-dime-repetía una y otra vez aquel niño llorón. Mientras de nuevo lo ignoraba ¿Cómo podía preguntar esto mientras Caminábamos a la orilla de la carretera?.Se adelanto, obstruyendome el camino.- ¡di me la verdad!- si no sacaba algo de mi este mocoso iba a llorar. Los ojos se le veían demasiado acuosos, coloco sus manos haciendo presión en mi ropa, algo de mi me decía que, era mejor decirle la verdad. -por favor- suplico.
-no hay mucho que decir- retiro sus manos de mi camisa- excepto lo que ya te dije
-pe...pero- trato de insistir
-ya escuchaste lo hago por dinero
-déjame ir y buscare el modo de pagarte cada centavo que perdiste- comencé a reír. Este niño no conocía nada sobre el mundo –No creo que lo hagas –Buscare un trabajo...
-A menos que te prostituyas las 24 horas del día, no conozco ningún otro trabajo en el que puedas conseguir medio millón de dólares- el se quedo estático como una roca, y cayo de rodillas y comenzó a hacer lo que mejor sabe: Llorar.
-escucha- me incline y le palmeé la espalda- no es tan malo, vivirás bien, en una mansión súper lujosa- trataba de convencerlo, ser vendido no era la gran cosa.- te podrás bañar cuando quieras y no comerás pistaches de almuerzo o ardillas- el chillaba aun mas
-quiero ir a mi casa- siguió llorando. Busque en mis bolsillos, había dejado en aquella habitación el cloroformo. Así que lo cargue como un costal de papas y este comenzó a golpearme diciendo un montón de cosas extrañas. Daba lástima, pero prefería el medio millón de dólares.
Estuvimos así durante un muy largo rato, hasta que se durmió, y yo tenía que cargar su flacucho cuerpo el resto del camino. Pero he ahí el Eureka, cerca de ahí vivía una idiota que conocía.
-oye- estuve a punto de tirarlo cuando despertó y se incorporo rápidamente. Sus ojos estaban hinchados y aun estaba enojado- ¿Por qué eres tan brusco?- espeto tallándose los ojos- si voy a seguir contigo, espero que a partir de ahora me trates bien y sigas los requisitos que te dieron.- su actitud daba risa, intentaba verse fuerte, cuando realmente era un gatito asustado. -¿Dónde estamos?- inquirió enojado y luego me miro muy preocupado- no me digas que planeas robar esta casa- estaba a punto de darme una cachetada cuando la puerta se abrió.
Una chica de cabello rojizo abrió la puerta- Rose- dije tendiéndole la mano- ¿Qué te trae por aquí Sorey?. No me digas que te escondes de alguna de tus novias locas de nuevo?- inquirió con malicia. –Como crees tonta, vine con este- los ojos de Rose brillaron como dos estrellas- Dios santo, este niño es tan hermoso, ¡no puedo creer que se haya fijado en alguien tan idiota como tú!- después de dejarme en ridículo, se le echo encima al pobre Mikleo.
-no digas estupideces, estoy con el solo por trabajo-
-oh vaya... en ese caso- le regalo una mirada coqueta a Mikleo- pasen.
-¿Quién es ella?-pregunto el llorón una vez sentado sobre el sofá de Rose
-no le has dicho quién soy?- se le veía muy disgustada- no planeaba venir hasta aquí así que no.
-bueno, lindo Mikleo, yo soy la novia de Sorey- enseguida se atoro con el agua que estaba bebiendo
-ya quisieras Rose- esa chica estaba loca, alguien como yo no puede estar con cualquiera
-en...enserio?- agrego Mikleo mucho más calmado
-soy su muy querida amiga- dijo ella echándose a reír- acaso me crees siega Mikleo?- el llorón comenzó a negar con la cabeza.- nadie puede ser demasiado siego como para estar con el- ambos comenzaron a reír y me sentí la tercera rueda- sabes- espeté colmado- largate a bañar mocoso llorón- dije aventándole la toalla que estaba sobre una silla.
-trata mejor al niño lindo Sorey- dijo Rose divertida
En cuanto Mikleo se fue, Rose comenzó a ponerse seria- Dime que no harás lo que pienso que harás- se sentó junto a mí con un tono de voz mucho más serio.
-lamento informarte que estas en lo correcto- ella se levanto molesta de mi lado y se coloco frente a mí.
-¡Lo sabia!- dijo mas bajo- eres un completo idiota, no hay nadie más idiota que tu en el mundo—estaba hecha una furia, comencé a temer por mi.
- ¿Cómo omo te atreves a venderlo a un Hyouma? Sabes... lo que ellos hacen con personas como el- se escuchaba preocupada-Son solo rumores- me defendí- no creo que nadie pueda hacer eso, es ilegal.
-Oh por supuesto y lo que haces tú es totalmente legal.
-Es mas legal de lo que piensas-creí que le sacaría siquiera una sonrisa pero, en lugar de ello, me miro con pena- no le puedes hacer esto a alguien como él, además, no crees que es raro.
-Raro?- no entendía –los Hyoma siempre compran en burdeles a gente como el, ¿Por qué esta vez no hicieron lo mismo? ¿Por qué secuestrar a alguien completamente ajeno a esto, habiendo tantos chicos siendo vendidos?.- odiaba decirlo pero tenía razón. Había tratado de ignorar esto, pero de la forma en que ella lo decía, me era imposible.
-Tienes razón
-Entonces?- se frotó las manos- ¿Qué harás?
-Es más que obvio lo que haré
-Lo dejaras ir?
-No, - dije,- igual lo venderé, sabes que necesito el dinero.
-Tu hijo de...
El sonido de una puerta cerrarse se escucho. Mikleo había escuchado nuestra conversación lo cual no era nada bueno. –no la tendrás fácil- espeto ella- te ha escuchado- después de eso se levanto y sirvió en pequeños platos una especie de sopa extraña. No me gustaba admitirlo pero esta mujer tenia razón, era un idiota.
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Los Que Cayeron Del Cielo
FanfictionEsta persona sabia mi secreto y quería sacar provecho de ello. Yo no había nada de esta persona, ni de los caídos del cielo, pero ya estaba mas que metido en todo este extraño lío celestial.