-¡Mira Ciel! ¡Quiero un helado! -exclamó Alois sonriente mientras corría hacia el puesto de los helados arrastrándolo con él.
A Alois le encantaba ir al centro comercial por que en él habían varias cosas que disfrutaba en demasía;los videojuegos, el puesto de los helados, el cine, entre otras cosas más. Sonrió ampliamente cuando el empleado le dio el cono del sabor que había pedido, lo saboreó mientras observaba de reojo a su amigo peliazul.
-¿Quieres un helado? -le preguntó a Ciel, a lo que éste respondió con una negativa.
-Vamos a la tienda de revistas. -propuso el ojiazul. -Hoy llegan los nuevos ejemplares de la revista que quiero.
-¡De acuerdo! -accedió el rubio. -Pero después me acompañas a donde yo quiera, ¿de acuerdo?
-Está bien. -dijo Ciel, después de eso se encaminaron hacia la tienda.
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-¿Cómo es posible que ese pequeño sea tu hermano pequeño, si no se parece en nada a tí? -preguntó Claude de pronto sorprendiendo a Sebastian por su repentino interés hacia Ciel.
-Somos hermanastros, él es hijo del segundo esposo de mi madre. Te lo dije alguna vez cuando fuimos compañeros, pero creo que estabas tan ocupado en tí mismo que nunca me escuchaste. -dijo Sebastian entrecerrando ligeramente los ojos observando cualquier gesto en ese rostro de afiladas facciones, no sabía por que pero Claude le comenzaba a dar mala espina.
-Bien sabes que soy un sujeto ocupado. -declaró Claude acomodandose los anteojos.
-Lo sé, por eso pones como primera prioridad tu empleo y tu carrera, por esa razón no te haz casado ni tenido hijos. -dijo Sebastian a modo de burla, si su amigo ojidorado no se ponía las pilas probablemente se le iría el tren. -¿Haz considerado comprar un gato?
Claude frunció ligeramente el entrecejo, esas bromitas no le causaban ninguna gracia.
-Mira quién lo dice, si tú estás igual que yo, no te haz casado aún, ni siquiera tienes una pareja, ¿o sí? -preguntó el ojidorado afilando su mirada.
Sebastian sonrió levemente recordando a Ciel.
Se la pasaron hablando de vivencias del pasado y de lo que harían en el futuro algunas horas, hasta que escucharon a alguien franquear la puerta del departamento, era Ciel, quien entraba junto con Alois.
-Ya llegamos. -anunció el ojiazul mientras su rubio amigo se entretenía en comer una paleta helada.
-Me alegra. -dijo Sebastian en una gran sonrisa al momento que se encaminaba hacia Ciel y le acariciaba ligeramente los cabellos.
-Bueno, creo que es hora de irme. -anunció Claude, poniéndose en pie y caminando hacia la salida. -Nos vemos mañana joven Phantomhive, -se despidió de Ciel mientras pasaba una mano por sus cabellos, acción que molestó un poco al niño y casi enfureció a Sebastian. -Y joven Trancy, le recomiendo que haga la tarea, o si no me veré en la penosa necesidad de reprobarlo y creame que no quiero lidiar con usted otro año escolar más. -declaró haciendo que el rubio hiciera una mueca de enojo, y después salió por la puerta.
-¡Ese profesor me crispa los nervios! -soltó Alois molesto en cuanto Claude salió del lugar.
-Calmate, si lo dice es por que nunca te molestas en llevar las tareas. -declaró Ciel.
-Oye, Ciel... ¿me ayudarías con la tarea mañana? -pidió el rubio, juntanto sus manos en señal de súplica.
-De acuerdo. -accedió el ojiazul a regañadientes.
-¡¡Genial!! -casi gritó el chico de emoción mientras atrapaba a Ciel en un asfixiante abrazo que hizo que Sebastian se encelara. -Gracias Ciel, no sabes cuanto te amo... eres tan lindo... -susurró mientras besaba al niño en la mejilla.
-¡¡Ya, déjame en paz!! -gritó el ojiazul sintiéndose incómodo.
-Alois, -lo llamó Sebastian mientras de un momento a otro separaba a su adorado niño de ese rubio y se interponía entre los dos. -creo que es hora de que te vayas.
-¿Mmm? De acuerdo. -accedió el niño a regañadientes. -Ciel, nos vemos mañana. -se despidió en una sonrisa pra salir por la puerta.
-Vaya... creí que nunca me soltaría. -suspiró Ciel con fastidio.
Se quizo encaminar hacia su habitación pero en eso sintió como Sebastian lo atrapaba en un abrazo por detrás.
-S-Sebastian... ¿qué haces? -preguntó, al sentir los cálidos labios de su hermanastro paseando por su cuello.
-No soporto... que alguien más aparte de mí te toque. -confesó el ojiescarlata. -Eres mío, mi pequeño ángel. -murmuró mientras filtraba una mano por debajo de su camisa acariciando su pecho.
-Y-Ya b-basta... ¡ah! -soltó un gemido al sentir como el mayor le mordisqueaba la oreja ligeramente.
-Quedamos en que esta noche sería para estar juntos, ¿lo recuerdas? Me muero por estar contigo... -susurró al momento de llegar a los pantalones cortos de Ciel y acariciar levemente su miembro por encima de la ropa interior.
-¡Ah! Sebastian... ¡Aahhh! -gimió fuertemente mientras se mordía el labio inferior, le volvía loco que Sebstian hiciera eso.
-Ven conmigo. -dijo el mayor mientras lo tomaba en brazos. -Esta noche no te dejaré dormimr en ningún momento, pequeño Ciel.
Sonrió lascivamente mientras llevaba al niño en brazos a su habitación.by Lariett
Nos leemos a la próxima ^^
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Gardenias Blancas
RomanceCiel Phantomhive es un niño de doce años que por decisión de su padre debe irse a vivir con su hermanastro Sebastian. A decir verdad Ciel no recuerda mucho de Sebastian, solo sus amables sonrisas, su cálida mirada carmesí y las gardenias que de vez...