable recién salido de la cama, seguro que en cuanto a Leslie le hiciera efecto el café y dejara de ser un clon de tía Glenda, empezaría a babear-negándolo todo, por supuesto.
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El colegio fue muy aburrido, para variar. Lo único interesante fue la bronca que nos echaron por llegar tarde en secretaría, y la llegada de la sustituta de Me Whitam. Que fuera una mujer me dejó más tranquila, ese error un disfraz que el conde nunca elegiría, no por propia voluntad. Visto lo visto, posiblemente ni obligado entre los espada y la pared. O tal vez si había riesgo de muerte no, teniendo en cuenta su desmesurado miedo a morir. Lo que me llevaba a mi hipótesis de la noche pasado, que, aunque tenía más sentido a la una de la madrugada, tampoco parecía tan desbaratada a la luz del día. Se la conté a Leslie en el recreo mientras Raphael iba a jugar al fútbol para despejarse(¿de los encantos de Leslie? ¿O e lo pesada que era nuestra situación?), cuando logré que dejara de interrogarme sobre I chaqueta en el suelo y lo de dormir abrazaditos. Mi cuello seguía doliendo, por cierto.
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DIAMANTE (remastered)
FanfictionGideon me miró, serio, como asustado de mi reacción. Y luego habló. -Gwenny, el conde se ha escapado. Y eso sólo destruyó un pelín las reformas que estaban teniendo lugar en mi interior desde la semana pasada. Claro, entrar en una secta de pseudocie...