Cap.12

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-dime-repetía una y otra vez aquel niño llorón. Mientras de nuevo lo ignoraba ¿Cómo podía preguntar esto mientras Caminábamos a la orilla de la carretera?.Se adelanto, obstruyendome el camino.- ¡di me la verdad!- si no sacaba algo de mi este mocoso iba a llorar. Los ojos se le veían demasiado acuosos, coloco sus manos haciendo presión en mi ropa, algo de mi me decía que, era mejor decirle la verdad. -por favor- suplico.

-no hay mucho que decir- retiro sus manos de mi camisa- excepto lo que ya te dije

-pe...pero- trato de insistir

-ya escuchaste lo hago por dinero

-déjame ir y buscare el modo de pagarte cada centavo que perdiste- comencé a reír. Este niño no conocía nada sobre el mundo –No creo que lo hagas –Buscare un trabajo...

-A menos que te prostituyas las 24 horas del día, no conozco ningún otro trabajo en el que puedas conseguir medio millón de dólares- el se quedo estático como una roca, y cayo de rodillas y comenzó a hacer lo que mejor sabe: Llorar.

-escucha- me incline y le palmeé la espalda- no es tan malo, vivirás bien, en una mansión súper lujosa- trataba de convencerlo, ser vendido no era la gran cosa.- te podrás bañar cuando quieras y no comerás pistaches de almuerzo o ardillas- el chillaba aun mas

-quiero ir a mi casa- siguió llorando. Busque en mis bolsillos, había dejado en aquella habitación el cloroformo. Así que lo cargue como un costal de papas y este comenzó a golpearme diciendo un montón de cosas extrañas. Daba lástima, pero prefería el medio millón de dólares.

Estuvimos así durante un muy largo rato, hasta que se durmió, y yo tenía que cargar su flacucho cuerpo el resto del camino. Pero he ahí el Eureka, cerca de ahí vivía una idiota que conocía.

-oye- estuve a punto de tirarlo cuando despertó y se incorporo rápidamente. Sus ojos estaban hinchados y aun estaba enojado- ¿Por qué eres tan brusco?- espeto tallándose los ojos- si voy a seguir contigo, espero que a partir de ahora me trates bien y sigas los requisitos que te dieron.- su actitud daba risa, intentaba verse fuerte, cuando realmente era un gatito asustado. -¿Dónde estamos?- inquirió enojado y luego me miro muy preocupado- no me digas que planeas robar esta casa- estaba a punto de darme una cachetada cuando la puerta se abrió.

Una chica de cabello rojizo abrió la puerta- Rose- dije tendiéndole la mano- ¿Qué te trae por aquí Sorey?. No me digas que te escondes de alguna de tus novias locas de nuevo?- inquirió con malicia. –Como crees tonta, vine con este- los ojos de Rose brillaron como dos estrellas- Dios santo, este niño es tan hermoso, ¡no puedo creer que se haya fijado en alguien tan idiota como tú!- después de dejarme en ridículo, se le echo encima al pobre Mikleo.

-no digas estupideces, estoy con el solo por trabajo-

-oh vaya... en ese caso- le regalo una mirada coqueta a Mikleo- pasen.

-¿Quién es ella?-pregunto el llorón una vez sentado sobre el sofá de Rose

-no le has dicho quién soy?- se le veía muy disgustada- no planeaba venir hasta aquí así que no.

-bueno, lindo Mikleo, yo soy la novia de Sorey- enseguida se atoro con el agua que estaba bebiendo

-ya quisieras Rose- esa chica estaba loca, alguien como yo no puede estar con cualquiera

-en...enserio?- agrego Mikleo mucho más calmado

-soy su muy querida amiga- dijo ella echándose a reír- acaso me crees siega Mikleo?- el llorón comenzó a negar con la cabeza.- nadie puede ser demasiado siego como para estar con el- ambos comenzaron a reír y me sentí la tercera rueda- sabes- espeté colmado- largate a bañar mocoso llorón- dije aventándole la toalla que estaba sobre una silla.

-trata mejor al niño lindo Sorey- dijo Rose divertida

En cuanto Mikleo se fue, Rose comenzó a ponerse seria- Dime que no harás lo que pienso que harás- se sentó junto a mí con un tono de voz mucho más serio.

-lamento informarte que estas en lo correcto- ella se levanto molesta de mi lado y se coloco frente a mí.

-¡Lo sabia!- dijo mas bajo- eres un completo idiota, no hay nadie más idiota que tu en el mundo—estaba hecha una furia, comencé a temer por mi.
- ¿Cómo omo te atreves a venderlo a un Hyouma? Sabes... lo que ellos hacen con personas como el- se escuchaba preocupada

-Son solo rumores- me defendí- no creo que nadie pueda hacer eso, es ilegal.

-Oh por supuesto y lo que haces tú es totalmente legal.

-Es mas legal de lo que piensas-creí que le sacaría siquiera una sonrisa pero, en lugar de ello, me miro con pena- no le puedes hacer esto a alguien como él, además, no crees que es raro.

-Raro?- no entendía –los Hyoma siempre compran en burdeles a gente como el, ¿Por qué esta vez no hicieron lo mismo? ¿Por qué secuestrar a alguien completamente ajeno a esto, habiendo tantos chicos siendo vendidos?.- odiaba decirlo pero tenía razón. Había tratado de ignorar esto, pero de la forma en que ella lo decía, me era imposible.

-Tienes razón

-Entonces?- se frotó las manos- ¿Qué harás?

-Es más que obvio lo que haré

-Lo dejaras ir?

-No, - dije,- igual lo venderé, sabes que necesito el dinero.

-Tu hijo de...

El sonido de una puerta cerrarse se escucho. Mikleo había escuchado nuestra conversación lo cual no era nada bueno. –no la tendrás fácil- espeto ella- te ha escuchado- después de eso se levanto y sirvió en pequeños platos una especie de sopa extraña. No me gustaba admitirlo pero esta mujer tenia razón, era un idiota.

Los Que Cayeron Del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora