Al final, a eso de la una nos rendimos y nos fuimos a dormir. Leslie llevaba un par de horas bostezando a cada rato, y Raphael ya no estaba ni haciendo bromas, sólo mirando las mismas tres páginas de los Anales una y otra vez. Tenían fecha de 1780, de 1931 y de 2001, y ninguno de los años tenía ni acontecimientos especialmente importantes, ni nada importante para nosotros. Tenía tan poco sentido... Las cartas, sin embargo, tenían aún menos sentido. Eran todas de años diferentes, ninguna de ellas coincidía con la fecha de los Anales, y eran...ridículas. Por favor, teníamos la factura de la luz(sin pagar aún) de mi profesor de inglés e historia. ¿Qué datos nos proporcionaba eso? ¿Que debía de tener la casa como un maldito faro, gastando más electricidad para él sólo de lo que gastábamos en mi casa?
-Mañana tenemos que ir a clase, ¿no?
Asentí hacia Raphael.
-Maldito. Los planes de asesinato se deben hacer en vacaciones, si no, el pobre futuro asesinado no tiene energía para darle interés.
-Menos mal que yo no tengo que ir a clase, entonces-comentó Gideon.-Trataré de averiguar algo más de todo esto mañana por la mañana. No salgáis del colegio hasta la hora de salir, y después, id a casa de alguien, mejor que no corramos riesgos innecesarios.
Todos asentimos, y yo me arrebujé en la manta que compartíamos Leslie y yo.
-Puedes dormir en mi cama, Leslie-dijo Raphael, muy cortado. Aunque estaba agotada y apenas podía abrir los ojos, se me escapó una sonrisa.–Yo dormiré en la cama de invitados.
La verdad es que el piso de Gideon era bastante grande, tenía tres habitaciones, dos baños, la cocina, la entrada y el salón, como mínimo, aunque tampoco había tenido tiempo de dar muchas vueltas.
Leslie asintió, y siguió a Raphael al pasillo.
-Buenas noches, chicos. No penséis demasiado en el asunto.
-Está bien. Buenas noches, Raph. Buenas noches, Leslie.
Mi amiga debía de estar completamente agotada para no decir nada, ni un comentario ni una broma. Sólo me dio un beso en la mejilla y salió de la habitación.
Fuera sólo había silencio, ni siquiera las luces de los coches pasaban por fuera de la calle. Incluso Xemerius roncaba suavemente en lo alto del piano, enroscado como un gato.
Gideon se sentó a mi lado, levantó un poco la manta y se arrebujó a mi lado. Yo me acomodé mejor para apoyar la cabeza en su pecho, y cerré los ojos.
-Estoy asustado-dijo entonces, susurrando, acariciándome la parte trasera del cuello con la yema de los dedos, muy suavemente.-Nunca me he sentido así, pero... Creo que es que ahora tengo mucho más que perder de lo que he tenido nunca. Tal vez lo que siempre se dice de tener conexiones es malo.
Le di un beso suave en el pecho, lo único que quedaba a mi alcance.
-Bueno. No es por ponerme filosófica tan tarde, pero ¿no es mejor tener algo por lo que ganar que no tener nada que perder?
Gideon se quedó pensativo un poco, sin dejar de juguetear con mi pelo en la nuca.
-Bueno. Siempre que se tiene una posibilidad de ganar, sí. Pero esto es una locura, ¿no crees que se está pasando? Por mucho miedo que se tenga a la muerte, no sólo nos manda notas misteriosas que obviamente ha pensado y repensado miles de veces, esto es un plan muy cuidadoso. Fundó la logia sólo para obtener la sangre de ls demás viajeros, y para poder controlarnos. ha estado tejiendo una red de mentiras increíble, ¿sólo por no morir?
-Parece que sí.-dije acurrucándome un poco más. El reloj de la televisión marcaba la una y media. Cerré los ojos y me hice un poco más bolita, disfrutando del calor de su cuerpo y de la manta, y cerré los ojos, demasiado cansada para seguir hablando. Justo entonces se me ocurrió una idea.–O no.
–¿Que quieres de...?–le hice callarse con un gesto, mientras lo que pensaba empezaba a tener sentido.
-Claro. la clave es que no lo hace sólo por recuperar su inmortalidad. Si sólo fuera eso–dije, hablando bajo para no despertar a Leslie y Raphael, pero ya mucho menos amodorrada–, si sólo fuera eso y le fuera tan mal... No sé, si yo fuera él, por mucho interés que tuviera en ver el futuro, simplemente me iría al pasado de vuelta, una y otra vez, cada vez que me hiciera mortal. En las profecías está bastante claro que él sólo es inmortal DESDE EL MOMENTO QUE YO NAZCO, por lo que si viaja al pasado, debe ser inmortal otra vez, ¿no?
Gideon asintió, mientras mi idea tomaba aún más forma.
–Sí, sólo alguien loco se arriesgaría tanto por vivir el futuro pudiendo vivir para siempre en el pasado. Aunque eso no me dice nada, y puede que esté realmente tan loco como para hacerlo. Al fin y al cabo, lleva las de ganar, lleva planeando esto desde hace tres siglos.
–Pero–continué, incorporándome un poco.–¿y si hay más en juego? Si la recompensa es mayor, una persona tan ambiciosa como él no dudaría en hacer todo esto.
Cuanto más lo pensaba, más sentido tenía. Algunos trozos de las nuevas profecías se referían a tesoro, a riqueza, a deseo, aunque las habíamos tratado como si fueran mi muerte–era tan escalofriante tratarlo así–, pero no tenían por qué.
–Debe haber alguna frase que lo deje todo más claro, como antes, lo de la inmortalidad se veía bastante bien una vez que sabías lo que estabas buscando...–Gideon me agarró de la cintura antes de que me diera tiempo de levantarme.
–Gwenny, es tarde y mañana tienes que ir a clase. Aunque tengo café, no creo que tenga tanto como para resucitarte si no te duermes pronto.
Suspiré, tenía razón.
–Está bien. Pero...
–Sí, lo que dices tiene sentido, pero las ideas tiene que madurar.
Estaba tan agotada que no controlaba bien mis acciones o mis palabras. O al menos eso quiero pensar, ya que dejé que me acunara como a un bebé mientras soltaba estupidez tras estupidez.
-Mi profesora de infantil decía eso. Pero yo nunca le hacía caso, siempre quería ponerme a escribir o a dibujar o a pintar o a lo que fuera enseguida. También cuando me mudé a Londres y entré en Primaria. Charlotte siempre lo hacía todo perfecto porque esperaba, yo siempre me lanzaba a la piscina antes de ver si había agua.
Gideon me dio un beso en la cabeza, suspirando, pero yo seguí parloteando en susurros.
–No la odio, es sólo que me pone muy nerviosa. Es demasiado perfecta, todo el mundo la adora... Y luego estoy yo.
–Gwenny, te amo a ti, no a ella. Si eso es que estoy ciego, o que soy raro, me parece genial.
Se me escapó una risita y un bostezo.
–Buenas noches, Gideon.
–Buenas noches, Gwendolyn.
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DIAMANTE (remastered)
FanfictionGideon me miró, serio, como asustado de mi reacción. Y luego habló. -Gwenny, el conde se ha escapado. Y eso sólo destruyó un pelín las reformas que estaban teniendo lugar en mi interior desde la semana pasada. Claro, entrar en una secta de pseudocie...