Narra Sorey
Una potente patada en las costillas me desperto.
-¿Cuanto tiempo seguiras tirado ahí como el pedazo de basura que eres?- de nuevo otro patada monumental.-¡Dejame mujer!- me incorpore como pude o mas bien trate de hacerlo porque de nuevo una ultima patada logro hacerme besar el suelo.
-¿Que te ocurre?- estaba colmado.
-Oh- anunció con sarcasmo- no lo sé- una cuarta patada, si seguía de esta forma tendria que usar silla de ruedas.
-Talvez... ¡es tu reverenda estupides lo que me molesta!- suspiró. -Dime...¿porque dejaste a Mikleo?.
De nueva cuenta me incorporé, me sobé lo mejor que pude y la mire de frente.
-¡No es tu problema!- una cachetada y yo aun me contenia.
-¡Claro que lo es!...has venido a mi casa para lamentarte y beber como desquiciado.
-Si gustas me voy- tome mi gabardina del perchero, apunto de salir, pero ella me detuvo.
-No has comprendido el punto ¿cierto?- se veia desanimada.
-¿Que maldito punto quieres que comprenda?...-me tense, odio cuando la gente trata de ponerme en mi lugar,es detestable- ¿Que no puedo estar con el porque su craneo rodaria por los suelos o que tal vez que en primer lugar no debí secuestrarlo?.
Rose me observo retante. Levanto el brazo y dijo.
-De acuerdo- tomó una botella de la mesa, dio un sorbo y susporo.
- Haz lo que te parezca mejor...pero una cosa te advierto,- dio otro sorbo
- Pon a trabajar ese inutil cerebro que tienes y encuentra una mejor forma de pagarme, no aceptaré el dinero que aquel Hyoma te dio.Abrí la puerta.
-¡Entendido!- fué todo lo que pude decir porque la muy hija de puta me azotó la puerta en la cara y desde la ventana comenzó a lanzarme todas las botellas que había bebido ayer.
Salí corriendo de aquel lugar, Seres, se escontraba medianamente bien y aun podía regresar a mi vida "normal" con ciertos lujos que el dinero podía pagar.
No había tocado ni un centavo de lo que había recibido, no hasta que le partiera la cara a Edna y a su hermano, claro que pensaba pagarles y servirme un buen plato de sus miradas envidiosas.
Ahí estaba apunto de tomar el desvió rumbo al lado contrario de la ciudad.
Me alejaría de todo pensamiento que me llevará a Mikleo, me iría para siempre sin él...
Y la vida hasta este punto parecia ser buena.
Estaba cargado de dinero, montado en mi hermosa Seres con el viento en mi rostro, abinacando la calida brisa de lo que pretendía ser una muy buena tarde.
Quizá despues de llegar a la ciudad consiga muchas chicas hermosas y pasé la noche con ellas, bebiendo y jugando poker o lo que sea.
Me preguntaba ¿quien necesita a Mikleo para ser feliz? por que honestamente yo no.
Narra Mikleo
Los gritos de aquella angel llamada Lilah zumbaban en mi cabeza una y otra vez.
"Ellos te matarán" gritó mientras aquel hombre lamia mi cuello y de vez en cuando lo mordía.
Despues de eso... ella desapareció de mi vista.
Aquella compuerta cerrada y la voz de una sirvienta pidiendo que la acompañará a prepararme para la cena.
Miedo y asco, repulsión y nauceas.
Todo eso y mas se resumia en lo que realmente estaba sintiendo en aquel momento.
Justo antes de morir.
El ruido sordo de la puerta cerrarse me recordo aquella habitación en la que Sorey me mantenia oculto. ¿Que estará haciendo ahora? ¿Habrá gastado todo ese dinero ya? ¿Me extrañará?
No lo sabia.
Una sensacion me inundo, queria llorar. La primera persona a la que me entregaba y nada... solo una mirada cortada por el viento. Solo un vistazo que no valia absolutamente nada para ambos. Ni un adios.
Sé que es mi culpa, tome una decisión, y no hay nada que pueda hacer para reparar esto, más que sentarme y esperar...
Alguien abrió la puerta, despues de eso, la oscuridad volvió a nublar mi alrededor "descanza" habría jurado que fueron las ultimas palabras que escuché antes de que caer al piso...

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Los Que Cayeron Del Cielo
FanfictionEsta persona sabia mi secreto y quería sacar provecho de ello. Yo no había nada de esta persona, ni de los caídos del cielo, pero ya estaba mas que metido en todo este extraño lío celestial.