Harry Potter © One Shots.

¨11¨La insufrible profesora Trelawney.

Este one-shot es basado durante el espacio-tiempo de Harry Potter y el prisionero de Azkaban. Es inspirado en una de las escenas, un poco alterada.

***

El cielo estaba un poco pálido y opaco, o por lo menos, eso se veía desde las ventanas de la clase de Adivinación de Sybill Trelawney. Hace unos quince minutos, había comenzado una nueva clase con el grupo de alumnos de tercer año-grupo de alumnos en donde se encontraba Harry Potter-, tal vez por eso ella sentía una extraña aura, y una extraña presencia enérgica desde que el muchacho llegó al aula para su clase de Adivinación.

Ella sabía algo de ese chico que los demás no sabían, era algo que presentía, pero que no lograba concretar con extremada simpleza. Ahora mismo, la clase, y Harry sentado al lado de sus dos inquebrantables amigos, la señorita Granger y el señor Weasley, intentaban adivinar la profecía que escondían las tazas con un pequeño fragmento de infusión.

Sin pensárselo dos veces, la profesora se acercó a Harry Potter a grandes zancadas, pero con una expresión de incertidumbre.

—Tú—le dijo una vez se había acercado a su mesa, forrada de manteles y almohadillas—. Déjame observar tu taza, quiero ver tu progreso muchacho.

Harry le dio una furtiva mirada a el señor Ron Weasley que tenía un libro en las manos, y la profesora Trelawney miró muy bien como la señorita Granger la observaba con dureza y precisión. Extendió sus manos y sostuvo la taza de Harry en sus manos.

Segundos después, Sybill soltó un grito ahogado y dejó caer la taza al suelo esperando que esta se desparramará de no ser por los increíbles reflejos del señor Finnigan sentado en la mesa próxima a la de Harry. La profesora Trelawney habría jurado por las miles de constelaciones de estrellas que vio una oscura deidad reflejada en la taza de Harry. Sin más preámbulo, acercó su a cara a la del muchacho y le dijo con gesto preocupado:

—Es el Grim—le susurró la profesora Trelawney con angustia, y Harry transformó su cara en un gesto de confusión y escepticismo.

—¿El Grim?—interrogó Harry a su amiga Hermione Granger. La profesora Trelawney vio como la cara de Ron Weasley cambiaba a una completamente asustadiza y se hinchó de orgullo.

—El Grim es un presagio de muerte, Harry, que tiene fama de provocar el fallecimiento de la persona que se encuentra con él. Se rumorea que es la forma de un animago, es una deidad muy aterradora—habló la señorita Granger con un gesto suspicaz.

Toda la clase volteó hacia la mesa de Harry y sus dos amigos, sorprendidos y con gestos de escepticismo, pero algunos de terror.

—He oído historias de él, muy tenebrosas—Ron se estremeció, y la profesora Trelawney asintió con la cabeza muy exageradamente. En la taza de Harry, se podía ver una especie de forma contorneada, con una cabeza y patas difusas, pero comprensibles. Sin embargo, la señorita Granger empezó a dudar.

—Son tonterías, Harry—le susurró a su amigo, pero la profesora pudo escucharla y puso un gesto de molestia—. Esa figura está ilegible, muy bien puede ser otra criatura con cuatro patas, profesora.

Harry pareció haber tomado en cuenta la opinión de su amiga, pero en su gesto, se denotaban pizcas de curiosidad e incomprensión—. No lo entiendo, profesora—dijo, reacio—. ¿Qué significaría el Grim?

La profesora Trelawney fingió tener un ceño de completa seriedad, y empezó a pasearse por la clase, se puso ambos brazos entrelazados detrás de la espalda y empezó a dar pasos de soldado, poco después comenzó a divagar:

—Mi querido muchacho, mi querido Potter—y lo miró, aún caminando—. Tú... Tú corres un gran peligro mi adorado, mis ancestros y las estrellas me lo dicen... Sí, sí, divinamente. La muerte está muy pero muy cerca de ti, puedo verlo en esa taza. Sí, sí.

Harry compartió gestos de incredulidad con sus dos amigos, y justo cuando la profesora Trelawney se preparó para decir lo demás, las falsedades y la farsa parecieron abandonar su cuerpo y una oleada de aire frío le pasó por la espalda, algo que la estremeció y paralizó por completo. Se detuvo en seco de su caminata, pero los demás no le prestaron atención. Lo que había dicho anteriormente si que lo había inventado ella misma para ganarse un poco de júbilo por parte de sus estudiantes, pero esto... «El chico nació en invierno, una parte de él está nacida a finales de diciembre...», era una voz.

Una voz que le dijo eso a la profesora Trelawney desde su mente, no era parte de su imaginación. Por un momento, volvió a la realidad y miró al muchacho Potter con un exagerado ceño, tan exagerado, que la clase dejó lo que estaba haciendo por un momento para ver lo que la profesora Trelawney tenía para decirle a Harry.

—Tú muchacho, debo deducir, concorde con mi prodigioso don—se regodeaba la profesora, pero algo le decía que era importante, que Harry Potter había nacido en diciembre, por lo menos, técnicamente o algo así—. Mis ancestros me dicen—y dijo 'ancestros' para aprovechar la oportunidad de darles crédito aunque no lo tuviesen—, que tu muchacho, naciste en invierno, época nórdica y de oscuro frío, también me parece...

—Disculpe profesora, yo nací en julio.

Hermione Granger soltó una risotada, mofándose de la equivocación de la profesora Trelawney. Varios alumnos también se rieron, solo fueron Lavender Brown y Parvati Patil las que permanecieron serias y murmuraron que cualquiera podría equivocarse. Pero algo le decía a la profesora que no se había equivocado, algo pasaba allí.

La clase se terminó después de unos minutos y todos salieron muy aprisa del aula, pero la profesora Trelawney se quedó muy pensativa. ¿Qué había sido aquella voz que le dijo que el muchacho nació a finales de diciembre? No había sido parte de su imaginación, tal vez solo... Un momento, de pronto lo recordó.

Sybill Trelawney se levantó a toda pastilla del sillón en el que se había sentado y comenzó a revisar una estantería, buscando un viejo anuario.

Ahí estaba, ella lo sabía. Lo sabía, no podía estar equivocándose. Una parte de ella sabía que Harry Potter estaba acorralado a lord Voldemort por algo más que el destino. Aquella voz no le había hablado sobre Harry Potter, sino sobre una parte de él.

Lord Voldemort nació a finales de diciembre, el 31, en invierno. Era la parte de Voldemort que vivía en Harry de la que hablaba la voz.

Sin embargo, Sybill nunca le habló de eso a Harry por miedo a que el muchacho se asustará y no comprendiera nada, ya que ni ella misma lograba entenderlo completamente. Se guardó aquel secreto hasta el día de su muerte.