Harry Potter © One Shots.

¨17¨¿Un mapa de Hogwarts?

Esto no tiene nada que ver con el fragmento de hoy. Pero hace poco vi una frase que me gustaría compartir así sea con pocos. No sé quién la escribió, por eso no doy créditos: 

''Leer, es igual a visitar otro mundo. Imaginario, pero a veces mucho mejor que en el que vivimos...''.

***

Agua se escurría por todos lados y las gotas cayendo a pequeñas ráfagas se oían con un ligero eco. El baño de los prefectos había quedado hecho una ruina. Las decenas de grifos estaban abiertas, todas, y no podían filtrarse por las tuberías por que ahora se encontraban tapadas a propósito, la gigantesca bañera de los prefectos estaba tan rebosante de agua que inundaba todos los alrededores.

En retrospectiva, todo era un caos. La sirena del vitral estaba llorando desconsoladamente, pero eso no le importaba a los gemelos Weasley, que seguían con su travesura más tremenda hasta el año.

—¿Qué crees que falta, Fred?—preguntó George con las manos en las caderas. Fred imitó su posición casi inconscientemente y se puso a pensar. 

Grifos destruidos, pisos inundados, paredes manchadas, resbalante en los lavamanos, mugre en las ventanas... Los inodoros aún estaban intactos.

—Creo que este año podemos regalarle a mamá un lindo inodoro de Hogwarts ¿no es cierto? Pensemos, ella nos dio la idea en primer lugar.

Pero de pronto, algo extraño sucedió. Ellos empuñaron sus varitas al mismo tiempo, apuntando al inodoro más cercano, cuando de pronto... Un maullido se escuchó a sus espaldas y ambos guardaron las varitas instintivamente en sus bolsillos y se encontraron con el sucio animal de Filch, el conserje, en cuanto se voltearon.

La señora Norris los miraba con atención desde el umbral de la puerta, los gemelos no hallaban dónde esconderse. Fred miró a George y juntos empezaron a correr a la salida del baño.

Sus rápidos pasos hacían rebotar el agua, y los extremos de sus túnicas estaban empapadas. Fred casi resbala cuando se estaban acercando al final de la puerta mientras la señora Norris maullaba como loca. Naturalmente, Filch habría aparecido a los dos segundos, pero para la suerte de los gemelos, había tardado más de lo esperado.

Salieron del baño jadeantes, y pararon de correr en el pasillo. Cerraron la puerta del baño dejando encerrada a la estúpida señora Norris, cuando de repente, y para su mala suerte, unos pasos comenzaron a oírse...

—Ustedes... Weasleys...—Era Filch, que venía erguido y cansado. De seguro, era lo más lejos que se había encontrado de su gata en años, ya que había tardado más de cuarenta segundos en aparecer. 

Los gemelos se quedaron tiesos en el pasillo, encarando a Filch que comenzó a acercarse con paso decidido. A medida que avanzaba hacia los gemelos buscaba a su gata con la mirada, y de pronto, sus ojos comenzaron a alarmarse cuando no vio a la señora Norris por el pasillo. 

—¿Qué le hicieron a mi gata? Malditos niños, si tan solo... si tan solo... ¿Qué le han hecho al baño de prefectos?—el conserje comenzó a susurrar improperios inaudibles para los gemelos y de repente, tomó con brusquedad la manga de ambos y comenzó a arrastrarlos por el pasillo. 

—Oiga, sueltenos—dijo George siendo arrastrado junto con su hermano. Ambos forcejeaban para liberarse de las sucias manos de Filch. 

—Ni siquiera sabe si fuimos nosotros. Su asquerosa gata debe estar equivocada...—Fred cayó en cuenta de que había llamado ''asquerosa'' al único amor de la vida de Filch. Los gemelos hicieron una mueca, como si les doliera algo, ya que Filch los apretujo más y jaló de sus mangas con más fuerza. Los llevaba a su horrible despacho de seguro.